E
ENKI
Visitante
Y digo yo... ¿por qué no llamarle al pan, pan y al vino, vino?
Yo lo hubiera expresado de otro modo, pero no me parece que el compañero Alessandro haya dicho ninguna tontería.
Yo tal vez hubiera hablado de "exhibicionismo".
Y, queramos o no, en una foto de un Rolex sobre fondo de Porsche hay algo de exhibicionismo. Otra cosa es decidir si este es consustancial o no al coleccionismo de relojes, la pesca de la trucha con cucharilla o la cría de canarios.
Pero cuando alguien presenta unas fotos de relojes en las que, "casualmente", aparece una señorita monísima (o un señorito monísimo), una botella de Romanée-Conti o un volante impresionante, no es descabellado pensar que su intención sea transmitir una información distinta a su pasión por una determinada pieza. Para empezar porque la composición de una foto raramente es inocente. Pero sobre todo porque esa instancia posterior que es la selección de las fotografías que vamos a publicar nunca lo es. En otras palabras... si nuestra intención es presentar el reloj, no nos complicamos la vida: ponemos un primer plano en el que se vea lo mejor posible y listo. Cuando renunciamos a esta opción es porque tenemos una segunda intención, ya sea lúdica, exhibicionista o de cualquier otro tipo.
Y no pasa nada porque así sea.
Primero porque este parece un marco más que oportuno para nuestras pequeñas "vanidades" (https://es.wikipedia.org/wiki/Vanitas), al menos las "relojísticas".
Segundo porque parte del interés de este foro radica en la masa de información que pone a nuestra disposición, ya sea gráfica o de otro tipo. Así que bienvenidas todas las fotos de relojes, tengan lo que tengan al lado (bueno, no sé, no sé...). Personalmente, me gustan todas, pero una cosa es que me gusten y otra que no reconozca que el compañero que abrió este hilo tiene parte de razón.
En fin, para acabar este ladrillo con un ejemplo "divertido", no puedo dejar de mencionar una conocida anécdota que lleva media hora rondándome la cabeza. En los 50, Ava Gardner tuvo un affaire con Luis Miguel Dominguín. La primera noche, ante la cama que acababan de compartir, el torero empieza a vestirse y, sorprendida, ella pregunta: "¿Adónde vas?". Respuesta: "¿Adónde quieres que vaya? Al bar, a contárselo a los amigos".
Pues eso.
Yo lo hubiera expresado de otro modo, pero no me parece que el compañero Alessandro haya dicho ninguna tontería.
Yo tal vez hubiera hablado de "exhibicionismo".
Y, queramos o no, en una foto de un Rolex sobre fondo de Porsche hay algo de exhibicionismo. Otra cosa es decidir si este es consustancial o no al coleccionismo de relojes, la pesca de la trucha con cucharilla o la cría de canarios.
Pero cuando alguien presenta unas fotos de relojes en las que, "casualmente", aparece una señorita monísima (o un señorito monísimo), una botella de Romanée-Conti o un volante impresionante, no es descabellado pensar que su intención sea transmitir una información distinta a su pasión por una determinada pieza. Para empezar porque la composición de una foto raramente es inocente. Pero sobre todo porque esa instancia posterior que es la selección de las fotografías que vamos a publicar nunca lo es. En otras palabras... si nuestra intención es presentar el reloj, no nos complicamos la vida: ponemos un primer plano en el que se vea lo mejor posible y listo. Cuando renunciamos a esta opción es porque tenemos una segunda intención, ya sea lúdica, exhibicionista o de cualquier otro tipo.
Y no pasa nada porque así sea.
Primero porque este parece un marco más que oportuno para nuestras pequeñas "vanidades" (https://es.wikipedia.org/wiki/Vanitas), al menos las "relojísticas".
Segundo porque parte del interés de este foro radica en la masa de información que pone a nuestra disposición, ya sea gráfica o de otro tipo. Así que bienvenidas todas las fotos de relojes, tengan lo que tengan al lado (bueno, no sé, no sé...). Personalmente, me gustan todas, pero una cosa es que me gusten y otra que no reconozca que el compañero que abrió este hilo tiene parte de razón.
En fin, para acabar este ladrillo con un ejemplo "divertido", no puedo dejar de mencionar una conocida anécdota que lleva media hora rondándome la cabeza. En los 50, Ava Gardner tuvo un affaire con Luis Miguel Dominguín. La primera noche, ante la cama que acababan de compartir, el torero empieza a vestirse y, sorprendida, ella pregunta: "¿Adónde vas?". Respuesta: "¿Adónde quieres que vaya? Al bar, a contárselo a los amigos".
Pues eso.