Supongo que ha de ser complicado, muy complicado, inventarse una buena historia para publicar cada finde...
Y cuando la profesión peina canas, más mérito aún supone no caer en la reiteración del amigo imaginario de todo pelaje...
En fin, en todo caso, si queremos hacer crítica social de andar por casa, creo que hay que atarse antes los machos y no engañarse ni a sí mismo ni a los lectores. Y es que no todo el mundo tiene como fin en la vida su curro, por excitante y satisfactorio en lo emocional y/o pecuniario que llegue a resultar.
Que aunque uno sea un workaholic sesentón irredento por devoción o por necesidad, no tiene por qué pensar que los demás también tienen en la vida como alfa y omega doblar el lomo 10 horas al día, 7 días de la semana... ¿365 días al año menos los de guardar?
¡Ja!
Es que llegando a una edad, hay cosas como la pareja... los hijos... la familia...los amigos... incluso los relojes.
Y todo eso necesita de su huequecito en nuestro espacio fisico-temporal, para satisfacer a la mayoría de los mortales; para ser felices, vaya.
Quizá por eso, el tendero "amigo" de D. Arturo y la mayoría de lo tenderos de este país, no abren los sábados por la tarde, ni los domingos, ni las fiestas.
Es que si lo hicieran, en vez de diez horas o doce diarias, cinco días a la semana, terminarían por abrir los siete días y tendrían que hacer otras veinte más.
Y total, por qué no abrir por las noches, puesto que también hay clientela potencial...
Y total, por qué irse de vacaciones en verano, si es cuando cierra el de la tienda de en frente y se le puede sustraer algún cliente...
Y al fin y a la postre, en tiempos de crisis y puesto que "no se lo puede uno permitir" lo que uno "debe hacer"es cogerse la vacaciones en Febrero, por ejemplo.
Es una pena, si no fuera porque mi "amigo el tendero" tiene familia, amigos, relojes y hasta perro que le ladra, creo que seguiría el consejo de D. Arturo...