Una bonita historia.
Te cuento Pipiolo: Trata de un oficial de la marina de su simpática majestad, que perdió el reloj en Gibraltar cuando servía en el Repulse y tiró un cabo a tierra en una maniobra de atraque; tiro el cabo y el reloj se fue con él. ¿Qué hacía un oficial tirando un cabo a tierra?, pues dice que enseñar a un marinero cómo hacerlo (nunca había pensado yo que tuviese misterio tirar una cuerda desde un barco a tierra)
El caso es que como el pollo era un oficial, incluso se puso a buscar el reloj a dos buzos, que no lo encontraron. Ya hecho a la idea de no volver a verlo, se dejó el asunto, pero el sustituto del capitán del puerto dejo una descripción del reloj y de la zona en la que se había perdido. El caso es que 67 años después, dragando el puerto, apareció el reloj -ese Bulova de oro que ves, que le había costado 55 dólares en las Azores, durante un viaje a Singapur-, lo relacionaron con la descripción de la que hablábamos, y se lo mandaron a la dirección que tenía en el año 41. El reloj fue pasando por todos los domicilios del señor hasta que llegó al actual.
No sé qué me sorprende más, si que hayan encontrado el reloj o que hayan conseguido hacérselo llegar al señor este.
Espero que te guste la historia.
ICE