swiss-made
De la casa
Sin verificar
Hola, amigos. Dadle al play...
Últimamente vengo dándole vueltas a la idea de que los relojes, como el mundo de la moda, puede dividirse en dos categorías: por un lado, los relojes que admiten un uso diario y, por otro lado, los guardatiempos más propicios para el deleite visual y (en el mejor de los casos) su colección y puesta ocasional.
Que los primeros sean más ponibles se puede deber a muchas causas: discreción de la pieza, fiabilidad del mecanismo, dureza de los materiales, estanqueidad del reloj, adecuación de los parámetros estéticos del reloj a nuestro estilo de vida, etc.
En el caso de los relojes que vengo a llamar "haute couture", las ocasiones para poder darles uso se reducen. Y esto puede ocurrir por ser demasiado ostentoso, por lucir un diseño estrambótico, por transmitir fragilidad a su propietario a raíz de los materiales empleados, la arquitectura general del reloj o un exceso de complicaciones del corazón de la máquina.
Yo abogo por el reloj práctico. El reloj instrumento con pocas concesiones a la galería. Pero es una opinión basada más en mi escaso presupuesto económico que en convicciones personales.
Toda vez que amo la relojería mecánica de lujo y comparto muchos postulados de eruditos bien documentados (personas de exquisito gusto como François-Xavier Overstake), tiendo a valorar cada día más el trabajo creativo, pionero y de investigación de las manufacturas mainstream de la alta relojería y (más en particular) de algunas firmas independientes.
Urwerk, Jean Dunand, Cabestan, Thomas Prescher, MCT o Maximiliam Busser & Friends son ejemplos maravillosos de esta forma de pensar y manufacturar relojes. En España tenemos el ejemplo magnífico de Pita, con resultados como el Oceana y las patentes innovadoras que permiten sus 5.000 metros de estanqueidad.
Nuevos materiales, cajas de morfología imposible, calibres inhouse radicalmente vanguardistas, nuevas formas de presentar la información relojera... hay relojes que se alejan de las sendas demasiado transitadas y apuestan por la originalidad.
No creo que esto signifique (ni mucho menos) un aviso de que la estética relojera tradicional tiene los días contados. Una perfecta cohabitación de tradición y modernidad es deseable y parece que, en la práctica, se impone. Como la convivencia del libro electrónico y la edición habitual en papel. Entre el progreso fomentado por la amplitud de miras y el respeto al savoir faire de la vieja escuela, se produce una interacción positiva y fecunda.
Ya es normal el uso de materiales (en el pasado revolucionarios) como el rubí sintético o el titanio. La implantación del silicio en la fabricación de espirales de volante o biseles (carbonitruro de silicio) es una prueba más de que la relojería acompasa sus pasos a los avances tecnológicos de nuestra época, sin olvidar la rica herencia que atesora esta industria.
El reloj del que quiero hablaros (y que os he venido mostrando en fotos) es el Horological Machine Nº 4 (HM4) llamado "Thunderbolt" (rayo) de Maximiliam Busser and Friends (MB&F).
Ficha técnica:
Maquinaria:
Calibre tridimensional desarrollado íntegramente por MB&F.
Cuerda manual con dos barriletes que posibilitan una reserva de marcha de 72 horas.
Frecuencia: 21.600 alternancias/hora (3 Hz).
Número de componentes: 311.
Número de rubíes: 50.
Funciones:
Horas, minutos e indicador de reserva de marcha
Horas y minutos en el dial de la derecha, indicador de reserva de marcha a la izquierda. Ambos se sitúan al final de dos protuberancias inspiradas por las formas de las turbinas de un avión. En el extremo opuesto a ambos diales se encuentran las coronas. La de la derecha sirve para ajustar la hora del reloj. La de la izquierda permite la carga manual del reloj.
Caja:
La caja del reloj está fabricada en titanio de grado 5 y zafiro.
Dimensiones: 54mm de ancho x 52mm de largo x 24mm de alto
Número de componentes de la caja: 65.
El reloj presenta un total de 5 cristales de zafiro.
La correa que acompaña al reloj es de piel de becerro cosida a mano. El cierre desplegable del reloj está fabricado en titanio y oro blanco.
Quizá sea un reloj de pasarela, pero yo doy la bienvenida a relojes como éste. Y mi amiga Megan también...
Edito: mi amiga Megan otra vez, pero mostrando sus encantos con más donaire (después del tirón de orejas de mi buen amigo mandrake)...
Un abrazo, amigos.
