Paso
Forer@ Senior
Sin verificar
Tienes, en parte, razón...
Pero ocurre que cuando acudimos a una relojería con la intención de comprar su producto, no sólo ella debe atendernos como deseamos, sino que también nosotros deberíamos estar a la altura de las circunstancias. Nosotros tenemos otras relojerías y ellas otros clientes…
Cuando proponemos a la relojería la compra de un reloj, debería ser tan indiscutible que tanto interés tiene ella en venderlo como nosotros en comprarlo. Seguramente si uno de los dos falla en las formas y en las intenciones, la compraventa tiene números de no llegar a buen término. En ese aspecto se me antoja que las obligaciones de las partes son tan equivalentes como recíprocas.
Desconozco los detalles objetivos de tu experiencia concreta, pues tan sólo conozco tu versión de los hechos, pero te aseguro que un cliente correcto, con independencia de su indumentaria, si sabe estar a la altura de la compra que pretende, suele recibir un trato, cuanto menos correcto, y esa es mi experiencia cuando he comprado relojes de entidad bajo una indumentaria penosa.
No sólo el vendedor tiene que tener actitud y formas en un negocio de compraventa. El comprador también debe mostrarlas y, si no sabe o no las tiene, es muy posible que le ocurra algo parecido a lo que narras, y es que las obligaciones no dejan de ser recíprocas en cualquier trato mercantil… ¿o no?...
Si no es así, esa relojería habría perdido a casi todos sus clientes y ya habría cerrado sus puertas con casi total seguridad. Si eso no ha ocurrido es que, a lo peor, ha sido el cliente concreto, su soberbia o su falta de cuidado en el encuentro interesado, el que ha provocado el torpe trato y frustrado desenlace.
No sé, pero siempre nos es más fácil criticar a las relojerías y a sus dependientes, y se nos hace una montaña reflexionar sobre lo coñazo que podemos llegar a resultar cuando acudimos a ellas… Un tema para pensar.
¡Saludos!
Hola de nuevo,
es importante ver la idea que trasmite el post inicial y que no es otra que hablar de experiencias propias. Desconozco como ha tratado la relojería X al forero Z, seguramente de forma maravillosa. No hablo de eso, solo de como me trataron a mi. Cualquier opinión ya sea con respecto a un modelo de reloj, una complicación o una relojería es subjetiva.
No es mi intención desacreditar un comercio en concreto sino una forma de tratar a un cliente.
saludos
Pero ocurre que cuando acudimos a una relojería con la intención de comprar su producto, no sólo ella debe atendernos como deseamos, sino que también nosotros deberíamos estar a la altura de las circunstancias. Nosotros tenemos otras relojerías y ellas otros clientes…
Cuando proponemos a la relojería la compra de un reloj, debería ser tan indiscutible que tanto interés tiene ella en venderlo como nosotros en comprarlo. Seguramente si uno de los dos falla en las formas y en las intenciones, la compraventa tiene números de no llegar a buen término. En ese aspecto se me antoja que las obligaciones de las partes son tan equivalentes como recíprocas.
Desconozco los detalles objetivos de tu experiencia concreta, pues tan sólo conozco tu versión de los hechos, pero te aseguro que un cliente correcto, con independencia de su indumentaria, si sabe estar a la altura de la compra que pretende, suele recibir un trato, cuanto menos correcto, y esa es mi experiencia cuando he comprado relojes de entidad bajo una indumentaria penosa.
No sólo el vendedor tiene que tener actitud y formas en un negocio de compraventa. El comprador también debe mostrarlas y, si no sabe o no las tiene, es muy posible que le ocurra algo parecido a lo que narras, y es que las obligaciones no dejan de ser recíprocas en cualquier trato mercantil… ¿o no?...
Si no es así, esa relojería habría perdido a casi todos sus clientes y ya habría cerrado sus puertas con casi total seguridad. Si eso no ha ocurrido es que, a lo peor, ha sido el cliente concreto, su soberbia o su falta de cuidado en el encuentro interesado, el que ha provocado el torpe trato y frustrado desenlace.
No sé, pero siempre nos es más fácil criticar a las relojerías y a sus dependientes, y se nos hace una montaña reflexionar sobre lo coñazo que podemos llegar a resultar cuando acudimos a ellas… Un tema para pensar.
¡Saludos!
Última edición: