No te vayas todavía, Pedro ¿Me puedes explicar, con el DRAE o sin él, por qué una MB 149 está sobrevalorada en 730 euros pero una Pelikan M1000 no lo está en 560 y una Waterman Edson no lo está en 856? Por mencionar dos buques insignia al azar. Yo creo que todas lo están, brutalmente además. Curiosamente, en el mercado secundario se emparejan: las tres andan por los 300-350, que seguramente es su valor real.
¿Cuáles son los productos equivalentes de la competencia que dices que no están sobrevalorados porque no son "de lujo"? ¿Algunos ejemplos?
Estimado Kalamophilos, has puesto el dedo en la llaga. Yo también creo que las tres están sobrevaloradas, aunque como tú mismo apuntas, la M1000 es la más barata, nada menos que 170 euros menos que la MB y cSI 300 que la Edson, por lo que su sobreprecio no es tan acusado.
Te daré mi opinión: Creo haber dicho alguna vez (y si me repito, pido disculpas) que, en términos generales, por encima de unos 200 euros aproximadamente, uno no compra calidad de escritura sino otros factores que concurren en la pluma entre los que se encuentran:materiales, presentación, diseño, acabados, ornamentación, etc. Esto, entre los factores patentes. También están el servicio la garantía y la asistencia, entre los no tan patentes. Además, hay que añadir prestigio y valor de marca, eso tan intangible que los economistas denominan valor añadido. Por decirlo en otras palabras: si bien por encima de 200 euros todas las plumas escriben igual de bien, la variedad de modelos puede ser abrumadora.
¿A qué se debe este fenómeno? La respuesta me parece obvia: porque la estilográfica no es sólo un objeto útil. También es bello, armonioso, es susceptible de contemplación y de disfrute, es objeto de colección, trae recuerdos, se vincula a momentos, efemérides y circunstancias. Cada uno sabe bien lo que le reporta. Y desde que el mundo es mundo, la utilidad va unida a lo artístico para hacer que nuestros objetos cotidianos sean, al mismo tiempo, hermosas obras de artesanía que nos acompañen con su belleza y su capacidad de evocación. En función de cuánto arte, riqueza o "lujo" incorporemos a estos objetos, así será su precio.
Cuando hago una comparación entre iguales, me refiero al resbaladizo terreno de las valoraciones personales en el que, como ya sabemos, todos tenemos un ombligo particular. Los tres modelos que citas son los más altos de la gama de cada fabricante en los cuales intentan reunir la esencia de la marca y sus mejores valores. Son, por esencia, su representación y, como tales, se sitúan en lo más alto del catálogo de precios lo cual les otorga un cierto carácter de "exclusividad" ése difuso valor comercial que tanto se pondera. Estos productos son caros porque no importa que lo sean ya que su intención no es ser útiles sino representativos, aunque no se vendan mucho. Es como los topes de gama de los automóviles de lujo. No se venden apenas, pero son un escaparate de tecnología y belleza que arrastra las ventas de los modelos de calle. Su función no es incrementar la facturación directa, sino indirectamente a través de la imagen de marca.
Pero la calidad intrínseca de esos tres modelos está igualada o superada por multitud de fabricantes. Para mí, y creo haberlo dicho también, las mejores plumas del mundo actualmente son las japonesas que, además, baten a las alemanas y norteamericanas clásicas en número de modelos y calidad de componentes. Los plumines de Sailor son insuperables, la fiabilidad de las Platinum es a toda prueba y la belleza y perfección mecánica de las Pilot es patente. Los precios de modelos equivalentes a los tantas veces citados, las baten en todos los terrenos. Una Sailor 1911 Large, por ejemplo, con plumín de oro de 21K se puede conseguir nueva por unos 175 euros aproximadamente (problemas aduaneros aparte, pero eso es otro cantar). En Japón, incluso por menos. Y es una pluma fabulosa con un desempeño y una calidad de fabricación extraordinarias.
En fin, perdón por el tostón y por la pasión que me arrastra. Pero es lo bueno del foro y de charlar con vosotros, que esto se convierte en una eucaristía estilográfica.
Un fuerte abrazo