Te repito, según tu has comprado un montón de movimientos que supuestamente son Dixmont Guangzhou. Igual que la.mayoria de la gente compra movimientos ST cuando la mayoría no se hacen en Tianjin así que no son ST. Y por estadística no puede ser que todos te salieran mal por que en el subforo de chinos mucha gente los enseña y están muy contentos.
Como siempre digo si el movimiento no está firmado no sabes lo que es, ni de dónde viene y probablemente no esté muy ajustado.
Coño que un 4R puede tener de fábrica un desfase de +40 y que cualquier reloj chino de los 70, ya de fábrica tenía el mismo.
Sabéis cuántos suizos tengo??? 0. No me quedé con ninguno, me iban peores que relojes chinos y no voy a tener un reloj de 1000 euros en el cajón cuando tengo un Amphibia que va a -1 segundo al día y me costó 70 euros.
Lo mas gracioso es que lo vendes y no te preguntan en que parámetros va como si solo por ser suizo ya se regulará solo. Como se dice por mi tierra mucho aparentador que solo quiere un reloj suizo para decir que es mejor sin saber nada de nada.
Lo dicho no se puede pedirle peras al olmo. Que queréis compraros un Suizo made, 50% China, perfecto pero solo por poner Swiss ya estais pagando 400-500 euros más, eso sí la última pieza ha sido ensamblada en Suiza y se entiende que pasa un control de calidad más exhaustivo. Que el movimiento va a +40 lo tocan un poco, a + 20 y al mercado.
Teniendo en cuenta que los relojes actuales aún siendo un manazas los pones tú en +-5 en 15m sin mucho problema pues ya me direis. Ahí estoy viendo yo el T.O.C de
@alferm que cada vez que le traen un reloj se pone con las palanquitas y los deja muy bien. Y eso que tiene dos manos izquierdas siendo diestro.
Y con esto tampoco le quitó la razón al compañero
@thejoselmer que perfectamente ha podido tener la mala suerte de dar con x movimientos malos pero me resulta raro ya que no veo yo muchas opiniones desfavorables sobre relojes que supuestamente montan esos movimientos.
Comencé a trabajar con proveedores chinos y taiwaneses hace más de 20 años. Creo que en 1998. En ese momento, fabricaba máquinas de entretenimiento. Aprendí muchísimas cosas. Y los chinos, en estas últimas décadas también aprendieron a trabajar con el mercado de occidente. La mejora en calidad es notable. Hace unos años visité varios proveedores cerca de Shenzhen. Vi empresas implementando ISO 9000, prácticas de Lean Manufacturing y hasta Toyotismo. También vi líneas de producción altamente ineficientes y modelos de manufactura fordistas. Al estilo Tesla.
Al día de hoy, sigo trabajando con empresas chinas.
Puedo resumir, solo en mi experiencia que no será la de otros, las particularidades que me encontré en el trato con ellos.
1) La calidad de los productos depende del mercado objetivo y los precios. No es lo mismo importar desde Europa que desde Latinoamérica. Esto, igual, ocurre con empresas no chinas. Un portátil o un coche de la misma marca para Alemania, no tiene ni la misma calidad ni la funcionalidad que para Argentina o Uruguay.
2) No existen las obviedades. Si algo no se aclara, lo que presuponemos o damos por sentado, no ocurrirá. Y el idioma es una barrera de interpretación. Hay empresas de 500 empleados en los que sólo los comerciales hablan inglés. En algún caso muy raro, la gente de ingeniería o desarrollo lo hablan. El comercial le traduce al resto lo que entiende de lo que dijimos.
3) Depende del producto, el perfil de empresa que hay detrás. No todas las industrias alcanzaron el mismo nivel tecnológico. Igual esto está cambiando.
4) Quieren vender. A veces nos dicen lo que queremos escuchar. Y, por más que se esfuercen en cumplirlo, no siempre pueden.
5) Una de las primeras discusiones es el precio. Están acostumbrados (cada vez menos) a que los veamos como una industria barata. El primer precio es tentativo. Siempre esperan que negociemos.
6) Es muy difícil saber quién fabrica qué. Con el acceso a la información cada vez mas expuesta, es algo más simple. Pero es común que vayamos a un fabricante de diales, por ejemplo y le preguntemos si fábrica agujas, nos diga que sí. Y mallas. Y cajas. Y cristales de zafiro. Algo imposible en un esquema de manufactura como el de ellos.
7) Sin visitar las fábricas es muy difícil validar un proveedor. Más allá de tener las muestras y ensayarlas, la calidad de la producción, depende de los sistemas de calidad que tengan. ISO 9000, si bien ayuda, no implica que tendremos a lo largo del tiempo, los productos que esperamos. Para eso existen traders locales y varios tipos de personajes e instituciones, pero no es lo mismo que visitarlos personalmente y seguirlos de cerca.
8) Existen muchos formatos de asociaciones productivas. Así como alta competitividad entre ellos. Por eso es común encontrar desde los mismos productos a diferentes precios como diferentes calidades del mismo producto al mismo precio.
9) No existen casi nunca las relaciones a largo plazo como estamos acostumbrados en occidente (aunque acá también está cambiando). Un mismo proveedor puede fabricar un producto, descontinuarlo o hasta cambiar de rubro. En electrónica, por su dinámica, es muy común.
10) Muchas empresas no están preparadas, ni técnica ni culturalmente, a manejar incidencias. Los sistemas productivos de volumen, tienden a bajar costos, pero son rígidos en varios aspectos. Da para escribir un libro aunque ya hay muchos.
11) Es muy fácil marearlos. Cuanto más precisa sea la información, más efectiva es la comunicación. Los detalles intrascendentes o los cambios de última hora, siempre crearán confusión.
12) No son latinos. Los latinos nos enojamos, gritamos, protestamos y nos amigamos. Los chinos no funcionan así.
Me entusiasmé escribiendo.
En concreto, en la industria relojera China, lo que estoy seguro, es que es muy difícil encontrar las fabricantes reales, asegurar la calidad con empresas que no conocemos, lograr una comunicación fluida y obtener los resultados que queremos. En parte, por su propia cultura y por nuestra idiosincrasia.
Por otro lado, los suizos y los japoneses son más transparentes. También ocultan cosas. Es cierto. Pero, en general las marcas ponen a disposición la mayoría de la información necesaria para que decidamos. Los chinos, en general no.