Rolex4ever
Habitual
Sin verificar
Hola,
Llevaba mucho tiempo con ganas de hacer una reseña del Yacthmaster II. Hay relojes que se me resisten en Rolex, de todos este era de los que más. Las versiones en oro definitivamente nunca me llamaron la atención, ello a pesar de no ser yo ningún detractor de los relojes de oro, al contrario. Simplemente no me terminaban de convencer.
Cuando sacaron la versión Rolesor Everose me llamó por primera vez la atención este modelo, me parece muy estética la combinación acero y oro rosa. Después al aparecer la versión en acero en 2013 empezó a despertar interés mi interés y definitivamente cambié mis sensaciones hacia el YMII.
Ya desde 2009, dos años después del lanzamiento del YMII original, me ocupé de investigar acerca del novedoso calibre coincidiendo con mis primeros escarceos en los foros de relojes. Mucho de lo que escribiré a continuación lo aprendí por aquellas fechas. Recuerdo que lo primero que me entusiasmó fue el sistema de fabricación de muchas de sus componentes por medio de la tecnología UV LiGA, ahora extendida, pero en 2007 cuando salió el YMII, no era ni mucho menos algo común.
Un vistazo a la complejidad del calibre 4161:
Foto: Revista 5 Rolex
Pero ha sido apenas en 2016 que me decidí a escribir un hilo acerca del Yacthmaster II. Me gustaría reivindicarlo de alguna manera. No sólo como reloj sino para en alguna medida derrumbar el mito de que Rolex no hace relojes complicados.
Creo que no se le reconoce el gran mérito horológico que tiene desde el punto de vista de sus complicaciones y creo que además es un hijo en cierta forma olvidado por Rolex. Hasta hace poco que le dedicaron la revista 5 y no en exclusiva, ya que trata de toda la línea Yachtmaster. Algo es algo.
Por fuera en un reloj singular. Grande para estándares Rolex, mide unos 44mm y aparenta alguno más. Es pesado, se siente muy pesado para ser de acero.De las versiones en oro ni hablar, son como pesas de gimnasio (me gusta ese peso, debo decir).
El dial es de color blanco con detalles en rojo y azul. Muy náutico. La visibilidad es muy buena a pesar de la cantidad de elementos de la esfera. La aguja minutera semiesqueletizada obra maravillas para dar visibilidad a la aguja regresiva.
Desde el punto de vista de armonía de esfera agujas e índices saca muy buena nota. Los índices y agujas en oro azul son un poema. No sé qué tipo de aleación sea pero el caso es que el azul se ve intenso y sin duda se mantendrán prácticamente inalterables en el tiempo.
La caja es la típica Yacht-Master. Curvas muy sexys. Asas que terminan hacia abajo. El bisel es muy técnico. Grueso, sólido. El insert de cerámica azul, tiene un tono azul intenso que no llega a ser estridente.
Quizás lo que más choca es la leyenda Yacht-Master en el insert. Provoca asimetría en el conjunto, pero bueno Rolex dice que lo hizo para imitar el nombre de barco en el casco pero yo creo que más bien se hizo para recordar el nombre del barco en el típico salvavidas. Me habría gustado una graduación tipo diver, pero ello crearía confusión en cuanto a su utilización.
Los pulsadores son geniales, sin rosca y con un diseño que recuerda a un cabrestante de yate. Eso sí, un yate de lujo.
Alto de caja pero no en exceso, guarda buena proporción con el tamaño de caja. La altura se justifica no tanto por la estanqueidad, que es de 100m sino por la gran complejidad del calibre.
El brazalete es como nos tiene acostumbrados Rolex, la referencia del su segmento. En este caso el Oyster de 21mm, con su disminución que lo hace comodísimo a la par de resistente y clásico. Sin duda una de las grandes aportaciones de Rolex a la industria han sido sus brazaletes, en particular el Oyster, el brazalete más copiado que existe.
Pero lo que pone al YMII en otra categoría es su calibre. Basado en el 4130 del Daytona, el 4161 del YMII es un portento mecánico.
