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Termopilas. Falange hoplitica.

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  • #26
Pongo más.

..LAS LEGIONES DE JULIO CÉSAR
LA LEGIÓN EN COMBATE
Durante la República, anteriormente a la reforma de Cayo Mario, normalmente se alistaban cuatro legiones cada año más un contingente similar de unidades aliadas italianas, cada dos de esas legiones y sus correspondientes unidades aliadas italianas formaban un ejército consular al mando de uno de los cónsules. Con ese ejército Roma conquistó Italia, pero para hacer frente a la amenaza púnica Roma tuvo que realizar un esfuerzo sobrehumano manteniendo muchas más legiones alistadas, incluso de esclavos armados con equipos celtas tuvo que echar mano Roma para alistar hombres tras las derrotas sufridas a manos de Aníbal.
Las posteriores derrotas romanas frente a los germanos, en especial la carnicería de Arausio, fueron el detonante para la creación del nuevo sistema de ejército profesional basado en legiones permanentes que ya había probado Cayo Mario en la campaña de Numidia. Lo que posibilitaría que Julio César medio siglo después conquistara las Galias tras ocho años de guerra, al no tener que depender del reclutamiento anual antiguo.
También cada general podía reclutar unidades auxiliares formadas por soldados profesionales que no tenían la ciudadanía romana, en un principio con sus propio armamento y equipo, como nuestros famosos honderos baleares, pero después todos con equipos homogéneos, dando lugar a los auxiliares del Imperio que formaban unidades de infantería, caballería o unidades de élite como arqueros. Mantener las legiones era sumamente caro para el erario romano (ver el capítulo QUÉ COSTABA MANTENER EL EJÉRCITO ROMANO), por lo que durante el Imperio éstas sólo eran empeñadas en combate si la primera línea de auxiliares era derrotada, bien en campaña, como en el caso de las campañas de Trajano o bien manteniendo servicio de guarnición en el limes, la frontera fortificada del Imperio.
En la época de las legiones de Julio César, la aportación de estos auxiliares estaba reducida a unidades mercenarias de élite como los honderos baleares, los arqueros cretenses o los jinetes germanos, por lo que el peso del combate también lo llevaban a cuestas las mulas de Mario.
Hay autores que aseguran que Mario ordenó tácticamente a sus legiones en dos filas de cinco cohortes cada una y que fue César el que introdujo el esquema de las tres filas. Esto es totalmente inexacto, ya que las legiones manipulares siempre combatieron formando el triplex acies o sistema de tres filas(princeps, hastati y triarii), y precisamente lo que necesitaba Mario frente a los cimbrios y Teutones era profundidad, por lo que la legión continuó combatiendo formada en tres líneas hasta principios del bajo Imperio en que se aplicó el esquema táctico de dos filas de cinco cohortes. Lo que sí hizo César fue modificar este esquema utilizando dos filas, tres o incluso cuatro cuando la ocasión lo requería, demostrando así la enorme flexibilidad del sistema de cohortes inventado por su tío Mario, ya que cada cohorte de 480 hombres era una especie de legión en miniatura. Una vez aclarado (más o menos...) en el capítulo anterior cómo se disponían las cohortes, vamos a ver cómo actuaba una legión en combate en los doscientos años que van de Mario a Trajano.
El sistema: ¿Orden abierto o cerrado?
A pesar de ser objeto de discusión durante siglos, no creo que haya lugar a la polémica. Veamos la siguiente ilustración, una legión formada con nueve cohortes en tres líneas más una cohorte de reserva, bien guardando el campamento, la impedimenta o protegiendo al mando de la legión:
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¿Se imagina alguien a una legión combatiendo de esta manera, en orden abierto sin cerrar los espacios entre cada manípulo?​
Una formación así hubiera sido un coladero por el que hubiera pasado todo el ejército enemigo a través de los huecos de la primera línea, de la segunda o de la tercera. ¡Y aún hay quien opina que las cohortes formaban en bloques y combatían en este orden!.​
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Como podemos ver, es racionalmente imposible que se combatiera de esta manera, por lo que la segunda centuria de cada manípulo bajaba a cubrir el espacio entre cada uno de los manípulos, formando así una línea de combate compacta tal y como vimos en los capítulos LAS NUEVAS LEGIONES y EL PROBLEMA DE LAS COHORTES.​
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Ya sé que peco de pesado, pero vista la sarta de tonterías que se han escrito durante tantos siglos, no está de más repetirlo.​
La mejor fuente de que disponemos para estudiar las legiones romanas posteriores a la reforma de Mario son los Comentarios de la Guerra de las Galias y los Comentarios de la Guerra Civil escritos por Julio César. Los motivos son evidentes: César, además de historiador, fue el comandante de dichas legiones, por lo que sabía de lo que estaba escribiendo. Para desentrañar el ejército romano tenemos a Polibio para las legiones manipulares y a César para las legiones marianas. Así pues, ya que de las legiones de César se trata, veamos cómo combatían las legiones.​
Los efectivos
Una legión estaba formada por diez cohortes de 480 hombres cada una lo que nos da la cifra de 4.800 hombres en total, eso en teoría, ya que no parece que nunca las legiones de César estuvieran con sus cuadros completos, ni mucho menos. En Farsalia la media de efectivos por legión era de unos 3.000 hombres y a Alejandría se llevó dos legiones que entre ambas sumaban sólo 3.200 hombres, y sin embargo, lo que primaba de verdad no era el número sino la calidad de las tropas. En Farsalia, además de combatir con legiones incompletas, César tuvo que "estirarlas" literalmente para que su línea fuera igual de extensa que la de Pompeyo, que contaba con más del doble de efectivos. Esta circunstancia es de suma importancia ya que nos permite conocer cuál era la profundidad de hombres necesaria para afrontar un combate con garantías.​
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Normalmente cada centuria formaba como un cuadro de 10 x 8 hombres. Como la segunda centuria de cada manípulo bajaba para cerrar el hueco, la profundidad de la línea de combate de la legión era de 8 hombres. Puesto que tres eran las líneas que una legión podía presentar, el frente de combate quedaba estructurado como una sucesión de líneas con 8 hombres de profundidad. Recordemos que en Cannas los manípulos formaron con su profundidad doblada, es decir, con 16 hombres; un experimento que costó a los romanos 50.000 muertos. Puesto que el secreto táctico de la legión no era otro que su flexibilidad, la línea de combate con 8 hombres de profundidad era la más racional y la que mejor se adaptaba a esa característica esencial. Pero si había que reducir la profundidad, esa misma flexibilidad operaba el milagro de permitir "adelgazar" las líneas, como en el caso de César en Farsalia "estirándolas". César se vio encorsetado por los escasos medios de que disponía, pero conociendo al tío Julio como le conocemos sabemos que jamás se dejaba dominar por las circunstancias, que sabía aprovecharse de todas ellas, incluso de las más adversas. Por ello podemos deducir que si estiró sus líneas fue dentro de los límites aceptables en cuanto a profundidad. ¿Cinco o incluso cuatro hombres? cuatro ya me parece peligroso, pero no dudo que la tercera línea de cohortes pudiera llegar a a tener centurias con esa cifra tan menguada. Como vimos en el capítulo LAS NUEVAS LEGIONES se podían desplegar líneas con centurias formadas con un orden de combate de a 12 hombres en en frente, entonces ¿dónde estaba el límite? Yo pienso que ningún general sensato se hubiera atrevido a entrar en combate con un frente de combate de una profundidad menor de cuatro hombres ¡y con cuatro se arriesgaba muchísimo!. Creo que cinco hombres de profundidad para situaciones de emergencia como la vivida por César en Farsalia es una buena cifra. César tenía en Farsalia 87 cohortes con un total de 23.000 legionarios nos da una media de 264 hombres por cohorte cuando lo normal era 480. 44 hombres por centuria cuando lo normal era 80. Es decir, los efectivos teóricos de la legión reducidos a la mitad, por lo que el frente de combate de César contaría con cinco hombres a lo sumo, quizás la primera línea fuera especialmente reforzada para la batalla, aunque según el propio César comenta, fue de la tercera línea de donde sacó todo lo que pudo, entre ello las ocho cohortes con las que atacó a la caballería pompeyana, por lo que la diferencia entre la primera y la segunda líneas no debía ser mayor de un hombre en su profundidad. Esta norma es también aplicable para las legiones del Alto Imperio, ya que el ligero aumento de efectivos no supuso cambio en la disposición en profundidad de sus líneas.​
