Vayamos por partes. En la actualidad la industria española no tiene una presencia destacada en el mundo de la escritura. Inoxcrom fue la marca que mejor nos representó pero sus buenos viejos tiempos ya pasaron. Estamos espectantes con lo que vaya a ocurrir con las dos empresas que han surgido de la Inoxcrom original pero no es un buen comienzo empezar una nueva singladura divididos.
Ahora Romillo es uno de los fabricantes artesanos más reconocidos en el concierto mundial de las estilográficas (Leigh Reyes habla maravillas de su Romillo Narcea)
https://leighreyes.com/2013/10/the-romillo-pen-adventure/
No creo que se trate de una dejación de nada. Sencillamente nuestro país no ha sido cuna de industrias punteras en el sector que nos atrae y ahora no tiene en el mercado nada de cierto nivel en el sector industrial.
Francia es un gran país. Y lo es desde hace muchos siglos. Junto con Inglaterra, ha sido la otra gran potencia europea, muchísimo tiempo antes de que Alemania -que con Merkel o sin ella es quien dirige ahora el cotarro- fuera lo que ha llegado a ser. España hacía la guerra por su cuenta y creaba el mayor imperio de la historia pero lejos de Europa.
Hasta hace un siglo Francia fue cuna de la modernidad pero su declive militar iniciado en el último tercio del siglo XIX ha marcado otros rumbos. En 1940 fue invadida totalmente en mes y medio. Todavía hoy no se han recuperado de ello. EEUU tuvo que venir al rescate y, de paso, les quitó la punta de lanza de la que alardearon durante mucho tiempo. Ahora, siendo uno de los referentes de la sociedad moderna, no destacan en nada. Es una sociedad en dulce declive. Se ve, por ejemplo, en el idioma. Después de haber sido el idioma moderno más utilizado hace un siglo en el incipiente mundo de las organizaciones internacionales (desde la Sociedad de Naciones hasta las federaciones deportivas internacionales) ahora el francés solamente lo hablan ellos y las regiones limítrofes (Valonia, Luxemburgo, Ginebra...) y veremos por cuanto tiempo. El inglés en las generaciones jóvenes está generalizado. Sí, son chovinistas, pero tienen muchísimo de lo que alardear.
Pero ese chovinismo no les impide valorar lo ajeno. Como bien dice Sirtoti, a la cultura española ahora se la aprecia mucho. Tanto el flamenco como los toros tienen un enorme seguimiento. En el tema taurino se ve muy claramente la diferencia entre España y Francia. Ahora en España se cuestiona el que haya corridas de toros (a mí no me dan ni frío ni calor) pero en Francia tienen desde hace muchos años una afición enorme y creciente. De hecho, tienen una ley que impide crear una plaza de toros a las localidades que no puedan demostrar que históricamente tuvieron espectáculos taurinos. Promulgaron esa ley para limitar la expansión del mundo del toro. Recuerdo haber estado en Arlés en plena feria taurina. La celebran, ni más ni menos, en el anfiteatro romano. Era la noticia de la semana. No se hablaba de otra cosa. El periódico local abría con la foto de El Juli a plena página (y al día siguiente con otro torero) y le dedicaban a la feria doce o catorce páginas cada día.
Yo resido en la frontera con Francia y excepto algún rincón lindante con Alemania he recorrido el país casi por completo. Cuando he tratado con ellos siempre me he sentido a gusto y nunca menospreciado por ser ibérico. Ah, y social y culturalmente, como bien indica Sirtoti, nos llevan una amplia ventaja.
Saludos.