Aquí un corte vertical de la caja y movimiento:
Foto: Revista 5 Rolex
Veamos, Rolex hace lo que hace mejor que ninguna otra marca. Manufactura muchos relojes, muy robustos (herméticos al menos a 100m), tremendamente fiables (5 años de garantía dan fe de ello), extremadamente precisos (-2+2 seg), con diseños atemporales y que dan un alto índice de satisfacción a sus clientes. Hacer una de estas cosas ya es difícil, hacerlas todas es casi imposible.
Rolex no se aventura en el mundo de las complicaciones ni el de los experimentos. Para lo segundo ya tiene a Tudor y en cuanto a lo primero.. bueno, el YMII es la excepción que confirma la regla (la otra es el Sky Dweller).
Y es que el calibre 4161 es un movimiento de primera magnitud. Conjuga complicaciones que nunca se habían creado antes:
Además del mecanismo flyback. Estas complicaciones, más allá del debate de su utilidad, son muy difíciles de realizar. Hay que añadir que a estas complicaciones las acompaña el hecho de ser un reloj automático, hermético a 100m, extremadamente preciso y con una reserva de marcha de.. 72 horas. No es un reloj de ver y guardar.
Aquí unas imágenes de la cuenta atrás programable con memoria mecánica y el sistema de sincronización:
Todo esto con un calibre con más de 360 componentes y que requirió 35.000 horas de desarrollo (a parte de los 5 años de desarrollo de su calibre base, el 4130).
Básicamente el reloj está diseñado para poder gestionar con precisión relojera (nunca mejor dicho) los minutos anteriores a una regata. Se poco más que nada acerca del apasionante mundo de las regatas, pero de lo poco que he aprendido es lo fundamental que es salir a tiempo en una prueba de vela.
Los veleros no pueden detenerse y arrancar a placer, tienen que estar en continuo movimiento. En la medida de que puedan tomar la salida en el punto exacto (ni un segundo antes so pena de penalizaciones) y a la mayor velocidad posible, radica en gran parte las posibilidades de salir victorioso.
El Yacthmaster II permite programar y memorizar la duración del tiempo previo a la regata, que normalmente puede oscilar entre 5 y 10 minutos.
Una vez recibida la señal inicial (por medio de una bandera y un disparo), se pone en marcha la cuenta atrás, frecuentemente de 10 minutos. En ese momento los veleros se van preparando, miran la fuerza y dirección del viento, reorientan las velas en consecuencia, identifican el punto por el que deben salir en función de la posición de otros veleros, es un momento crucial en el que no se puede fallar.
Hay una segunda señal preparatoria, normalmente 5 minutos antes de la salida. En ese momento el YMII se debe resincronizar con el tiempo de la regata. Al pulsar el botón de sincronización, el contador saltará automáticamente al minuto más cercano, anterior o posterior. Con ello se pueden corregir desviaciones que hayan podido ocurrir al accionar el primer aviso, que muchas veces pilla por sorpresa.
Los últimos minutos antes del arranque de la regata son de auténtica locura, hay una marcha frenética tratando de apurar la posición y mantener la velocidad máxima.
Cuando el contador está cerca del cero, el velero debe estar a toda pastilla dirigiéndose hacia el punto de salida pero con precisión milimétrica para no cruzar antes. Un retraso en la salida significa una concesión importante y como ya he dicho, salir antes supone una penalización terrible pues deben regresar a la línea de partida y volver a atravesarla mientras los otros veleros se escapan.
Foto de justo antes de una regata:
Foto fracciones de segundo después de la salida:
El YMII puede funcionar como cronógrafo, de una forma algo inusual. Si se programa a 10 minutos (o a cualquier minuto de 1-10) y se lo deja funcionando, el reloj irá midiendo el tiempo de forma retrógrada y al llegar a los 10 minutos (minuto cero) saltará en modo flyback de nuevo hasta los 10 minutos (u otro duración en función de cómo se haya programado) y así hasta que sea detenido. Es una forma algo sui generis pero podría permitir mediciones de periodos largos, sólo que habría que llevar la cuenta de las veces que ha saltado el flyback. Por poder se puede, pero no es un cronógrafo al uso.
A los amantes de la relojería nos suelen gustar las complicaciones en sí mismas, más allá de la aplicación práctica. Por el hecho de ser portentos de la micromecánica, dispositivos capaces de transformar pequeñas cantidades de energía en funciones más románticas que prácticas. En este aspecto, el Yachtmaster II presenta unas complicaciones que para un nicho específico, el mundo de las regatas, resultan extremadamente útiles, no hay nada de banal en ellas. Evidentemente para el resto de los mortales, o nos impresionan por su dificultad de ejecución o su carácter pionero, o simplemente no nos interesan más allá de una curiosidad horológica.
