Sanza
Baneado
Estoy triste como siempre que me voy de casa y dejo a mi familia, y es de noche y tarde y llegaré tarde y de noche.
Las maletas delante, y bultos que son regalos y cosas en los asientos posteriores...espacio de sobra para dos y todo tipo de bultos para viajar en su sitio y sin apreturas...no me hace falta bajar los asientos traseros porque no es navidad y no llevo tres jamones, dos cestas, y botellas para seguir borracho hasta Semana Santa, pero ya queda menos...
Huele a cuero, me envuelve sentarse y en el garaje el arranque metálico y como de estropeado me hace sonreir por primera vez, me gusta y me hace sentir bien...las luces son blanquecinas en el cuadro y los cinco relojes que forman parte de la historia hacen pensar que es absurdo construir salpicaderos de otra manera...fuera en la calle, la presión y temperatura del aceite, temperatura de agua y el cheking del resto de cosas dicen por enésima vez que conduzca y haga lo que me de la real gana que para eso se ha construido este chisme, tanto en quieto como moviéndose a cualquier velocidad.
Uhmmm...paro y lleno el depósito, delante sobre la aleta, que es un nervio gigantesco sobre el capó que sólo es así en este coche, y negro como el hambre el bicho debajo de los focos me quedo absorto y me olvido de subir y me dice el gasolinero que pague y le miro con mi cara de gilipollas, pero más o menos ya estoy en camino y veo todo porque la luna brilla llena y el bi-xenón es un invento de p.m.
En el retrovisor hay un tipo con la boca abierta, que resulta que soy yo, cuando el pisotón me empuja a las velocidades legales de la vía en nada, instantaneamente, porque el peso de un coche desequilibrado se equilibra al acelerar y el motor colgado atrás hace que la tracción en ese eje, que es el único que se mueve por sí mismo, no tenga otra cosa en esta vida que hacer que llevarme hacia delante y punto.
Como en el túnel quiero seguir pasando como toca, freno el 911 y el coche desequilibrado parado se equilibra al frenar y el reparto perfecto de peso decelerando hace que no se mueva un milímetro, que no titubee, que no haga ni un sonido ni un mal gesto y la física parece que sólo existe fuera o bien lejos...es algo que hay que vivirlo para entender qué pasa en el estómago cuando frena un cacharro de estos y sólo se percibe deceleración progresiva y dosificable.
El cambio manual sirve para disfrutar meneándolo. Es sorprendente cómo un chisme engrana y transmite tan bien que da gusto juguetear y esforzarse algo con el pedal, como recordando lo jodidxxxxx rápidas que se pueden poner las cosas si te decides...corto recorrido, preciso, entretenidísimo...
Y hay curvas, claro...vaya que si hay...sólo si apoyara las puñeteras manos en la carretera, como si me llevaran "en carretillo", podría tener más sensibilidad al volante sobre lo que le pasa a las gomas delanteras, a la dirección, al morro, a lo que tengo delante...
Sin holguras, precisa, un milímetro es una unidad de medida ahí abajo...apetece tardar en entrar en la curva para girar y pensar en el eje trasero, para notar los neumáticos esforzándose en lo que les toca delante, para olvidarse de que es de noche y mañana trabajo y se queda atrás mi familia...
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Las maletas delante, y bultos que son regalos y cosas en los asientos posteriores...espacio de sobra para dos y todo tipo de bultos para viajar en su sitio y sin apreturas...no me hace falta bajar los asientos traseros porque no es navidad y no llevo tres jamones, dos cestas, y botellas para seguir borracho hasta Semana Santa, pero ya queda menos...
Huele a cuero, me envuelve sentarse y en el garaje el arranque metálico y como de estropeado me hace sonreir por primera vez, me gusta y me hace sentir bien...las luces son blanquecinas en el cuadro y los cinco relojes que forman parte de la historia hacen pensar que es absurdo construir salpicaderos de otra manera...fuera en la calle, la presión y temperatura del aceite, temperatura de agua y el cheking del resto de cosas dicen por enésima vez que conduzca y haga lo que me de la real gana que para eso se ha construido este chisme, tanto en quieto como moviéndose a cualquier velocidad.
Uhmmm...paro y lleno el depósito, delante sobre la aleta, que es un nervio gigantesco sobre el capó que sólo es así en este coche, y negro como el hambre el bicho debajo de los focos me quedo absorto y me olvido de subir y me dice el gasolinero que pague y le miro con mi cara de gilipollas, pero más o menos ya estoy en camino y veo todo porque la luna brilla llena y el bi-xenón es un invento de p.m.
En el retrovisor hay un tipo con la boca abierta, que resulta que soy yo, cuando el pisotón me empuja a las velocidades legales de la vía en nada, instantaneamente, porque el peso de un coche desequilibrado se equilibra al acelerar y el motor colgado atrás hace que la tracción en ese eje, que es el único que se mueve por sí mismo, no tenga otra cosa en esta vida que hacer que llevarme hacia delante y punto.
Como en el túnel quiero seguir pasando como toca, freno el 911 y el coche desequilibrado parado se equilibra al frenar y el reparto perfecto de peso decelerando hace que no se mueva un milímetro, que no titubee, que no haga ni un sonido ni un mal gesto y la física parece que sólo existe fuera o bien lejos...es algo que hay que vivirlo para entender qué pasa en el estómago cuando frena un cacharro de estos y sólo se percibe deceleración progresiva y dosificable.
El cambio manual sirve para disfrutar meneándolo. Es sorprendente cómo un chisme engrana y transmite tan bien que da gusto juguetear y esforzarse algo con el pedal, como recordando lo jodidxxxxx rápidas que se pueden poner las cosas si te decides...corto recorrido, preciso, entretenidísimo...
Y hay curvas, claro...vaya que si hay...sólo si apoyara las puñeteras manos en la carretera, como si me llevaran "en carretillo", podría tener más sensibilidad al volante sobre lo que le pasa a las gomas delanteras, a la dirección, al morro, a lo que tengo delante...
Sin holguras, precisa, un milímetro es una unidad de medida ahí abajo...apetece tardar en entrar en la curva para girar y pensar en el eje trasero, para notar los neumáticos esforzándose en lo que les toca delante, para olvidarse de que es de noche y mañana trabajo y se queda atrás mi familia...
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