Nota: la foto del Pita Oceana es obra de foversta (equationdutemps).
Últimamente vengo dándole vueltas a la idea de que los relojes, como el mundo de la moda, puede dividirse en dos categorías: por un lado, los relojes que admiten un uso diario y, por otro lado, los guardatiempos más propicios para el deleite visual y (en el mejor de los casos) su colección y puesta ocasional.
Que los primeros sean más ponibles se puede deber a muchas causas: discreción de la pieza, fiabilidad del mecanismo, dureza de los materiales, estanqueidad del reloj, adecuación de los parámetros estéticos del reloj a nuestro estilo de vida, etc.
En el caso de los relojes que vengo a llamar "haute couture", las ocasiones para poder darles uso se reducen. Y esto puede ocurrir por ser demasiado ostentoso, por lucir un diseño estrambótico, por transmitir fragilidad a su propietario a raíz de los materiales empleados, la arquitectura general del reloj o un exceso de complicaciones del corazón de la máquina.
Yo abogo por el reloj práctico. El reloj instrumento con pocas concesiones a la galería. Pero es una opinión basada más en mi escaso presupuesto económico que en convicciones personales.
Toda vez que amo la relojería mecánica de lujo y comparto muchos postulados de eruditos bien documentados (personas de exquisito gusto como François-Xavier Overstake), tiendo a valorar cada día más el trabajo creativo, pionero y de investigación de las manufacturas mainstream de la alta relojería y (más en particular) de algunas firmas independientes.
Urwerk, Jean Dunand, Cabestan, Thomas Prescher, MCT o Maximiliam Busser & Friends son ejemplos maravillosos de esta forma de pensar y manufacturar relojes. En España tenemos el ejemplo magnífico de Pita, con resultados como el Oceana y las patentes innovadoras que permiten sus 5.000 metros de estanqueidad.
Nuevos materiales, cajas de morfología imposible, calibres inhouse radicalmente vanguardistas, nuevas formas de presentar la información relojera... hay relojes que se alejan de las sendas demasiado transitadas y apuestan por la originalidad.
No creo que esto signifique (ni mucho menos) un aviso de que la estética relojera tradicional tiene los días contados. Una perfecta cohabitación de tradición y modernidad es deseable y parece que, en la práctica, se impone. Como la convivencia del libro electrónico y la edición habitual en papel. Entre el progreso fomentado por la amplitud de miras y el respeto al savoir faire de la vieja escuela, se produce una interacción positiva y fecunda.
Ya es normal el uso de materiales (en el pasado revolucionarios) como el rubí sintético o el titanio. La implantación del silicio en la fabricación de espirales de volante o biseles (carbonitruro de silicio) es una prueba más de que la relojería acompasa sus pasos a los avances tecnológicos de nuestra época, sin olvidar la rica herencia que atesora esta industria.
El reloj del que quiero hablaros (y que os he venido mostrando en fotos) es el Horological Machine Nº 4 (HM4) llamado "Thunderbolt" (rayo) de Maximiliam Busser and Friends (MB&F).
Ficha técnica:
Maquinaria:
Calibre tridimensional desarrollado íntegramente por MB&F.
Cuerda manual con dos barriletes que posibilitan una reserva de marcha de 72 horas.
Frecuencia: 21.600 alternancias/hora (3 Hz).
Número de componentes: 311.
Número de rubíes: 50.
Funciones:
Horas, minutos e indicador de reserva de marcha
Horas y minutos en el dial de la derecha, indicador de reserva de marcha a la izquierda. Ambos se sitúan al final de dos protuberancias inspiradas por las formas de las turbinas de un avión. En el extremo opuesto a ambos diales se encuentran las coronas. La de la derecha sirve para ajustar la hora del reloj. La de la izquierda permite la carga manual del reloj.
Caja:
La caja del reloj está fabricada en titanio de grado 5 y zafiro.
Dimensiones: 54mm de ancho x 52mm de largo x 24mm de alto
Número de componentes de la caja: 65.
El reloj presenta un total de 5 cristales de zafiro.
La correa que acompaña al reloj es de piel de becerro cosida a mano. El cierre desplegable del reloj está fabricado en titanio y oro blanco.
Quizá sea un reloj de pasarela, pero yo doy la bienvenida a relojes como éste. Y mi amiga Megan también...
Edito: mi amiga Megan otra vez, pero mostrando sus encantos con más donaire (después del tirón de orejas de mi buen amigo mandrake)...
Un abrazo, amigos.
Nota: la foto del Pita Oceana es obra de foversta (equationdutemps).
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