El gran problema del YMII radica precisamente en esto último que menciono. Y a pesar de ello es ahí donde está su magia. Es una complicación única. Quizás si Rolex hubiese dotado a este reloj de un cronómetro al uso, además de la complicación de regata, estaríamos hablando del reloj más importante que hubiese hecho Rolex jamás. Pero Rolex es Rolex para todo. Sabemos que la marca se vanagloria de tener sólo un cronógrafo y este es el legendario Cosmograph. No hay más. El YMII tiene que vivir a la sombra de esta decisión. Por tanto, es una especie de elefante blanco. Un reloj al que Rolex ha dedicado mucho esfuerzo, pero que al final ha calado más bien poco en el colectivo de entusiastas de Rolex.
En otro hilo especulé acerca de un posible Diver cronógrafo de Rolex. Lo hice mientras escribía este hilo. Mr. Jones dijo de inmediato que si ese reloj existiese sería el YMII o estaría basado en el. Y es cierto. EL YMII podría cumplir con pocos cambios esa faceta. Le daría un carácter mucho más utilitario al reloj más complicado que ha hecho Rolex. Todo ello sin renunciar al pedigree., porque de eso, el YMII tiene mucho.
¿Se llegará a producir esa evolución del YMII en un Diver cronógrafo? No creo. No en los próximos años. Lo más probable que puede ocurrir es que el YMII sea descatalogado en algún momento y que Rolex se olvide de esta aventura. ¿O no?
Gracias a mis amigos de Perodri por la ayuda para hacer este Hands On.
A los que llegaron hasta aquí gracias por leer. Si después de leer este hilo tienen otra idea acerca de este impresionante reloj, me doy por bien servido.
Hasta otra;
Llevaba mucho tiempo con ganas de hacer una reseña del Yacthmaster II. Hay relojes que se me resisten en Rolex, de todos este era de los que más. Las versiones en oro definitivamente nunca me llamaron la atención, ello a pesar de no ser yo ningún detractor de los relojes de oro, al contrario. Simplemente no me terminaban de convencer.
Cuando sacaron la versión Rolesor Everose me llamó por primera vez la atención este modelo, me parece muy estética la combinación acero y oro rosa. Después al aparecer la versión en acero en 2013 empezó a despertar interés mi interés y definitivamente cambié mis sensaciones hacia el YMII.
Ya desde 2009, dos años después del lanzamiento del YMII original, me ocupé de investigar acerca del novedoso calibre coincidiendo con mis primeros escarceos en los foros de relojes. Mucho de lo que escribiré a continuación lo aprendí por aquellas fechas. Recuerdo que lo primero que me entusiasmó fue el sistema de fabricación de muchas de sus componentes por medio de la tecnología UV LiGA, ahora extendida, pero en 2007 cuando salió el YMII, no era ni mucho menos algo común.
Un vistazo a la complejidad del calibre 4161:
Foto: Revista 5 Rolex
Pero ha sido apenas en 2016 que me decidí a escribir un hilo acerca del Yacthmaster II. Me gustaría reivindicarlo de alguna manera. No sólo como reloj sino para en alguna medida derrumbar el mito de que Rolex no hace relojes complicados.
Creo que no se le reconoce el gran mérito horológico que tiene desde el punto de vista de sus complicaciones y creo que además es un hijo en cierta forma olvidado por Rolex. Hasta hace poco que le dedicaron la revista 5 y no en exclusiva, ya que trata de toda la línea Yachtmaster. Algo es algo.
Por fuera en un reloj singular. Grande para estándares Rolex, mide unos 44mm y aparenta alguno más. Es pesado, se siente muy pesado para ser de acero.De las versiones en oro ni hablar, son como pesas de gimnasio (me gusta ese peso, debo decir).
El dial es de color blanco con detalles en rojo y azul. Muy náutico. La visibilidad es muy buena a pesar de la cantidad de elementos de la esfera. La aguja minutera semiesqueletizada obra maravillas para dar visibilidad a la aguja regresiva.