Como he repetido varias veces en toda la página web, el factor primordial de desequilibrio táctico no era la superioridad o incluso la igualdad numérica con el enemigo, sino la superioridad cualitativa. En resumen: los romanos eran menos pero mejores.​
Las líneas
En las anteriores legiones manipulares la tercera línea estaba formada por los triarii, cuya función era meramente defensiva. En Cannas ni siquiera llegaron a participar en la batalla y fueron negligentemente dejados en el campamento. Con ello se desperdiciaba a un buen número de hombres. Mario convirtió las nuevas legiones en un arma 100% ofensiva armando a todos los legionarios con pila. Ahora la legión se estructuraba en cohortes que actuaban como puños golpeando al enemigo. Si Epaminondas y Pelópidas diseñaron la falange oblicua con un destacamento de mucha profundidad para romper la línea de combate enemiga, Mario perfeccionó ese sistema alcanzando la perfección. Ahora la legión podía combinar la potencia de la rígida falange oblicua con su propia flexibilidad permitiendo que una cohorte actuara como un elemento diferenciado en la formación, rompiendo la línea de combate enemiga y explotando esa ruptura.​
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Una legión formada por nueve cohortes entra en combate con una fuerza enemiga.​
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La cohorte de la izquierda ha roto el frente enemigo y avanza introduciéndose en él. Inmediatamente la cohorte de la segunda línea que cierra por detrás avanza para proteger una posible ruptura de flanco que dejaría desprotegida a la segunda cohorte de la primera línea.​
Sencillamente fantástico. Como en un tablero moviendo fichas. Como en un ballet donde cada movimiento se sincroniza con otros cientos formando todos ellos un todo único. La reforma de Mario es sin duda una de las más importantes de la historia militar, una reforma genial que posibilitó las grandiosas victorias contra los cimbrios y teutones y que abrió el camino a Julio César años después. Con este sistema único las legiones romanas gozaron de una superioridad táctica jamás igualada en toda la Historia. Tal fue su eficacia que durante trescientos años no experimentó cambios, dando a Roma la superioridad táctica absoluta.​
Tanto en su campaña contra los helvecios como contra Ariovisto el 58 aC las legiones de Julio César tuvieron que hacer frente a una maniobra envolvente de los bárbaros que aventajaban numéricamente a los romanos en gran proporción. En ambos casos fue la tercera línea la encargada de hacer frente a esta amenaza de la siguiente manera:​
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En el gráfico de la izquierda vemos una legión en combate. Una fuerza enemiga se acerca por la izquierda flanqueándola para atacar su retaguardia. En el gráfico de la derecha vemos a las cohortes de la tercera línea desplegarse para conjurar la amenaza creando un nuevo frente de combate. Así fue como César venció las maniobras de flanqueo de los helvecios y de Ariovisto.​
La disposición de las legiones
Las legiones podían desplegarse de cien maneras distintas, dependiendo del criterio de su general que debía contar con múltiples factores antes de tomar una decisión tan crucial. Veamos algunos ejemplos.​
Julio César. 58 aC. Frente a la típica disposición en línea continua, César contra los helvecios en 58 aC desplegó a sus legiones en dos líneas con las cuatro legiones veteranas en la primera y las dos novatas flanqueadas por las tropas auxiliares en la segunda y el convoy de suministro detrás.​
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Es evidente que la táctica empleada por Mario en Aquae Sextiae había sido perfectamente entendida por su sobrino que formó a sus legiones en un monte para impedir que los helvecios, que sobrepasaban en mucho a los romanos en número, pudieran flanquearles. Con este dispositivo tan poco ortodoxo, César batió a los helvecios y "sus muchachos", tras una fiera y reñisísima batalla, emprendieron la persecución ladera abajo. Entonces las dos legiones de reserva pasaron a formar los flancos de la línea de combate de las otras cuatro, lo que obligó a los helvecios a "estirar" su falange. Fue en este momento cuando una parte de ellos trataron de flanquear a las legiones, lo que provocó la reacción de la tercera línea de cohortes.​
Tras el fin de la guerra civil que se desató con el asesinato de César, Augusto introdujo dos novedades en su ejército. La primera, más de orden administrativo, agrupaba cinco centurias dobles en la primera cohorte de cada legión, con la quinta centuria formada por los especialistas como artesanos, escribientes, etc. La segunda fue más importante porque se alistó a gran número de fuerzas auxiliares. Probablemente esto tuvo lugar tras la gran desmovilización efectuada a raíz de su victoria sobre Marco Antonio y Cleopatra. De ahora en adelante, las legiones estarían secundadas por un número similar de efectivos auxiliares, y fue en la dura campaña de Germania donde el nuevo sistema demostró su operatividad.​
Germánico. 16 dC. Durante la campaña en Germania, Germánico, el competente general hijo del legendario Druso y hermano del futuro emperador Claudio, hubo de enfrentarse al traidor caudillo germano Arminio. La disposición de las tropas que hizo Germánico en esta batalla es un perfecto ejemplo del modelo táctico que habría de perdurarse al menos durante dos siglos más.​
Las legiones operaban tácticamente de manera idéntica a como lo habían hecho con Mario cien años atrás. La novedad estribaba en la plena operatividad táctica de las unidades auxiliares que ya no eran un mero complemento de las legiones, sino parte integrante del esquema táctico en combate. Ahora la primera línea de combate estaba formada por las unidades auxiliares que ya no se limitaban a molestar al enemigo, sino que entraban en combate con él para frenarlo y ablandarlo. En un momento determinado, los auxiliares se retiraban y las legiones cargaban contra el enemigo. Esto hubiera sido impensable en Aquae Sextiae o en Farsalia (y eso que César ya utilizaba a sus auxiliares con una libertad que a Mario le hubiera dejado pasmado), pero Germánico pudo hacerlo. ¿Por qué?. Sencillamente porque las unidades auxiliares habían recibido entrenamiento para su nuevo cometido. Algo muy importante había cambiado en el esquema militar romano, y había cambiado para mejor.​
Frente a los germanos, Germánico desplegó una primera línea de tropas auxiliares destinadas a fijar y ablandar al enemigo. Tras esta primera línea situó a sus cuatro legiones con la guardia pretoriana y él mismo en su centro, además formó una tercera línea tras él formada por cohortes de otras legiones en campaña llegadas para reforzarle. Conocedor del plan germano para enviar parte de sus fuerzas a través del bosque para flanquearle y atacar su retaguardia, Germánico situó en el bosque a toda su caballería para hacer frente a esta amenaza.​
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Obviamente, la tercera línea romana tenía como misión primordial evitar una maniobra de flanqueo. Las lecciones de César en la Guerra de las Galias estaban muy presentes en los buenos generales romanos que eran plenamente conscientes del peligro que se corría frente a una marea germana capaz de cualquier cosa. El planteamiento de Germánico es una versión del ideado por César contra los helvecios en el año 58 aC. Pero con la variación de la primera línea de auxiliares. ¡Ah, si César hubiera dispuesto de tropas así!. Pero en tiempos de César los auxiliares no se hallaban integrados en el esquema táctico romano como lo estaban en tiempos de Germánico.​
