¡Pero si en eso estamos de acuerdo! La campaña es sensacionalista, transmite un mensaje poco claro y fácilmente tergiversable (evidentemente
), y es de dudoso gusto. Y si lo que se busca es que a sus autores y promotores se les dé el premio al peor anuncio del año, contad con mi voto (y si no existe ese galardón, lo creamos
). La campaña no me parece defendible ni pretendo hacerlo (ojo, el anuncio en sí, no lo que trata defectuosamente de transmitir). Pero no creo que vayan por ahí los tiros (malpensado que es uno, qué se le va a hacer).
Pero como parece, aunque me sorprenda, que puede que haya quien realmente se esté tomando el tema sin ironía, y pensando que la interpretación correcta es la que se está viendo en este hilo, pongo la mía que, inmodestamente
, pienso que coincide con la que pretendía el autor: el anuncio no pretende insultar a quien no sea puta, negro, marica, moro, sudaca o mujer. Lo que pretende es tachar de imbécil (o
imbécila, que diría Reverte, no nos creamos que sólo se refiere a hombres) a quien utilice de forma despectiva esos términos, o discrimine a quien por su condición se les puedan aplicar.
Esto yo pensaba que lo entenderíamos todos así, pero se ve que no, o más bien, que es muy fácil hacerse el tonto e interpretarlo de forma que sirva para atacar a los promotores del (pésimo) anuncio, y por motivos distintos a la falta de talento y buen gusto publicitario.
Saludos