La expresión descubrimiento de América se usa habitualmente para referirse a la llegada de un grupo de españoles que partieron desde el Puerto de Palos de la Frontera, comandados por Cristóbal Colón a América, el 12 de octubre de 1492, lunes, a una isla del mar Caribe llamada Guanahaní representando a los Reyes Católicos de España. Se trata de uno de los momentos culminantes de la historia universal porque significó el encuentro, aunque conflictivo y violento, de dos mundos humanos que se habían desarrollado independientemente sin que ninguno conociera la existencia del otro.
Cristóbal Colón, pensaba que había llegado al continente asiático, denominado por los europeos Indias y murió sin saber que había llegado a un continente desconocido por los europeos.
La expresión ha sido criticada como eurocentrista por los pueblos originarios de América, por movimientos sociales y políticos americanos, y por diversos estudiosos, ya que cuando Colón llegó a América, el continente se encontraba poblado en toda su extensión y había sido descubierto por los antecesores de sus habitantes varios miles de años antes. La discriminación e invisibilización de las culturas originarias de América por parte de los colonizadores constituyó una política intencional y sistemática de estos últimos, que incluso llegaron a discutir si los pobladores de América tenían alma.
Debido a ello algunos historiadores han sostenido que, para referirse a este acontecimiento, resulta más adecuado utilizar expresiones como «llegada de Colón a América» o «llegada de los españoles a América». Eventualmente los términos «conquista de América», ampliamente utilizado, o el menos habitual «invasión de América», se refieren al proceso iniciado con el famoso viaje de Colón.
Esto es un fragmento del diario de Colon en el momento de su llegada y la primera impresión sobre los indígenas..
FUENTE WILKIPEDIA
Jueves 11 de octubre:...
«Yo -dice él-, porque nos tuviesen mucha amistad, porque conocí que era gente que mejor se libraría y convertiría a nuestra Santa Fe con amor que no por fuerza, les di a algunos de ellos unos bonetes colorados y unas cuentas de vidrio que se ponían al pescuezo, y otras cosas muchas de poco valor, con que hubieron mucho placer y quedaron tanto nuestros que era maravilla. Los cuales después venían a las barcas de los navíos adonde nos estábamos, nadando, y nos traían papagayos e hilo de algodón en ovillos y azagayas y otras cosas muchas, y nos las trocaban por otras cosas que nos les dábamos, como cuentecillas de vidrio y cascabeles. En fin, todo tomaban y daban de aquello que tenían de buena voluntad. Mas me pareció que era gente muy pobre de todo. Ellos andan todos desnudos como su madre los parió, y también las mujeres, aunque no vi más de una harto moza. Y todos los que yo vi eran todos mancebos, que ninguno vi de edad de más de treinta años: muy bien hechos, de muy hermosos cuerpos y muy buenas caras: los cabellos gruesos casi como sedas de cola de caballo, y cortos: los cabellos traen por encima de las cejas, salvo unos pocos detrás que traen largos, que jamás cortan. De ellos se pintan de prieto, y ellos son de la color de los canarios ni negros ni blancos, y de ellos se pintan de blanco, y de ellos de colorado, y de ellos de lo que hallan, y de ellos se pintan las caras, y de ellos todo el cuerpo, y de ellos solos los ojos, y de ellos sólo el nariz. Ellos no traen armas ni las conocen, porque les mostré espadas y las tomaban por el filo y se cortaban con ignorancia. No tienen algún hierro: sus azagayas son unas varas sin hierro, y algunas de ellas tienen al cabo un diente de pez, y otras de otras cosas.
Saludos