ajra1307
Milpostista
Sin verificar
Abro este hilo porque estoy seguro que es una circunstancia que todos los compañeros han vivido o vivirán en alguna etapa de la colección, sea de relojes o la que nos ocupe en algún momento de la vida.
Cuando la colección toma un volumen considerable nuestra MMD empieza a tomar cartas en el asunto opinando sobre la necesidad de tantas ¨cosas¨ hasta que llega un punto que la opinión se transforma en sentencia como medida preventiva y evoluciona en pseudo-amenaza. Durante mi vida he coleccionado varias cosas que atesoro en algunos casos y me he desprendido de las mismas en otros. La colección que más espinas levantó fue la de armas de fuego que tuve en su época, y de la que me deshice íntegramente, aunque los motivos los contaré en otra ocasión ya que desvían el hilo.
Cuando coleccionaba armas de fuego un buen compañero que ya tenía cerca de 100 piezas para poder introducir la siguiente en el hogar tuvo la más elaborada argucia que he visto en mi vida para ampliar la colección y que paso a relatar.
Mandó a la imprenta de un amigo a imprimir una serie de cupones numerados del 001 al 100 que eran en teoría del club de tiro donde realizábamos alguna práctica y más nos juntábamos para compartir la afición. En dichos cupones decía de forma muy clara que ¨El poseedor de este cupón, que coincida su número con los tres últimos dígitos del número de serie del número premiado en la lotería nacional que se celebra el xx del mes xxxx del año xxxxx será el beneficiario (y aquí la gran argucia digna de un estrategia de un general de 5 estrellas) del arma xxxxx (se sustituyen las xxxx por la pieza que se desea introducir). Hizo un elaborado mapa de toda la casa en la que identificó 100 sitos donde escondió los diversos cupones (interior de libros, cajones, cajas, y todo sitio imaginable que quedara oculto a la vista). En este mapa puso exactamente el sitio y el número de cupón que correspondía al escondido en dicho sitio. Luego ya era un tema de dejar que las circunstancias vinieran y que el azar determinara que cupón era el favorecido por la citada lotería. Cuando se cumplieron los plazos previstos y llegó el día que determinó que cupón era el favorecido por el azar sacó el mapa del tesoro de su portafolio, determinó que sitio era en el que estaba el agraciado cupón y llamó por teléfono a su mujer delante de todos los compañeros del club. Con un guión perfectamente orquestado, le dijo a su mujer algo más o menos así:
Querida, buenas noches. Estoy aquí en el club con los amigos y demoraré un poco más en llegar a casa, pero por favor hazme un favor; ve al cajón bajo del aparador donde está la televisión de la sala de estar. En el interior del mismo, a la derecha, donde está la caja que guardo el ajedrez, hay un cupón de club del sorteo de una arma: por favor fíjate si es el número XXX (el premiado por la lotería) y llámame para informarme. Luego de unos minutos sonó el timbre del móvil de la llamada de su mujer (que por cierto tenía la melodía asignada del toque de trompeta) y con un júbilo totalmente histriónico gritaba dando saltos de alegría: Me tocó!!! Me tocó!!!.
Por supuesto que el nuevo juguete (valía una pasta gansa) está en su armario en su casa y la mujer todavía lo felicitó por su suerte, que la vinculó a también tener una mujer como ella.
La necesidad agudiza el ingenio.
Pues eso compañeros, aportar al hilo las mejores ideas y excusas que han tenido para nutrir al resto de compañeros de grandes ideas para conseguir seguir engordando nuestra colección sin que nos pongan de patitas en la calle junto con nuestros ¨cacharros¨.
Un saludo.
PD: Este hilo lo aportaré también en otro foro que participo de afeitado clásico, que creo que la retroalimentación en estos casos nos es útil a todos.
Cuando la colección toma un volumen considerable nuestra MMD empieza a tomar cartas en el asunto opinando sobre la necesidad de tantas ¨cosas¨ hasta que llega un punto que la opinión se transforma en sentencia como medida preventiva y evoluciona en pseudo-amenaza. Durante mi vida he coleccionado varias cosas que atesoro en algunos casos y me he desprendido de las mismas en otros. La colección que más espinas levantó fue la de armas de fuego que tuve en su época, y de la que me deshice íntegramente, aunque los motivos los contaré en otra ocasión ya que desvían el hilo.
Cuando coleccionaba armas de fuego un buen compañero que ya tenía cerca de 100 piezas para poder introducir la siguiente en el hogar tuvo la más elaborada argucia que he visto en mi vida para ampliar la colección y que paso a relatar.
Mandó a la imprenta de un amigo a imprimir una serie de cupones numerados del 001 al 100 que eran en teoría del club de tiro donde realizábamos alguna práctica y más nos juntábamos para compartir la afición. En dichos cupones decía de forma muy clara que ¨El poseedor de este cupón, que coincida su número con los tres últimos dígitos del número de serie del número premiado en la lotería nacional que se celebra el xx del mes xxxx del año xxxxx será el beneficiario (y aquí la gran argucia digna de un estrategia de un general de 5 estrellas) del arma xxxxx (se sustituyen las xxxx por la pieza que se desea introducir). Hizo un elaborado mapa de toda la casa en la que identificó 100 sitos donde escondió los diversos cupones (interior de libros, cajones, cajas, y todo sitio imaginable que quedara oculto a la vista). En este mapa puso exactamente el sitio y el número de cupón que correspondía al escondido en dicho sitio. Luego ya era un tema de dejar que las circunstancias vinieran y que el azar determinara que cupón era el favorecido por la citada lotería. Cuando se cumplieron los plazos previstos y llegó el día que determinó que cupón era el favorecido por el azar sacó el mapa del tesoro de su portafolio, determinó que sitio era en el que estaba el agraciado cupón y llamó por teléfono a su mujer delante de todos los compañeros del club. Con un guión perfectamente orquestado, le dijo a su mujer algo más o menos así:
Querida, buenas noches. Estoy aquí en el club con los amigos y demoraré un poco más en llegar a casa, pero por favor hazme un favor; ve al cajón bajo del aparador donde está la televisión de la sala de estar. En el interior del mismo, a la derecha, donde está la caja que guardo el ajedrez, hay un cupón de club del sorteo de una arma: por favor fíjate si es el número XXX (el premiado por la lotería) y llámame para informarme. Luego de unos minutos sonó el timbre del móvil de la llamada de su mujer (que por cierto tenía la melodía asignada del toque de trompeta) y con un júbilo totalmente histriónico gritaba dando saltos de alegría: Me tocó!!! Me tocó!!!.
Por supuesto que el nuevo juguete (valía una pasta gansa) está en su armario en su casa y la mujer todavía lo felicitó por su suerte, que la vinculó a también tener una mujer como ella.
La necesidad agudiza el ingenio.
Pues eso compañeros, aportar al hilo las mejores ideas y excusas que han tenido para nutrir al resto de compañeros de grandes ideas para conseguir seguir engordando nuestra colección sin que nos pongan de patitas en la calle junto con nuestros ¨cacharros¨.
Un saludo.
PD: Este hilo lo aportaré también en otro foro que participo de afeitado clásico, que creo que la retroalimentación en estos casos nos es útil a todos.