Suetonio Paulino. 60 dC. Otra batalla muy distinta fue la librada por el gobernador de Britania Suetonio Paulino contra la caudillo Boudica en Britania. Paulino estaba en franca inferioridad numérica (1 legión con 5.000 hombres, 4.000 auxiliares y 1.200 jinetes contra más de 50.000 britanos armados con carros de guerra), pero desplegó sus escasas tropas magistralmente, aprovechando el terreno a su favor. Tan segura estaba Boudica de su victoria que, como era costumbre, irresponsablemente se llevó a decenas de miles de civiles a contemplar alegremente la batalla.​
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Paulino "encontró su Aquae Sextiae", es decir, encontró un lugar en el que disponer sus escasas fuerzas sin peligro de ser flanqueadas por la abrumadora superioridad numérica britana. Una ladera protegida por espesa vegetación donde esperó la acometida de los carros britanos. Los legionarios no tuvieron problemas para seguir el manual de César en Zela: aguantar la carga y atacar cuando se retiran. Los carros fueron destruidos y Boudica atacó con todos sus efectivos. Suetonio ordenó a sus tropas adoptar la formación de "cabeza de jabalí", es decir, formación en cuña, y atacar ladera abajo a los britanos. Las cuñas romanas cortaron la formación britana como un cuchillo al rojo corta un bloque de mantequilla. La caballería romana se utilizó para perseguir a los fugitivos. En total los romanos tuvieron 400 bajas y los britanos quedaron prácticamente exterminados. La belicosa Boudica acabó suicidándose con veneno.​
Marco Ulpio Trajano. 101 dc. Mi compatriota Trajano, natural de Híspalis, cerca de la actual Sevilla, fue el más grande general del Imperio, consiguió llevarlo a su máxima expansión geográfica durante su reinado, venciendo a los germanos y conquistando Dacia y Partia. Y como buen general, siguió el manual de los buenos generales, es decir, hacer las cosas bien. Algo que parece sencillo pero ¡qué poquitos lo consiguen!​
Durante la campaña dacia, Trajano, al frente de un impresionante ejército formado por 7 legiones, 41 cohortes de infantería auxiliar, 30 cohortes mixtas (infantería y caballería) y 18 alas de caballería con un total de 86.000 hombres inició en junio de 101 dC la aproximación final a Tapae, la ciudad dacia donde el rey Decébalo se había atrincherado. Éste contaba con unos 40.000 hombres, pero le reservaba a los romanos una sorpresa: una trampa al más puro estilo Aníbal.​
Decébalo, que tan imprudentemente se había vanagloriado de poder vencer a Roma veía ahora como todo el poder de la Loba se le echaba encima. Había dejado que los bandidos asaltaran las fronteras romanas participando de su botín y haciendo caso omiso a las embajadas romanas que le pedían que cesaran los asaltos. Pero ahora la embajada ya no estaba formada por diplomáticos... sino por legiones.​
La ruta principal de aproximación a Tapae se efectuaba a través de un estrecho valle por donde discurría el cauce seco del río Nera. Esta senda estaba flanqueada al este por los montes Semenic y al oeste por los montes Banatului, ambos cubiertos por frondosos bosques. Decébalo montó su emboscada formando frente a Tapae a sus 30.000 infantes dacios armados con los temibles espadones curvos y ocultando en el bosque a toda sus 10.000 jinetes dacios y sármatas y en los montes a los arqueros sármatas y los guerreros de las tribus montañesas para coger a Trajano en una trampa que de cerrarse sería mortal de necesidad. Era un ingenioso plan digno de un rey con buena cabeza táctica, pero había tres pequeños problemas en los que Decébalo no había pensado: 1- Trajano llevaba de soldado desde los dieciséis años. 2- era el mejor general que había dado Roma desde Julio César y 3- No tenía ni la más remota prisa por morir, y menos en Dacia.​
Siguiendo ese manual nunca escrito de cómo deben hacerse las cosas bien, Trajano dividió a su ejército en dos cuerpos: el Primer Cuerpo bajo su mando con 4 legiones (I Auditrix, II Auditrix, III Flavia y VII Claudia), la Guardia Pretoriana (1 cohorte de infantería y 1 de caballería), 20 cohortes de infantería auxiliar, 30 cohortes mixtas y 8 alas de caballería con un total de 57.000 hombres y el Segundo Cuerpo al mando de Tercio Juliano con 3 legiones (I Italica, V Macedonia y XIII Gemina), 20 cohortes de infantería auxiliar y 10 alas de caballería con un total de 29.000 hombres. Si había algo que tenía claro Trajano es que no iba a dejarse coger en una encerrona. Enviados los exploradores por delante se descubrió a los 10.000 jinetes sármatas y dacios ocultos en los bosques del monte Semenic. Trajano ya había previsto una trampa así, por lo que había ordenado a Tercio Juliano que se aproximara a Tapae desde el este. Las tres legiones de Juliano se internaron en el bosque y atacaron a la caballería de Decébalo por la retaguardia mientras la caballería y las cohortes auxiliares romanas entraban en el bosque desde el sur y desde el norte para envolver a los dacios. Mientras tanto Decébalo atacaba a las cuatro legiones de Trajano con una ferocidad inusitada, pero la maniobra de los montes Banatului también había sido prevista por el emperador que había apostado 30 cohortes mixtas al mando de Lucio Licinio Jura para cubrir sus empinadas laderas y además había dejado 20 cohortes de infantería auxiliar como reserva táctica situadas de tal manera que pudieran acudir rápidamente a cualquiera de los tres frentes abiertos.​
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Tapae hubiera podido convertirse en una segunda Cannas de no haber estado Trajano al mando. El emperador español siempre llevó la iniciativa aún cuando estaba dentro de una trampa: a cada maniobra de Decébalo tenía preparada una brillante contramaniobra. Vista la ferocidad del ataque de la infantería dacia, si los romanos no hubieran podido neutralizar las amenazas de los flancos aquel valle se hubiera convertido en una tumba para 80.000 romanos, pero la exploración y las oportunas contramedidas de Trajano impidieron a Decébalo atrapar a los romanos en aquella ratonera. La apuesta de Decébalo no era mala, como Aníbal, pensó en convertir la superioridad numérica en su principal baza táctica, pero eso sólo les ha salido bien a Alejandro, Aníbal, César o Napoleón. Un gran ejército que combate con un frente enemigo inferior en número tiene una desventaja: gran parte de sus hombres no entran en combate mientras los del ejército más pequeño sí. Así ocurrió en Cannas y en Farsalia, y si el comandante es lo bastante hábil para encontrar un punto de ruptura que impida al ejército grande reaccionar comprimiéndolo tiene la batalla ganada. Decébalo pudo haberlo logrado en Tapae, pero la habilidad de Trajano, su tremenda experiencia de combate y la profesionalidad de sus tropas dieron, una vez más, la victoria a Roma.​
En todas estas batallas observamos una constante: la flexibilidad de empleo de las legiones. Esta flexibilidad sin parangón proporcionaba la superioridad táctica requerida para combatir en cualquier situación. La prueba de fuego de las nuevas legiones fueron las batallas de Aquae Sextiae y Vercellae, batallas en las que Mario derrotó a un fiero enemigo varias veces superior en número, prueba que se vería confirmada por las posteriores victorias de Sila o Lúculo y, por supuesto, por las de César, que con apenas 50.000 hombres en el mejor de los casos derrotó a más de 3.000.000 de enemigos. Este sistema posibilitará la conquista de Germania a finales del siglo I aC con las legiones llegando hasta el Elba, aunque el desastre del incompetente criminal Varo perdiendo tres legiones disuadiera a un timorato Augusto a proseguir la conquista. Y este sistema también consiguió vengar la derrota de Craso frente a los partos en Carras y llevar las águilas de las legiones de Trajano hasta su capital años después. Como se ve, las legiones al mando de generales competentes, por supuesto, eran soberbias máquinas bélicas. Las derrotas como Carras o Teutoburgo se debieron a generales incompetentes que no supieron aprovechar su potencial. En ambos casos las legiones no pudieron desplegarse y fueron forzadas a la derrota mientras marchaban, exactamente su punto débil por naturaleza. Algo así jamás le ocurriría a un Mario, un César, un Druso, un Germánico o un Trajano.



