Estaba yo tomándome un buen café…
Mientras hacía mi asiduo y rápido repaso de los últimos hilos del foro, por aquello de no perderme demasiado de todo lo bueno que por él transcurre, cuando tropecé con el del conspicuo Alonso, cuyo contenido me pareció de una parca y más bien desatinada jocosidad. Pero he aquí que con asombro y a la vista de las contestaciones que recibía de los demás compañeros del foro he podido constatar, una vez más, mi torpeza de juicio: ¡el contenido de ese hilo iba en serio!
Sé que nadie me va a creer, pero la tacita de café se me ha caído literalmente encima del teclado así que, inutilizado el instrumento, en cuanto he podido me he desplazado para hacerme con uno nuevo y que, para presumir un poco (sólo un poco), diré que se trata de un magnífico “Logitech”. Menos mal, porque de lo contrario, temo que mi apetito tecleador me hubiera hecho escribir algo más visceral de lo que la prudencia aconseja en estos casos.
El caso es que, durante el camino de ida y vuelta a por mi nuevo teclado, que con estas líneas estreno, no he podido evitar el imaginar y aventurar el amor que Alonso siente por los Panerai. ¡Que digo amor!, eso es poco, es incluso algo más. Aventuro un platonismo, oculto bajo el ropaje de la más absoluta modestia, que incluso le lleva a denostar en público tal marca para evitar ser confundido con un banal admirador de la misma.
Casi me lo imaginaba hurgando a hurtadillas en los entresijos del foro Panerai, mirando a izquierda y a derecha, incluso atrás, para asegurarse el no ser descubierto por miradas ajenas y delatadoras de su recóndita pasión, hasta descubrir unas imágenes perniciosas y agresoras hacia su reverencial admiración por la marca. Pero sus dedos, impacientes por protestar ante tamaña agresión y convertidos en huéspedes de sus manos, como los míos ahora, se volcaban en el teclado traicionando su proverbial discreción, descubriendo su indignación por el maltrato hacia la deidad de su platónica marca de relojes, “pornografiados”con belicosas armas y amenazados con indecentes y devastadoras tetillas…
Ignorantes aficionados al arte de la fotografía –se diría-, transmutados en pervertidos amantes de los relojes que, en vez de retratarlos con flores o bombones, los arman con navajas y pistolas y los relegan a fetichistas relaciones con tetillas anónimas…
Así, Alonso nos advierte y aconseja: “
se veía venir…”.
Seguro que no es buena esa “
generación de intervenciones y entusiasmo en algún subforo…” Quizás hemos pecado y Alonso nos reclama para reconducirnos hacia el buen camino, ese en el que no se presume de nada, donde un reloj es un reloj, un arma es un arma y una tetilla, pues eso, una tetilla…, porque todo junto ofende y el arte, o la pretensión del mismo, debe ser filtrado a través de esa censura de la que nos creíamos liberados desde el año 79 del pasado siglo.
No Alonso, aquí solo presumimos de relojes y de lo que en mayor o menor grado sabemos de ellos, y si lo hacemos, es para que todos podamos ir aprendiendo un poquito más de todos ellos.
Si alguien cree que el pintor aspirante a “artista” cuando hace un bodegón plasmando en su óleo una escopeta de caza y un par de perdices, lo que pretende es presumir de su arma o de su trofeo de caza, antes que el transmitir un color, una luz, un sentimiento, una emoción o un simple orden o desorden de las cosas y de su visión sobre ellas, es que, o bien no tiene ni pajolera idea de lo que es el arte, o un modesto intento de aproximarse al mismo, o bien posee una estructura mental y psicológica seriamente alterada por factores merecedores, por lo menos, de un auto análisis introspectivo de su visión ante el mundo y las cosas de que se compone.
Si alguien piensa que el autor de un bodegón fotográfico pretende presumir de una pistolilla, de una navajilla, de un cochecillo o de una tetilla y utiliza un reloj como excusa para ello, es que tiene un serio problema afectivo y comprensivo, sin duda a tratar, y si fuera cierto que alguien quiere presumir de sus “canicas”, pues ¡dejémosle que lo haga y que disfrute con ello, pobre criatura! ¿qué mal o qué daño nos hace? Hay, sin duda, muchas cosas de mayor enjundia para presumir, como el respeto mutuo, la comprensión y la capacidad para compartir que cada día se patentizan en este foro.
La foto de un reloj junto a un cuerpo, o una parte de él, a un coche, una navaja o una pistola, solo pueden escandalizar a la mente perversa que la interpreta más allá de la intención del autor o incluso suplantando esa intención –en nada patente para mí en las fotos expuestas hasta ahora-, en las que tan sólo he sabido ver fuerza, impacto, color, luz, exposición, expresión y relojes, pero igual es que mi miopía no me permite ver más allá…
Pues nada, como por más que diga y escriba no me siento capaz de expresar lo que pienso en su plenitud, lo dejo aquí, sin más que requerir a Guancho para que publique esa foto de la famosa tetilla (¿viuda?) con reloj, si es que realmente tiene visos o intenciones de artística, y es capaz de superar la censura de los más puritanos (sexual o “relojísticamente” hablando, claro).
Un saludo a tod@s.
. Como siempre poniendo los puntos sobre las íes. En lo único que incido es en lo de la dichosa tetilla 
