¡Hay que ver! Ponemos un Maurice Lacroix, un Hublot, o un Zenith, y se encienden acaloradas discusiones: que si las agujas, que si la esfera, que si la luminova del punto de la i...
Pero sacamos un Swatch de plástico, de cuarzo, y más friki que Pocholo, y ¡hala! todo halagos y mensajes de admiración. Si es que mira que somos raros. Al final tendrá razón mi mujer.