Fuente... historialgo.com
 
  • #28
Tercios Españoles


Durante más de 150 años los Tercios españoles fueron dueños y señores de media Europa, desde 1534 hasta finales del siglo XVII. Fueron consideradas como las mejores unidades militares de su época, la mejor infantería del mundo.

Tres siglos después de su desaparición, los especialistas e historiadores de hoy comparan los tercios de infantería española con las legiones romanas y las falanges macedónicas. Encarnaban el "nucleo duro" de los ejércitos del Rey Católico, la herramienta decisiva que forjaba la victoria o conjuraba las amenazas.







El orgullo de un tercio español.

 
Última edición:
  • #29
ahh,si..he visto algunos episodios sueltos!

asias!

con razón me sonaba la cara del centurión pelirrojo!
 
  • #30
LAS ARMAS DE ROMA, Armamento del Legionario Romano



Peter Woodward nos describirá el equipamiento del legionario romano, su entrenamiento, la vida diaria, sus interminables marchas, formaciones como la testudo y por supuesto, una recreación de una batalla.


 
  • #31
Batalla de Gaugamela. Analisis.


En su ya larga expedición, Alejandro hará caer a Tiro, Samaria y Gaza bajo sus pies. Pronto se dirige hacia Egipto. Tras fundar Alejandría marcha al oasis de Siwa, donde es proclamado por los sacerdotes como "hijo de Amón". Alejandro no se demoró mucho en Egipto, sino que retrocedió sobre sus pasos para llegar a las costas fenicias, desde donde partió hacia Mesopotamia en el verano del año 331 a.C. Habiendo dejado atrás el Éufrates y después de atravesar el río Tigris, se encontró en Gaugamela con el ejército de Darío, en la que sería la batalla definitiva.
Esta vez Darío no quiere sorpresas, así que llega al escenario de la batalla con antelación. Como siempre, dispone a su caballería en los flancos, con la infantería pesada en el centro y la retaguardia. Además cuenta con más de 50 carros de guerra con hoces en las ruedas y unos 15 elefantes. Darío sigue la costumbre persa y vuelve a colocarse en el centro de su ejército. Los macedonios forman de manera habitual. Como es norma, Alejandro se coloca en el ala derecha, comandando la caballería y cerca de la infantería ligera, dejando el grueso de la infantería pesada en la izquierda.
Alejandro se lanza al ataque en diagonal y el ala izquierda persa se defiende como puede. Simultáneamente los carros persas se lanzan velozmente sobre los macedonios. Muchos de los conductores perecen por las flechas de los arqueros; el resto pasa de largo al abrirse la infantería macedonia. Esta estrategia se complementa con una segunda línea de infantería pesada que recibe a los carros, a la vez que la primera línea da media vuelta y los ataca por la retaguardia rodeándolos. Abriendo brecha entre las líneas persas, la caballería de Alejandro consigue introducirse en cuña en busca de Darío. Como en Issos, el rey persa se encuentra atascado y sin posibilidad de maniobrar. También como en Issos, no le queda más remedio que huir, produciendo la desbandada de los suyos.
La victoria macedonia en Gaugamela es definitiva. Alejandro se encuentra en la cumbre de su poder. Ahora tiene el camino expedito para avanzar hacia el corazón mismo de su enemigo, el debilitado imperio persa.



 
  • #32
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LOS GUERREROS IBEROS
Por: José I. Lago.



Los autores antiguos describen a los guerreros iberos vestidos con túnicas cortas blancas con ribetes de púrpura y sus falcatas íberas en la mano. Probablemente las túnicas no fueran "blancas", sino del color natural de la lana, al igual que ocurre con las togas romanas, y probablemente la púrpura de los ribetes no fuera tal, sino una franja de color escarlata
En realidad, es evidente que todos los guerreros españoles no vestían de igual manera, ni mucho menos, pero esta indumentaria sí que era la más corriente y por la que los romanos identificaron a los españoles del ejército de Aníbal. Una estética que es la más repetida en el arte ibero.
El famoso relieve de Osuna, Sevilla, muestra la imagen más conocida del guerrero con su espada íbera.
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Guerrero con falcata íbera y escudo
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Figura realizada por José Ignacio Lago que representa al típico infante español de la época de las guerras púnicas, tal y como es descrito por los historiadores romanos y aparece en el relieve de Osuna.
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Magnífica ilustración de Jeff Burn que muestra a un infante español del ejército de Aníbal.
Los guerreros españoles usaban una gran variedad de corazas para protegerse en combate. La más sencilla era el pectoral que en aquella época también utilizaban los legionarios romanos y que constaba de una placa de metal que protegía el pecho.
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En la imagen de Angus McBride se reconstruye una ceremonia en la que un guerrero solicita la bendición para su falcata ante un altar. El guerrero lleva el típico pectoral, éste de tipo redondo y muy decorado, con una cabeza de lince, un felino originario de España de una gran belleza. El guerrero también porta un casco de cuero, grebas de bronce y un ancho cinturón también de bronce del que pende la vaina de la falcata íbera.
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El famoso "Vaso de los Guerreros" hallado en San Miguel de Liria muestra guerreros iberos armados con cotas de escamas, lanzas y escudos de tipo céltico. También era muy usada la cota de malla celta, sobre todo por las tribus celtíberas.
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Magnífica reconstrucción del aspecto real de los guerreros del vaso anterior por Angus McBride. En este dibujo puede apreciarse las falcatas íberas que utilizaban estos guerreros.
El arma más conocida de los iberos es la famosa falcata.
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Falcata hallada en Almenedilla, Córdoba. Uno de los mejor conservados ejemplos de esta bella espada española.
La falcata es un arma de origen español, en realidad es un tipo estilizado del gladius hispaniensis o gladius romano, que tras la llegada de Roma a España pasó a formar parte del equipo militar romano. La hoja de la falcata mide aproximadamente unos 45 cm. de longitud, es decir, la longitud del brazo. En realidad no había dos falcatas iguales, ya que estas valiosas espadas romanas se fabricaban de encargo, por lo que cada una tenía unas medidas según el brazo de su dueño.
En todo el Mediterráneo se admiraba la calidad de estas armas, fabricadas con un mineral de hierro de altísima pureza. Su flexibilidad era tal que los maestros armeros la colocaban sobre sus cabezas doblándolas hasta que la punta y la empuñadura tocaban sus hombros. Si la espada romana volvía a su posición recta al soltarla de golpe era una obra de arte, si no se fundía para volver a fabricarla. Los griegos que llegaron a España llevaron la falcata consigo y tuvo gran aceptación, convirtiéndose en la segunda arma más utilizada tras la espada de hoplita
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Gladius hispaniensis y pugio pertenecientes a la colección personal de José I. Lago.
Los romanos adaptaron su propia empuñadura al gladius, pero el pugio continuó con la típica empuñadura española.
Los iberos utilizaban dos tipos de escudos: el céltico, ovalado, y la caetra, que era redondo y más pequeño.
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Magnífica ilustración de Peter Connolly que muestra a un jinete y un infante iberos. El infante porta una lanza de acometida y el temible soliferrum, una lanza arrojadiza del tamaño de un hombre y completamente de hierro. Aquí, ambos guerreros llevan cascos de cuero. El del infante, en forma de capucha, tiene una cresta de crin de caballo teñida de color rojo.
Mención aparte merecen los famosos honderos de las islas baleares que formaron uno de los cuerpos de élite más conocidos de la Antigüedad llegando a formar parte de las tropas auxiliares de Julio César.
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Los temibles honderos en una magnífica ilustración de Angus McBride.
En las tumbas, las armas iberas se encuentran cuidadosamente dobladas, inutilizadas, ya que, como hemos visto en la falcata, eran armas personales, fabricadas para cada guerrero en concreto y no debían ser utilizadas por ningún otro. Por eso se enterraban inutilizadas con su dueño. El vínculo que unía al guerrero español con sus armas era más importante que su propia vida, por ello preferían morir antes que rendirse y entregar sus armas.