Desde el punto de vista de armonía de esfera agujas e índices saca muy buena nota. Los índices y agujas en oro azul son un poema. No sé qué tipo de aleación sea pero el caso es que el azul se ve intenso y sin duda se mantendrán prácticamente inalterables en el tiempo.
La caja es la típica Yacht-Master. Curvas muy sexys. Asas que terminan hacia abajo. El bisel es muy técnico. Grueso, sólido. El insert de cerámica azul, tiene un tono azul intenso que no llega a ser estridente.
Quizás lo que más choca es la leyenda Yacht-Master en el insert. Provoca asimetría en el conjunto, pero bueno Rolex dice que lo hizo para imitar el nombre de barco en el casco pero yo creo que más bien se hizo para recordar el nombre del barco en el típico salvavidas. Me habría gustado una graduación tipo diver, pero ello crearía confusión en cuanto a su utilización.
Los pulsadores son geniales, sin rosca y con un diseño que recuerda a un cabrestante de yate. Eso sí, un yate de lujo.
Alto de caja pero no en exceso, guarda buena proporción con el tamaño de caja. La altura se justifica no tanto por la estanqueidad, que es de 100m sino por la gran complejidad del calibre.
El brazalete es como nos tiene acostumbrados Rolex, la referencia del su segmento. En este caso el Oyster de 21mm, con su disminución que lo hace comodísimo a la par de resistente y clásico. Sin duda una de las grandes aportaciones de Rolex a la industria han sido sus brazaletes, en particular el Oyster, el brazalete más copiado que existe.
Pero lo que pone al YMII en otra categoría es su calibre. Basado en el 4130 del Daytona, el 4161 del YMII es un portento mecánico.
Aquí un corte vertical de la caja y movimiento:
Foto: Revista 5 Rolex
Veamos, Rolex hace lo que hace mejor que ninguna otra marca. Manufactura muchos relojes, muy robustos (herméticos al menos a 100m), tremendamente fiables (5 años de garantía dan fe de ello), extremadamente precisos (-2+2 seg), con diseños atemporales y que dan un alto índice de satisfacción a sus clientes. Hacer una de estas cosas ya es difícil, hacerlas todas es casi imposible.
Rolex no se aventura en el mundo de las complicaciones ni el de los experimentos. Para lo segundo ya tiene a Tudor y en cuanto a lo primero.. bueno, el YMII es la excepción que confirma la regla (la otra es el Sky Dweller).
Y es que el calibre 4161 es un movimiento de primera magnitud. Conjuga complicaciones que nunca se habían creado antes:
- Cuenta atrás programable de 1-10 minutos
- Memoria mecánica para guardar la cuenta atrás
- Sincronización al vuelo al minuto más cercano (necesaria para el aviso de regata a 5 minutos antes de la salida)
- Configuración por medio del bisel, el Ring Command, adoptado despues por el Sky Dweller.
Además del mecanismo flyback. Estas complicaciones, más allá del debate de su utilidad, son muy difíciles de realizar. Hay que añadir que a estas complicaciones las acompaña el hecho de ser un reloj automático, hermético a 100m, extremadamente preciso y con una reserva de marcha de.. 72 horas. No es un reloj de ver y guardar.
Aquí unas imágenes de la cuenta atrás programable con memoria mecánica y el sistema de sincronización:
Todo esto con un calibre con más de 360 componentes y que requirió 35.000 horas de desarrollo (a parte de los 5 años de desarrollo de su calibre base, el 4130).
Básicamente el reloj está diseñado para poder gestionar con precisión relojera (nunca mejor dicho) los minutos anteriores a una regata. Se poco más que nada acerca del apasionante mundo de las regatas, pero de lo poco que he aprendido es lo fundamental que es salir a tiempo en una prueba de vela.
Los veleros no pueden detenerse y arrancar a placer, tienen que estar en continuo movimiento. En la medida de que puedan tomar la salida en el punto exacto (ni un segundo antes so pena de penalizaciones) y a la mayor velocidad posible, radica en gran parte las posibilidades de salir victorioso.
El Yacthmaster II permite programar y memorizar la duración del tiempo previo a la regata, que normalmente puede oscilar entre 5 y 10 minutos.
