Interesante cuanto menos... (Leído en Terra)
"Es probable que la historia sea cierta, encaja dentro de la personalida de Felipe González que se negara a brindar con Cava aquel 20 de Noviembre alegando que nada había que celebrar, pero interpretaciones de este acto, eso sí, tantas como voces y oídos hayan contactado con ella.
En cualquier caso transmite un valor de respeto, de caballerosidad y dignidad humana. Celebrar la muerte y aprovecharse de ella hace a los hombres más pequeños, pues les muestra su escaso poder. No es casual (tampoco probablemente necesario en todos los casos) que cuando alguien muere se recuerde el aspecto positivo y se haga una alabanza de su vida dado que la persona ha perdido toda capacidad de respuesta. Vencido por la muerte, no hay afrenta que podamos hacer al muerto para dañarle, pues siempre nos quedaríamos cortos. De ahí proceder al aplauso en vez de al insulto.
En cambio hay quienes olvidan esta generosidad final o sensatez del debate dialéctico y no se privan de celebrar la muerte. La marcha de Saramago ha provocado esta reacción y no ha sido raro leer vergonzosos obituarios de medios ultraconsevadores católicos llenos de ataques personales contra el escritor.
Quemados por el Nobel, el reconocimiento y la literatura soberbia han sucumbido a la ira carroñera, a comer los restos de la carne que fue capaz de capturar el león de la muerte. Olvidan que su cólera nos recuerda al resto la grandeza de los textos que siempre quedarán en nuestra literatura y que la rabia de sus críticas refuerzan las tesis de quien nos ha dejado.
La mejor forma de comprobar el valor y la importancia de las obras de Saramago viene de leer esas barbaridades, viene de leer a religiosos y furibundos comunicadores incapaces de internalizar el daño que la inteligencia fue capaz de hacer sobre la Fe.
Porque son ilusos aquellos que creen que con Saramago mueren bases sociales como el ateismo y son ilusos quienes creen que sin profetas de lo laico sucumbiremos a los designios de la Iglesia.
Han podido mostrar respeto, hacer del silencio un valor. Han tenido la oportunidad de rebatir a Saramago sólo con su forma de reaccionar, pero su odio les ha delatado, como ocurre siempre. La inquina, en cuanto que irracional, siempre tendrá cabida en el seno de la Iglesia."
por albertosotillos