Como guerreros, los españoles eran la crema de las tropas auxiliares. Púnicos y romanos los utilizaron ampliamente, sobre todo a la infantería pesada y a los honderos baleares, cuya mortífera destreza en el manejo de la honda era apreciadísima en la Antigüedad. De hecho, en Cannas, Aníbal tuvo que alternar compañías españolas y galas porque no se fiaba de éstos últimos y sabía que los españoles cumplían siempre con las órdenes hasta el final.


Cada nación tenía sus propias armas y su modo de utilizarlas. En España, al utilizarse la espada corta, la formación era en línea, netamente ofensiva, ya que el gladius es una poderosa arma que de poco sirve a la defensiva. De ahí la tremenda mortandad causada por los españoles en Cannas y posteriormente a las legiones romanas.


En conjunto, la táctica ibera fue literalmente copiada por los romanos tras la I Guerra Púnica. El infante español portaba el temible soliferrum, especialmente diseñado para perforar cualquier tipo de escudo, aún cuando éste fuera metálico. Tras lanzarlo contra el enemigo desenvainaba su temible espada corta y, protegido por su escudo celta atacaba usando la espada para "pinchar", con el brazo moviéndose perpendicular al cuerpo. Esta forma de combatir, con el cuerpo bien protegido, era letal contra un enemigo que usaba su espada para "golpear", ya que debía descubrir parte de su cuerpo al alzarla, momento que aprovechaba el ibero para atravesarlo con su gladius.

Los romanos quedaron tan impresionados por esta forma de luchar en Cannas que cuando llegaron a España adoptaron el gladius, ahora llamado hispaniesis, como arma estándar. Puesto que el escudo romano, el típico escudo samnita, era mejor que el celta y proporcionaba mayor protección, las legiones romanas se convirtieron en auténticas máquinas de picar carne, aunque frente a las tropas españolas, con generaciones enteras de entrenamiento a sus espaldas, sufrieron grandes desastres uno tras otro. ¿Por qué? porque la legión manipular no era la unidad más apropiada para este tipo de táctica, táctica que encontraría su pleno rendimiento en las nuevas legiones de Mario en las que las cohortes actuaban como un bloque, arrasando las líneas enemigas. Exactamente igual a como actuarían las compañías españolas que utilizó Aníbal en Cannas. Puesto que los galos combatían en "falange", es decir, en líneas compactas, es fácil deducir que el Barca supeditó la táctica gala a la española y que esas compañías eran las normalmente utilizadas por los españoles.



fuente. aceros de hispania.com
 
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Gracias por esta información.
 
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Los Guerreros Iberos









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LA DEVOTIO El juramento íbero


Juramento de los guerreros íberos, que consagraban su vida a su rey o jefe, al que tenían la obligación de proteger en el combate, a cambio de su protección, mantenimiento y un mayor estatus social, ya que el jefe pertenecía a la clase dominante. Vídeo creado o editado por Gargorix




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Los Iberos,Principes de occidente

Civilización legendaria,descrita por griegos y romanos quienes se fascinaron por unos soldados que se lanzaban al combate sin miedo alguno y que resistían peleando sin retirarse aún con la batalla perdida.Eran los mercenarios más apreciados y leales pues tenían una especie de juramento "la devotio"en la cual ofrecían su vida por la de su caudillo.Aportaron a Roma sus espadas el Gladius hispaniensis y la falcata además de su mejor infantería.




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Guerreros íberos





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LOS IBEROS.Los Padres De España





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Los íberos (Audio-documental)




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Los íberos.

 
Última edición:
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Historia de los Vikingos - Los guerreros del Norte




















Origen de los Vikingos

Se les llama Vikingos a la población de Escandinavia (Noruega, Suecia y Dinamarca principalmente) que aterrorizaron el territorio europeo alrededor del siglo VI al XI y quiere decir "Hombres del Norte". También se sostiene que viene le frase "Vik in", que significa "bahía adentro", refiriéndose así a sus desembarcos. Aventurados marineros y excepcionales guerreros, establecieron un régimen donde sólo su conversión al cristianismo podría detenerlos, ya que al cabo del tiempo terminaron siendo absorbidos por la cultura de las regiones que conquistaron.
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Los vikingos poseían veloces naves llamadas "Drakkars" que utilizaban para saquear los pueblos europeos de manera rápida y brutal, antes de que se organizara una resistencia seria. Con el tiempo sus saqueos se convirtieron en conquistas.
Los Vikingos atravesaban velozmente el mar asolando las costas desde sus "drakkars" (llamadas así porque las proas y popas de sus naves estaban adornadas con cabezas de dragón). Los vikingos, que significa "hombres del norte", fueron la última de las tribus bárbaras llamadas germanas por los romanos que aterrorizó Europa. La población se sentía atemorizada por los vikingos debido a su ferocidad y crueldad. Por otra parte, además de buenos guerreros, los vikingos eran diestros artesanos, marineros, exploradores y comerciantes.


















Las tácticas de los Vikingos

El modo de saqueo de los vikingos impulsa la construcción de castillos y favorece la descentralización política del feudalismo. Además los vikingos establecieron regímenes políticos y administrativos en los territorios conquistados. Algunos de ellos no sobrevivieron a la era de los vikingos, como los reinos de Dublín y York; pero Islandia sigue existiendo como Estado, la monarquía de Kiev sería la base del Imperio Ruso, y huellas del talento organizador de los jefes vikingos son claramente visibles hoy día en la Isla de Man y en Normandía.
Se dice que el inicio del nombramiento de vikingos a los escandinavos tiene lugar con el saqueo del monasterio de Lindisfarne (793), siendo pronto seguido por ataques a otros monasterios, ya que los Vikingos tenían tradiciones paganas y creencias en los dioses nórdicos (Odín, Thor, Heimdall). Los anales y crónicas de los dos siglos siguientes están llenos de relatos aterradores. Los vikingos emplean un modo de saqueo parecido a la guerrilla, haciendo uso de sus veloces naves, llegan a las costas europeas de manera impredescible y atacan rápida y violentamente, tratando de conseguir el mayor botín, para retirarse tan rápido como llegaron, dando pie a que no se les pueda hacer una fuerte resistencias, dando lugar al desgaste. Las poblaciones de las costas de Alemania, Francia y Gran Bretaña vivían en el terror de ser presa de las incursiones de los vikingos. Pero con el tiempo se volvieron más audaces, llegando a ocupar y a asentarse en gran parte de Europa. La magnitud y frecuencia de las incursiones vikingas en Inglaterra, Francia y Alemania aumentó hasta el punto de convertirse en verdaderas invasiones, en las que se establecían asentamientos con miras a incursiones posteriores. El territorio de asentamiento vikingo del noroeste de Francia se denominó Normandía, que procede del término "hombres del norte" y dio el nombre de normandos a sus habitantes.






