Es, sencillamente, impresentable. Para discrepar o hacer crítica política no hay que faltar el respeto a nadie. Ser educado con alguien con quien estás de acuerdo en todo y que te trata con cortesía no tiene ningún mérito; la propia educación se demuestra cuando uno tiene que tratar con personas que no le agradan, con las que no está de acuerdo, o que son maleducadas. No hay, que yo sepa, un "derecho a ser borde"; ninguna de esas cosas autoriza a comportarse como un gamberro, y dice a las claras que la formación académica de estos chavales será magnífica, pero desde luego, su formación cívica deja bastante que desear.
Wert, independientemente de la opinión personal que nos ofrezca a cada uno, y de lo mucho o poco que nos guste su política, es el Ministro del Educación, es decir, que es el máximo representante de una institución pública, elegido para el cargo democráticamente. Negarle el saludo en un acto formal en el que, en representación del Ministerio, te entrega un premio, es amén de una grosería, una falta de respeto a la institución que representa, sin más.
Por eso, si tan poco valor se le da al ministro, y a lo que representa ¿para qué recoger un premio dado por él? Lo lógico sería declinar el premio y no asistir. Eso me parecería una forma elegante de crítica a la política del ministro, y es lo normal (como ejemplo, Javier Marías rechazó el premio nacional de narrativa). O que los premiados hubieren suscrito algún manifiesto de protesta, por ejemplo.
En cuanto a lo de la vestimenta, pues para qué hablar. Por supuesto que cada uno se viste como quiere, pero se da por supuesto que por respeto a uno mismo, a los demás y al acto al que asiste, se viste en consonacia con aquél: uno no va a casarse a la iglesia en vaqueros, o se presenta en un entierro vestido de blanco. Yo, personalmente, como estoy más cómodo es en bañador o en pijama, pero no se me ocurre ir a trabajar de ninguna de las dos formas.
Si a recoger un premio de esa envergadura vas vestido igual que si fueras a tomar unas cervezas, pues más de lo mismo. Y no se confunda marca con etiqueta; no hace falta ir a Gucci para tener un traje azul que ponerse para estas ocasiones.