G
gaspari
Forer@ Senior
Sin verificar
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En efecto, Cocoliso, en mi época también se consideraban -y yo sigo pensando que lo son- bisílabos. Es que en la EGB de los 70, la ortografía y el diccionario reflejaba el español de España. Y no la negociación politicamente correcta de más de una veintena de academias de países hispanohablantes.
Lázaro Carreter en 1976 dijo:"Vista desde otra perspectiva, la convención ortográfica es un gran bien, pues constituye uno de los principales factores de unidad de la inmensa masa humana hispanohablante. Mientras fonética, léxico y hasta gramática separan a unos países de otros, a unas clases sociales de otras, la norma escrita es el gran aglutinador del idioma, el que le proporciona su cohesión más firme. Las innumerables diferencias locales que hacen del español un "puzzle" dentro de su relativa unidad, se reducen, yo diría que gustosa y casi unánimemente, ante las convenciones de vocabulario, morfología, sintaxis y ortografía de la lengua escrita. Ella, mucho más que la oral, es la que nos permite sentirnos miembros de la misma comunidad."
Lázaro Carreter dijo:Formando yo parte de un tribunal con un ejemplar colega de matemáticas, contestó así a un alumno que iba a preguntarle el porqué de su suspenso, cuando había resuelto a la perfección el difícil problema. «Es verdad; ha resuelto bien un problema; pero no ha dado solución correcta a otro: tangente, amigo se escribe con g,no con j»
¡ Ole, ole y ole !!!.Disculpe, pero la tílde diacrítica existía ya antes que la RAE fuese fundada y dictase norma alguna. La etimología del nombre es gr. διακριτικός. ( Soy de ciencias, pero de formación humanística, ya ve).
Esta polémica viene (por si algún sesudo miembro de los que han votado a favor de este sinsentido lee este foro), porque desde 1983, la fiebre panamericana de los actuales cabecillas (no merecen nombre más digno) los españoles no tenemos idioma, sino un número limitado a votos conforme a población en nuestra propia casa. La polémica, no sólo existe en la misma RAE y en el resto de los intelectuales, sino en la calle. Déjeme que le diga algo; el español, es de los españoles, y si no nos dá la real gana seguir las estulticias dictadas a golpe de imposición políticamente correcta, la reforma no sólo les va a salir rana sino que le auguro un brevísimo y no indoloro porvenir. Con determinados elementos, lo único que funciona es que les muevan el sillón o el estipendio; les aclara las ideas ipso facto, oiga.
... espero que la insumisión sea generalizada, porque es la única manera de mantener la cordura sobre los patéticos próceres que nos ha tocado soportar en estos tiempos.