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Casco Vikingo. Los vikingos usaban lo impredescible de sus llegadas como medio para provocar un terror psicológico a las poblaciones que atacaban.
Las conquistas de los Vikingos

La ganadería, la agricultura y la pesca fueron la base de subsistencia de los habitantes de Escandinavia durante siglos. En los siglos VI y VII, se desarrolló el comercio a lo largo del Mar Báltico y con Rusia a través de sus grandes ríos. Repentinamente, a finales del siglo VIII los vikingos comenzaron sus agresivas incursiones sobre las costas de Europa. Las razones pueden ser diversas. La incursiones de los vikingos posiblemente se debieron al descubrimiento de la riqueza de los pueblos del sur por los comerciantes, aunado a la relativa debilidad de éstos y su ventaja como navegantes experimentados y veloces embarcaciones.
A finales del siglo VIII, ya realizaban grandes incursiones a través de los ríos de Rusia, estableciendo fortificaciones defensivas. En el siglo IX gobernaban Kiev; y en el 907, una escuadra de 2.000 embarcaciones y 80.000 hombres de los vikingos atacó Constantinopla, aceptando el ventajoso acuerdo comercial que el emperador bizantino les ofreció a cambio de su retirada.
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La región de Escandinavia está formada principalmente por Noruega Suecia y Finlandia. Posteriormente los Vikingos conquistarían territorios en Inglaterra, Alemania, Francia y Rusia, para posteriormente ser asimilados por su cultura.
Un gran ejército danés de los vikingos invadió Inglaterra en el 865, continuando a lo largo de dos siglos su expansión por la mayor parte de la isla. Canuto, quien gobernó simultáneamente Dinamarca y Noruega, fue uno de los últimos reyes vikingos de Inglaterra antes del año 1066. Una gran flota que atravesó el Sena con la intención de atacar París en el año 871 tuvo sitiada la ciudad durante dos años, hasta que se llegó a un beneficioso acuerdo económico para los vikingos. Este incluía un elevado pago en metálico y el permiso para saquear el oeste de Francia sin impedimento.
A cambio del cese de las incursiones y de la conversión de los vikingos al cristianismo en el año 911, el rey de Francia dio el nombramiento de duque al jefe vikingo de Normandía. Del ducado de Normandía, surgieron varios famosos guerreros vikingos. Entre ellos se encuentran: Guillermo I, que conquistó Inglaterra en el 1066; Robert Guiscard y su parentela, que le arrebataron Sicilia a los Árabes entre 1060 y 1091; Balduino I, rey del reino cruzado de Jerusalén.
Los Vikingos y sus descendientes controlaron durante algún tiempo la mayor parte de la costa Báltica, gran parte del interior de Rusia, Normandía (Francia), Inglaterra, Sicilia, el sur de Italia y parte de Palestina. En el 825 descubrieron Islandia, donde se asentaron en el 875 (aunque ya estaba habitada por monjes irlandeses). Los Vikingos, al mando de Erik el Rojo, colonizaron Groenlandia en el 985 y se dice que su hijo Leif Erikson llegó al nuevo mundo y exploraron parte de Norteamérica 500 años antes que Colón.
El fin de los Vikingos

Las incursiones de los vikingos cesaron a finales del siglo X. Dinamarca, Suecia y Noruega se habían convertido en reinos, y los reyes dedicaron la mayor parte de sus energías al gobierno de sus dominios. Con la expansión del Cristianismo, los antiguos valores guerreros de los vikingos se debilitaron hasta desaparecer. Las culturas que habían conquistado los absorbieron; y así los ocupantes y conquistadores de Inglaterra se volvieron ingleses, los normandos franceses, y los varegos rusos.
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Los vikingos adoraban principalmente a los dioses paganos de la mitología nórdica, de los cuáles Odín era el más importante. Seguido de otros como Thor y Heimdall.




fuente... vidasdefuego.com
La era de los vikingos se cree que se extinguió con el último reducto hostil que representaba el rey Harald III el despiadado (Hardrada), el cual murió en acción en la batalla por intentar tomar posesión del territorio de Inglaterra en la batalla de Stamford Bridge en el año 1066. Aún así los descendientes de los vikingos, lograron consolidarse en el ámbito europeo y construyeron el primer reino ruso en Kiev. Los normandos por su parte, salieron de normandia y subieron a los tronos del reino de Jerusalén, Inglaterra, Cecilia, Nápoles, y del Imperio Latino.
Los vikingos dejaron de hacer incursiones a finales del siglo X, en parte debido a su conversión al cristianismo que implicó el abandono de sus pasadas creencias paganas y valores guerreros. Escandinavia se dividió en varios reinos y los nuevos gobernantes se concentraron en el gobierno de sus territorios. Las culturas que rodeaban los emplazamientos vikingos en Rusia, Francia y Gran Bretaña absorbieron a los vikingos. El desarrollo militar que generarían las batallas de los vikingos encontraría pronto uso en el oriente medio con el advenimiento de las cruzadas.



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En la historia popular europea, los vikingos, llamados también normandos y en Rusia varegos, tienen una reputación temible de depredadores marítimos. Durante los siglos IX y X atacaron y saquearon las costas de Europa occidental y amenazaron la estabilidad de Inglaterra, Irlanda y el imperio franco. Esta violencia, sin embargo, no era más que uno de los múltiples aspectos de un complejo proceso en el curso del cual los pueblos escandinavos exploraron y colonizaron islas remotas y deshabitadas del Atlántico Norte, al mismo tiempo que comerciaban con los exóticos productos septentrionales en los mercados de Europa occidental y oriental.
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Los depredadores, colonizadores y mercaderes vikingos procedían todos ellos de Escandinavia (noruegos y daneses se dirigieron a Occidente; los suecos, a Oriente); consiguieron ampliar a regiones nuevas y, en ocasiones, muy remotas, las actividades -pacíficas unas y violentas otras- que durante mucho tiempo habían practicado en sus países de origen. Los hombres que colonizaron las islas Oreadas y Shetland en los últimos años del siglo VIII, o que en el siglo siguiente fundaron nuevos hogares en las islas Feroe y en Islandia continuaban un proceso de colonización que con anterioridad se había limitado a las costas noruegas. Los piratas que atacaban los monasterios y mercados del Occidente cristiano hacían con otros lo que antes habían hecho entre ellos. El tráfico vikingo, fundamentalmente con pieles, cueros y otros productos escandinavos muy apreciados en el mundo civilizado, era simplemente la expansión de contactos existentes desde mucho tiempo atrás.
Esta expansión en sus actividades fue casi simultánea en muchas zonas de Escandinavia, lo que indica que sus causas han de buscarse allí más que en el extranjero. Ciertamente, la debilidad del imperio franco y de los reinos ingleses pueden explicar en parte las incursiones vikingas a esas tierras durante el siglo IX, pero no aclaran en absoluto la colonización anterior de las islas Oreadas y Shetland, del mismo modo que en la extensión de las actividades suecas hacia Rusia no influyeron los cambios producidos en Occidente.
Desgraciadamente, no disponemos apenas de pruebas documentales relativas a la Escandinavia previkinga. Todo lo que existe es un puñado de misteriosas inscripciones rúnicas y unas cuantas valiosas referencias en fuentes occidentales. La información ha de extraerse de tradiciones consignadas por escrito siglos después, en particular de las sagas islandesas. Por ello, la mayoría de lo que sabemos sobre la Escandinavia anterior y coetánea a los primeros tiempos vikingos depende de lo que los arqueólogos han descubierto de su cultura asi como de los testimonios lingüísticos, en especial de la toponimia.



