Hola Relojero1, pues la idea que me parece que todos compartimos aquí es que los relojes antiguos no sean esas piezas olvidadas en los cajones, cascadas y con óxido; sino todo lo contrario: realzarlas como delicadas piezas de ingenio mecánico dignas de estudio, atesoramiento y valoración cultural. Y en cuanto al artesano relojero gozan de mi parte - y se que de la vuestra también - con mi mayor y sincero respeto, admiración, atención y cariño.
Creo que la profesión de relojero es una de las más exigentes, desgastantes, ingratas ( pues a veces deben soportar a cada uno que... ) y absorbentes que existen. Recuerdo al maestro relojero que mi padre visitaba cuando era pequeña: todo ese cuerpo arqueado sobre un banco, reducido en un arco su espalda y ensimismado con su lupa y herramientas, la máquina del Tissot paterno en sus manos, una vez más descompuesto y achacoso, por los golpes de un italiano rezongón y tosco, de la montaña pura y cruda: Darío, mi hermoso papá.
Y esa pequeña gabriela se asomaba en puntas de pie a mirar como trabajaba don Fermín, con esas pequeñísimas piezas destrozándole de a poco y con los años la vista; las manos ya cansadas de tanto esfuerzo por obligada precisión, los hombros tensos y el cuello duro ya por años y años de malsana postura.
Pero que grandeza,como tu dices, que bella y exquisita es esa extraordinaria profesión, cuanto misterio encierra, ¡ cuánta magia !
Por eso es que la memoria, la sabiduría, los conocimientos y la perseverancia de ofrendar la vida a los relojes no debe olvidarse, ni desvanecerse, ni ser relativizada. Por eso brindemos por los maestros Luis, Kingmatic y por ti y tus colegas de la relojería mecánica. saludos gabriela