canalla
Forer@ Senior
Sin verificar
Partiendo del hecho siguiente: "He tenido por norma, desde siempre, zumbarme todo lo humano y femenino que se menea por ahí ".
Y siguiendo por el hecho de que comentas que siempre has sido honesto con tus conquistas, te hago una pregunta: ¿Has sido honesto con tu mujer?
Porque resulta que a esa señora que, se casó contigo, aguantó los embarazos y parió a tus hijos, si no le has contado estas cosas que aireas abiertamente a tus conquistas e incluso en los foros de internet, la estás faltando tremendamente al respeto.
Yo personalmente pienso que si fueras honesto se lo contarías a tu mujer.
Por tanto dos opciones:
.- Lo cuentas, eres honesto y gestionas el temporal y las consecuencias
.- No lo cuentas, asumes que no eres honesto y sigues zumbándote a todo lo que se menea, pero sin vender la moto de tener cargo de conciencia.
Pero es que mi mujer es patológicamente celosa y no puedo decirle eso porque la destrozaría. No quiero ni puedo hacerle tanto daño. También es cierto que con esta situación el que anda más jodido soy yo.
Te voy a contar una cosa , hace tiempo intenté en vano ser un hombre fiel y mi naturaleza me lo impedía, ahora te explico cómo: Tengo la suerte de tener una cabellera bastante abundante, aunque ahora comienza ya a encanecer. La cuestión es que durante la época esa que voluntariamente decidí hacer ese ejercicio de fidelidad, comenzarón a salirme unas raleas o clapas de calvicie en zonas bien distintas de mi cuero cabelludo, con un resultado realmente grotesco. No tuve más remedio que ir al médico, al principio el médico me mandó unos potingues, pero aquello lejos de remitir iba a más. Hasta que decidí consultar a un especialista.
El especialista después de reconocerme me condujo a su despacho y me invitó a sentarme. Allí me preguntó si tenía problemas de algún tipo o estaba sometido a estrés por algún motivo concreto. Yo soy un reputado profesional con cierto reconocimiento en mi parcela y económicamente no tengo ningún problema. La salud gracias a Dios también marcha, por lo que no entendí bien la pregunta.
Fue entonces cuando me dijo que ese tipo de patologías estaban íntimamente relacionadas con situaciones de nerviosismo, ansiedad o estrés y que aunque mentalmente no la quisiera reconocer el cuerpo sí que lo hacía. Me invitó a sincerarme con él, argumentando el primer paso hacia la curación.
Entonces le expliqué la decisión que había tomado y que desde entonces no conseguía vivir resistiéndome de esa manera.
Él, escuchándome con mucha atención, me dijo textualmente “macho, tienes que hacer lo tuyo” y vivir la vida a tú manera y sólo así se te quitarà...
El galeno no quiso recetarme ningún ungüento ni nada.
Comencé a hacer lo de siempre y al poco tiempo el milagro anunciado por el médico se hizo efectivo.
Además tengo la suerte de que mi trabajo me permite tener mucha libertad de horarios y utilizar esa excusa para eludir el control de mi mujer.