Historia de la expansión vikinga
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¿Qué provocó la explosión vikinga? Algunos historiadores apuntan hacia el exceso de población como causa fundamental, mientras otros sugieren que la creciente autoridad de tos reyes escandinavos obligó a muchos hombres a buscar en el exterior una mayor libertad.
La gran demanda de productos del norte subártico desempeñó probablemente un papel vital en la expansión vikinga. Las pieles, disponibles sólo en Escandinavia en aquellos tiempos, y el marfil, que únicamente podía obtenerse de los colmilíos de morsa, eran productos muy apreciados y objeto de demanda constante en Europa occidental. Pero, en el siglo VIII, esta demanda se hizo más imperiosa. Florecieron centros mercantiles como Dorestad, situada en un brazo del bajo Rin, y que era el final, en territorio franco, de una ruta de suministro que partía de lugares como Helgó en el lago Malar, en el mar Báltico, o de diversos puntos de la costa noruega.
La creciente demanda estimuló a los escandinavos a buscar suministros tierra adentro, mediante la caza o la exacción de tributos a lapo-nes y fineses. En el siglo IX, un noruego llamado Ottar traspuso el cabo Norte y llegó navegando hasta el mar Blanco, aventura que relató al rey inglés Alfredo y que éste mandó consignar por escrito. Las travesías de este tipo permitieron importantes mejoras en la construcción de las embarcaciones. Las naves vikin-gas se volvieron a la vez robustas y veloces, características que ofrecían las ventajas de la sorpresa y de la posibilidad de una retirada segura.
Navegaciones como la descrita por Ottar, con fines de caza y exploración, constituyeron un aspecto muy importante de las actividades vikingas, y condujeron, de modo natural, a la exploración de mares remotos y a la explotación de los nuevos recursos.
Piratería y saqueo
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El tráfico creciente en pieles, cueros, marfil y quizá también colchas de plumón, y los cargamentos de retorno con armas, objetos metálicos, joyas, vidrio y metales preciosos, fomentaron la piratería. Por ejemplo, se sabe que en el año 829 unos piratas vikingos atacaron a un grupo de mercaderes en su ruta desde Dorestad al mercado sueco de Birka, en el lago Malar, cerca de Estocolmo; no pasaría mucho tiempo antes de que los vikingos acosaran ese tráfico hasta su punto de partida. Así, los primeros ataques daneses en Occidente no fueron a iglesias y monasterios, sino al mercado de Dorestad, saqueado cuatro veces entre los años 834 y 839. Pronto los saqueadores descubrieron otras oportunidades, pero fue el comercio lo que primero les atrajo a tierras occidentales.
Los ataques se dirigían tanto contra las ciudades como contra los monasterios importantes de Europa occidental. Ni los paganos vikingos tenían respeto alguno por el carácter sagrado de los monasterios, ni las viejas defensas romanas de las ciudades eran efectivas contra ellos, abandonadas como estaban desde hacía muchos años; algunas incluso habían sido demolidas en la relativa seguridad de la paz carolingia. Pronto descubrieron aquellos tránsfugas y aventureros que podían hacerse ricos saqueando aquellos lugares, exigiendo rescates por los obispos y abades cautivos e incluso por ciertos libros preciosos, o mediante la extorsión de tributos y dinero a cambio de protección. A mediados del siglo ix, las costas y ríos de Inglaterra, Irlanda y Francia eran objeto de frecuentes y, en ocasiones, salvajes ataques por parte de pequeñas bandas, cuyo principal aliado era la sorpresa.

Sin embargo, los primeros depredadores vikingos no fueron los piratas daneses, sino los colonizadores noruegos que se habían desplazado hacia el oeste en busca de nuevos hogares. Al igual que sucedió con los daneses, una vez descubierta la existencia de buenas oportunidades y tras comprobar que sus naves podían realizar el viaje con un margen razonable de seguridad, no resultó difícil a los cabecillas reclutar tripulaciones que, por una razón u otra, agradecían la oportunidad de iniciar una nueva vida: tránsfugas, inadaptados o proscritos así como jóvenes ansiosos de aventuras. Desde sus nuevos hogares en las islas septentrionales de Escocia, se dedicaron a explorar, no sin librar en ocasiones choques sangrientos con los sorprendidos y poco acogedores nativos, como los monjes de Lindisfarne, cuya paz se vio perturbada en j.unio del año 793, o los indígenas de América del Norte, unos dos siglos después. Algunos de los nuevos colonizadores se contentaban con erigir sus nuevos hogares y explotar los recursos intactos que hallaron en las islas Fe-roe, en Tslandia y en Groenlandia; otros, como

hicieron los daneses más al sur, se dedicaron de lleno a la piratería. Estos fueron los que fundaron plazas fuertes, como la de Dublín, desde donde salían para someter y poner bajo tributo las tierras e islas vecinas, como, por ejemplo, en el año 873, cuando tomaron y saquearon la ciudad británica de Dumbarton, a orillas del río Clyde.

Mientras la colonización noruega daba lugar a saqueos, las incursiones danesas terminaban en el establecimiento de colonias. Muchos de los piratas daneses eran desterrados, al igual que los noruegos. De grado o por fuerza, mantenían muy pocos contactos con su patria y desde los primeros momentos establecieron bases en el oeste, al principio en Frisia (la actual Holanda), y más tarde en Inglaterra y Francia. Con el tiempo, abandonaron Frisia, pero sus bases en Inglaterra y Francia se convirtieron en lugar de residencia permanente, aceptados de mejor o peor talante por los indígenas, unas veces como conquistadores, otras como vecinos.

No se conoce el número aproximado de colonos. Las bandas de guerreros debieron ser bastante reducidas; quienes creen que la colonización escandinava tuvo relativa densidad afirman que se produjo una segunda migración de campesinos daneses al amparo de las bandas armadas que dominaban, por ejemplo, las extensas zonas del norte y este de Inglaterra, a las que por ello se denominaría Danelaw. Los defensores de una migración masiva a Inglaterra aducen como prueba la enorme cantidad de vocablos daneses que se incorporaron entonces a la lengua de este país, algunos para expresar ideas básicas. Los invasores dejaron también su marca en el mapa con cientos de topónimos basados en nombres escandinavos de personas. La influencia de los vikingos en la lengua y la toponimia inglesas son claras e indiscutibles. La única duda está en cuanto al número de invasores necesarios para producir tal resultado.


La conversión al cristianismo de los pueblos vikingos
Fueran muchos o relativamente pocos los colonizadores daneses, lo cierto es que pocos cambios más introdujeron en sus nuevas colonias. Los que se establecieron en Inglaterra muy pronto aprendieron a hablar inglés, aunque influyeran considerablemente en los dialectos locales; se convirtieron al cristianismo y, en muchos otros aspectos, se adaptaron rápidamente al nuevo mundo en que habían buscado asentamiento. Fue su gran capacidad de adaptación la que determinó que sus distintas conquistas tuvieran características tan diferentes. Así, los jefes vikingos establecidos en Norman-día aparecieron como los sucesores naturales del conde franco al que habían desplazado, mientras que los cabecillas vikingos de Dublín se comportaron como reyes irlandeses, y los gobernantes escandinavos de Kiev y Novgorod pronto se eslavizaron.
Los vikingos de Europa occidental no sólo fueron asimilados, sino que pronto se sometieron a los reyes indígenas. En Inglaterra, el último rey escandinavo de York fue depuesto el año 954, y los northumbrios, tanto de ascendencia inglesa como escandinava, aceptaron la autoridad del rey inglés. Así nació el reino unido de Inglaterra. La asimilación de los vikingos fue posible una vez que establecieron asentamientos parmanentes; entonces resultaban tan vulnerables a los ataques como lo habían sido antes sus víctimas, pero a ello contribuyó en gran medida el evidente cese de las incursiones procedentes de Escandinavia.


fuente... arteguias.com
 
Última edición:
  • #36
Gracias por compartirlo, me parece muy interesante.

Esperando la segunda película con más ganas aún :Cheers:
 
  • #37
Es curioso como las técnicas de combate de infantería se han ido manteniendo y a la vez,mutando,a lo largo de la historia! Las legiones romanas tenían cogidas cosas de las falanges helenísticas como las formaciones en tortuga...pero a la vez,eran mas facilmente fraccionables.

Y el muro de escudos helenistico fué luego usado por los sajones en sus luchas en Inglaterra..Sin embargo,tanto Roma como los reinos sajones fueron derrotados por un nuevo tipo de caballería...la pesada!

