Te pego un articulo que tenia guardado en mis favoritos:
Muchas veces se ha suscitado y tratado esta cuestión, hablando de relojería, quizá la más recurrente de todas. Como se indica en la página del Instituto Británico de Relojería
, que a su vez es una síntesis de varios e-mail enviados a la lista de correo que tiene dicho Instituto en Internet (
), la explicación más convincente sobre la preferencia del IIII en lugar del IV en las esferas relojeras que usan numeración romana, es la que apunta a razones estéticas de simetría: el IIII armoniza con el VIII (ambas cifras tienen 4 caracteres), pero el Big Ben de Londres lleva el IV, igual que los relojes japoneses de torre que usan numeración romana.
También se ha dicho que fue por la contumacia de un rey: en 1364 el rey Carlos V de Francia censuró a un artífice relojero haber puesto en la esfera de un reloj de torre IV y no IIII, y ante la defensa del relojero de que eso era lo correcto, el rey zanjó la cuestión bruscamente diciendo "yo nunca me equivoco". En el fondo tenía razón, supiéralo o no el rey (apodado “El Sabio”), porque parece que ambas formas son correctas. De hecho los romanos usaban el IIII en lápidas y esculturas, probablemente por motivos religiosos, según se dice en la página referida, de donde saco estas notas, porque el IV equivalía a las dos primeras letras del nombre del dios Júpiter (IVPITER), y utilizar ambas cifras unidas en ese orden, para señalar una fecha, podía considerarse irreverente o de mal fario, dado que los romanos eran muy supersticiosos.
La vuelta de la tortilla se dio (en parte, porque no logró romper la tradición), en el último cuarto del siglo XVIII, cuando el IV empezó a usarse también en relojes de pared, al introducir algunos constructores (Kinbb, notablemente) el toque romano, consistente en una campanada corta, para señalar una hora y en una campanada larga para señalar cinco de golpe, de manera que una campanada corta seguida de una campanada larga, indicaba las 4. Con este sistema se trataba sobre todo de que el reloj tuviese más y mejor rendimiento a largo plazo, ya que al ahorrar campanadas, el desgaste era menor y el mecanismo de sonería más sencillo.