Algunos piensan que los relojes son como los zapatos o las camisas. Que en función del tamaño se elige una talla u otra. Y yo pienso que cada reloj tiene una idiosincrasia, una personalidad en función de su diseño, y que no podemos estirarlo o encojerlo a nuestro antojo.
Así, un Cartier Tank, por ejemplo, siempre tendrá una esfera y agujas minúsculas, y es impensable quererlo el doble o triple de grande. Tampoco veo comprensible querer un Panerai Submersible de 38 mm, cuando el de 44 me parece fantástico.
Lo mismo ocurre con el Explorer de 36. Es así como fue diseñado, y como encuentra su equilibrio -en mi opinión- perfecto. Otra cuestión es que haya compaeros que se sientan más cómodos con el de 39, cosa que respeto, faltaría más.
Desde mi punto de vista, el Explorer 1016 es el reloj más bonito, más polivalente y más desesdo. Y, como es un sueño imposible, me contento con su primo mayor, el 14270 de tritio y agujeros en la caja, que también me tiene maravillado: