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Carlos27
Forer@ Senior
Sin verificar
Poco conocida hoy en día, la empresa Bernard Golay S.A. de Lausana, Suiza, fue una de las principales pioneras en el desarrollo de relojes marinos de cuarzo.
Bernard Golay, que se había formado como maestro relojero, creó una empresa para ofrecer un servicio de pruebas y control de calidad a muchas casas relojeras líderes. Sintió que el futuro de la relojería estaba en la electrónica y en 1964 abrió un laboratorio de investigación que funcionaba junto con su empresa existente. De este laboratorio de investigación surgiría la relojería electrónica más innovadora jamás vista, en gran parte en asociación con la famosa firma Longines, que había estado involucrada en el cronometraje y la navegación deportivos durante muchos años.
El primer producto que surgió fue el cronómetro marino de microcuarzo anunciado en 1964. Este no fue el primer cronómetro de cuarzo portátil mediante el uso de transistores, pero fue, con diferencia, el más pequeño. El cronómetro Micro-Quartz fue presentado al Observatorio de Neuchatel, donde obtuvo el primer premio, estableciendo un récord de precisión.
Al año siguiente, en 1965, superó sus propios resultados con otro primer premio y también ganó el premio de serie por los cuatro primeros cronómetros. El uso de técnicas de divisor proporcional permitió utilizar menos componentes de los necesarios para el tradicional y probado sistema de divisor binario. Todo el oscilador de cuarzo, los circuitos electrónicos y el mecanismo mecánico, incluida la batería, se construyen utilizando técnicas modulares innovadoras.
Golay y Longines también estaban desarrollando un cronómetro de barco de cuarzo, el Chronostat IV, según las exigencias del Servicio Hidrográfico de la Armada francesa (SHOM), para sustituir el equilibrio del cronómetro mantenido por transistores del Ghronostat III. A diferencia del Micro-Quartz, debía tener el mismo tamaño que el Chronostat III y cumplir con un conjunto de especificaciones marinas acordadas. Se completó en 1969 y se presentó en el Simposio Internacional de Cronometría en París. Hay dos juegos de baterías (uno en espera) Micromotor paso a paso con ancora motriz enjoyada. A los tubos impermeables se accede desde la parte frontal de la caja, mientras que la salida de la frecuencia del oscilador está disponible en el enchufe visible en el lado derecho. Una bobina oscilante responde a pulsos de V2 segundos de polaridad alterna y acciona el tren de ruedas a través de un ancora motriz con paletas enjoyadas. A mediados de la década de 1970, los transistores individuales habían dado paso a circuitos integrados en los que miles de transistores, en circuitos complejos completamente desarrollados, se fabricaban como un solo chip. Las especificaciones SHOM para cronómetros marinos de cuarzo se actualizaron debidamente y en 1978 se invitó a los principales fabricantes a presentar propuestas para un nuevo cronómetro de cuarzo basado en las últimas técnicas. Después de exhaustivas pruebas de laboratorio y pruebas en el mar, se eligió el cronómetro marino Omega, calibre 1525. Cada cronómetro se probó primero en el Observatorio de Neuchatel antes de su emisión y se le entregó un certificado de funcionamiento. Las entregas comenzaron en 1980 para su uso en todos los barcos de la Armada francesa. En aquel entonces ya se podían tomar orientaciones mediante satélites. Sin embargo, las regulaciones marítimas todavía exigían que a bordo hubiera un reloj operado de forma independiente para que, en combinación con un sextante, la posición del barco pudiera determinarse mediante navegación "astronómica".
Bernard Golay, que se había formado como maestro relojero, creó una empresa para ofrecer un servicio de pruebas y control de calidad a muchas casas relojeras líderes. Sintió que el futuro de la relojería estaba en la electrónica y en 1964 abrió un laboratorio de investigación que funcionaba junto con su empresa existente. De este laboratorio de investigación surgiría la relojería electrónica más innovadora jamás vista, en gran parte en asociación con la famosa firma Longines, que había estado involucrada en el cronometraje y la navegación deportivos durante muchos años.
El primer producto que surgió fue el cronómetro marino de microcuarzo anunciado en 1964. Este no fue el primer cronómetro de cuarzo portátil mediante el uso de transistores, pero fue, con diferencia, el más pequeño. El cronómetro Micro-Quartz fue presentado al Observatorio de Neuchatel, donde obtuvo el primer premio, estableciendo un récord de precisión.
Al año siguiente, en 1965, superó sus propios resultados con otro primer premio y también ganó el premio de serie por los cuatro primeros cronómetros. El uso de técnicas de divisor proporcional permitió utilizar menos componentes de los necesarios para el tradicional y probado sistema de divisor binario. Todo el oscilador de cuarzo, los circuitos electrónicos y el mecanismo mecánico, incluida la batería, se construyen utilizando técnicas modulares innovadoras.
Golay y Longines también estaban desarrollando un cronómetro de barco de cuarzo, el Chronostat IV, según las exigencias del Servicio Hidrográfico de la Armada francesa (SHOM), para sustituir el equilibrio del cronómetro mantenido por transistores del Ghronostat III. A diferencia del Micro-Quartz, debía tener el mismo tamaño que el Chronostat III y cumplir con un conjunto de especificaciones marinas acordadas. Se completó en 1969 y se presentó en el Simposio Internacional de Cronometría en París. Hay dos juegos de baterías (uno en espera) Micromotor paso a paso con ancora motriz enjoyada. A los tubos impermeables se accede desde la parte frontal de la caja, mientras que la salida de la frecuencia del oscilador está disponible en el enchufe visible en el lado derecho. Una bobina oscilante responde a pulsos de V2 segundos de polaridad alterna y acciona el tren de ruedas a través de un ancora motriz con paletas enjoyadas. A mediados de la década de 1970, los transistores individuales habían dado paso a circuitos integrados en los que miles de transistores, en circuitos complejos completamente desarrollados, se fabricaban como un solo chip. Las especificaciones SHOM para cronómetros marinos de cuarzo se actualizaron debidamente y en 1978 se invitó a los principales fabricantes a presentar propuestas para un nuevo cronómetro de cuarzo basado en las últimas técnicas. Después de exhaustivas pruebas de laboratorio y pruebas en el mar, se eligió el cronómetro marino Omega, calibre 1525. Cada cronómetro se probó primero en el Observatorio de Neuchatel antes de su emisión y se le entregó un certificado de funcionamiento. Las entregas comenzaron en 1980 para su uso en todos los barcos de la Armada francesa. En aquel entonces ya se podían tomar orientaciones mediante satélites. Sin embargo, las regulaciones marítimas todavía exigían que a bordo hubiera un reloj operado de forma independiente para que, en combinación con un sextante, la posición del barco pudiera determinarse mediante navegación "astronómica".
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Carlos27
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Son circuitos electrónicos muy interesantes pero no tengo fotos