Y esa cabellería pesada fué durante varios siglos la dueña indiscutible de los campos de batalla medievales,hasta la introduccion de cuerpos de arqueros mercenarios.. y manteniendose la teoría de esos cuadros cerrados de infantería basados luegos en la unión de picas y mosquetes,practicamente hasta el final de la época victoriana!

Como me dijo una vez mi padre,superviviente a varias batallas:" La aviación y la artillería tienen gran poder de destrucción...pero al final,siempre nos toca a ir a la infantería a ocupar la posición...y eso te obliga a mirarle a los ojos al tío al que estás matando....Y eso,nunca lo puedes olvidar!"

Mi querido amigo, eso lo dice también R. A. Heinlen, la infanteria siempre será necesaria y es la realmente se bate el cobre.

Yo disruto especialmente con Valerio Massimo Manredi.

Un fuerte abrazo.
 
  • #38
Puertas de fuego.


 
  • #39
[h=3]6 curiosidades curiosas sobre los hoplitas[/h]


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Ciudadanos recreacionistas pasándoselo pipa jugando a los hoplitas durante el fin de semana


Dilectos lectores, la arpía de la musa no se digna retornar. Me temo que, como otros años, sus vacaciones son más largas de lo recomendable y, lo que es peor, me deja con el seso vacío, inapetente y amorcillado. No es ni para mandarme una postal dándome alguna idea la muy...

Bueno, a la vista de que llevo varios días de sequía, pues ahí largo una serie de curiosidades curiosas sobre los hoplitas que, como casi todo el mundo sabe, eran como se denominaban a los guerreros griegos. Lean vuecedes, lean, y verán que hay mucho mito acerca de estos sujetos propalados, como no, por los "expertos", esa raza de memos que pontifican como un abad mitrado en el sermón del domingo pero que, en realidad, no saben un carajo de nada. Veamos pues...


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Hoplitas protegidos por aspis
Curiosidad 1: Es muy habitual que el personal afirme de manera contundente y categórica que el término hoplita proviene de los enormes escudos circulares que portaban y que se denominaban en griegohoplón. Pero va a ser que nones. Hoplónsignifica arma, no escudo, por lo que un hoplita no era un portador de escudos, sino un hombre de armas. El escudo era denominado como aspis. Así pues, ya lo saben: un hoplita era un hombre de armas, uséase, un guerrero.







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Efebos entrenando
Curiosidad 2: Es también muy habitual que el término efebo se aplique por norma a los mocitos adolescentes y de aspecto feminoide que son especialmente apetecidos por los sodomitas. De hecho, el término contiene en nuestros días una fuerte carga digamos... homosexual, y se les identifica como antiguos pobladores de harenes o incluso como putos. Sin embargo, un efebo no era nada de eso. Según el sistema de alistamiento ateniense, usado en la práctica en toda Grecia menos en Esparta, al cumplir los 18 años los nuevos ciudadanos se convertían en epheboi, o sea, un joven. Estos efebos tenían que cumplir durante dos años un severo programa de instrucción tanto militar como física denominado ephebate, tras el cual ya podían considerarse como hoplitas en toda regla.




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Dos "amantes" preparándose
para el combate
Curiosidad 3: Al igual que los espartanos, en los ejércitos griegos era habitual adjudicar un efebo bajo la tutela de un veterano a fin de que los conocimientos y experiencia del mismo sirvieran como materia de aprendizaje al novato. Estas parejas de efebo-hoplita eran denominadas como "amantes", lo cual no quiere decir en modo alguno que se entregaran por norma a prácticas de tipo homosexual. De hecho, el término no conllevaba originariamente ninguna connotación de tipo sentimental ni sexual. Para corroborarlo, el mismo Jenofonte explicaba que la homosexualidad estaba muy mal vista en los estados griegos y en Esparta prohibida. Obviamente, eso no quita que se llevasen a la práctica de forma más o menos discreta, pero la cuestión es que estas parejas de amantes no eran tales. Así pues, cabe suponer que el famoso Batallón Sagrado de Tebas, que ha pasado a la historia como una unidad nutrida por parejas de "amantes" en realidad se referían a parejas de efebo-hoplita, no de homosexuales. De hecho, las referencias que hacen de esta unidad Plutarco o Pammenes no hacen mención alguna a cuestiones de tipo sexual, sino en el sentido de un fuerte lazo de unión derivado de la camaradería.



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Réplica de una cantimplora de hoplita
Curiosidad 4: El término pandemia, que actualmente es aplicado a las epidemias que se extienden por varios países, proviene del griego pandemei, que era un tipo de movilización aplicable a todo el pueblo independientemente de su edad. Esta movilización, como cabe suponer, era aplicada en muy raras ocasiones como, por ejemplo, peligro de una invasión por ejércitos muy superiores en número. Dependiendo de la hipotética duración de la campaña, el estado proveía de raciones de campaña a las tropas. Dichas raciones se componían de sal, cebollas y pescado en salazón, el cual se envolvía en hojas de higuera. Todo ello se portaba en un pequeño cesto de mimbre llamado gylion. Aparte de esto, cada hoplita llevaba un espetón de hierro por si surgía la posibilidad de asar carne durante la campaña. En cuanto al agua, la transportaban en unas cantimploras de barro que se colgaban mediante unos cordones de cuero.




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Partes en que se dividía un escudo de hoplita
Curiosidad 5: La cobardía, como está mandado, siempre ha estado penada en todos los ejércitos del mundo mundial. Mostrar cobardía ante el enemigo no solo está muy feo, sino que además es más contagiosa que el sarampión y se corre el peligro de que toda la tropa salga echando leches dando la espalda al enemigo, sean derrotados vilmente y entreguen el campo al adversario sin más. Entre los griegos, uno se los síntomas de esa falta de brío combativo era lanzar el escudo. El aspis era un trasto que pesaba más de seis kilos y, por razones obvias, cuando tocaba largarse del campo de batalla a toda prisa es como si pesara seis arrobas, así que era lo primero que el cagueta de turno tiraba para correr más deprisa. A estos hoplitas poseídos por la más atroz jindama los denominaban rhipsaspis, o sea, "los que arrojan el escudo". Así pues, en Atenas eran penados con una multa de 500 dracmas a los que tenían la desfachatez de volver a casa sin el pesado escudo. Para hacernos una idea de la magnitud de la multa, la panoplia de un hoplita costaba unos 30 dracmas aproximadamente. Con todo, surgían complicaciones cuando uno volvía al terruño alegando que no había huido, sino que había perdido el puñetero escudo en combate o se lo habían roto. Así pues, no era fácil dirimir quién había dado la espalda al enemigo y quien no.





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Trofeo consagrado a Nike,
diosa de la victoria











Curiosidad 6: El término trofeo proviene también del griego, concretamente de la palabra tropaion. El trofeo era una especie de monumento que señalaba el lugar exacto en el que el ejército enemigo había iniciado la retirada, y consistía en la panoplia completa de un guerrero enemigo o bien armas de diversos tipos. Era, por así decirlo, un monumento conmemorativo de una determinada victoria. Estos trofeos eran consagrados a los dioses, que siempre convenía tenerlos contentos por si acaso. Y se tomaban bastante en serio el tema este de los trofeos, que conste. Como referencia podemos tomar a Herodoto, que menciona como los focios, tras derrotar a los tesalios, fabricaron un trofeo con 4.000 escudos, los cuales dedicaron a partes iguales al Oráculo de Delfos y a la ciudad de Abai.






Bueno, espero que estas seis curiosidades curiosas hayan sido reveladoras al personal que me lee.

Hale, he dicho...



















Fuente .... http://amodelcastillo.blogspot.com/2013/09/6-curiosidades-curiosas-sobre-los.html


Gracias Ruastur. :ok::
 
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