Una vez recibida la señal inicial (por medio de una bandera y un disparo), se pone en marcha la cuenta atrás, frecuentemente de 10 minutos. En ese momento los veleros se van preparando, miran la fuerza y dirección del viento, reorientan las velas en consecuencia, identifican el punto por el que deben salir en función de la posición de otros veleros, es un momento crucial en el que no se puede fallar.
Hay una segunda señal preparatoria, normalmente 5 minutos antes de la salida. En ese momento el YMII se debe resincronizar con el tiempo de la regata. Al pulsar el botón de sincronización, el contador saltará automáticamente al minuto más cercano, anterior o posterior. Con ello se pueden corregir desviaciones que hayan podido ocurrir al accionar el primer aviso, que muchas veces pilla por sorpresa.
Los últimos minutos antes del arranque de la regata son de auténtica locura, hay una marcha frenética tratando de apurar la posición y mantener la velocidad máxima.
Cuando el contador está cerca del cero, el velero debe estar a toda pastilla dirigiéndose hacia el punto de salida pero con precisión milimétrica para no cruzar antes. Un retraso en la salida significa una concesión importante y como ya he dicho, salir antes supone una penalización terrible pues deben regresar a la línea de partida y volver a atravesarla mientras los otros veleros se escapan.
Foto de justo antes de una regata:
Foto fracciones de segundo después de la salida:
El YMII puede funcionar como cronógrafo, de una forma algo inusual. Si se programa a 10 minutos (o a cualquier minuto de 1-10) y se lo deja funcionando, el reloj irá midiendo el tiempo de forma retrógrada y al llegar a los 10 minutos (minuto cero) saltará en modo flyback de nuevo hasta los 10 minutos (u otro duración en función de cómo se haya programado) y así hasta que sea detenido. Es una forma algo sui generis pero podría permitir mediciones de periodos largos, sólo que habría que llevar la cuenta de las veces que ha saltado el flyback. Por poder se puede, pero no es un cronógrafo al uso.
A los amantes de la relojería nos suelen gustar las complicaciones en sí mismas, más allá de la aplicación práctica. Por el hecho de ser portentos de la micromecánica, dispositivos capaces de transformar pequeñas cantidades de energía en funciones más románticas que prácticas. En este aspecto, el Yachtmaster II presenta unas complicaciones que para un nicho específico, el mundo de las regatas, resultan extremadamente útiles, no hay nada de banal en ellas. Evidentemente para el resto de los mortales, o nos impresionan por su dificultad de ejecución o su carácter pionero, o simplemente no nos interesan más allá de una curiosidad horológica.
El gran problema del YMII radica precisamente en esto último que menciono. Y a pesar de ello es ahí donde está su magia. Es una complicación única. Quizás si Rolex hubiese dotado a este reloj de un cronómetro al uso, además de la complicación de regata, estaríamos hablando del reloj más importante que hubiese hecho Rolex jamás. Pero Rolex es Rolex para todo. Sabemos que la marca se vanagloria de tener sólo un cronógrafo y este es el legendario Cosmograph. No hay más. El YMII tiene que vivir a la sombra de esta decisión. Por tanto, es una especie de elefante blanco. Un reloj al que Rolex ha dedicado mucho esfuerzo, pero que al final ha calado más bien poco en el colectivo de entusiastas de Rolex.
En otro hilo especulé acerca de un posible Diver cronógrafo de Rolex. Lo hice mientras escribía este hilo. Mr. Jones dijo de inmediato que si ese reloj existiese sería el YMII o estaría basado en el. Y es cierto. EL YMII podría cumplir con pocos cambios esa faceta. Le daría un carácter mucho más utilitario al reloj más complicado que ha hecho Rolex. Todo ello sin renunciar al pedigree., porque de eso, el YMII tiene mucho.
¿Se llegará a producir esa evolución del YMII en un Diver cronógrafo? No creo. No en los próximos años. Lo más probable que puede ocurrir es que el YMII sea descatalogado en algún momento y que Rolex se olvide de esta aventura. ¿O no?
Gracias a mis amigos de Perodri por la ayuda para hacer este Hands On.
A los que llegaron hasta aquí gracias por leer. Si después de leer este hilo tienen otra idea acerca de este impresionante reloj, me doy por bien servido.
Hasta otra;
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