Vaya, por fín alguien que me comprende. No estoy solo
Venga las piedras ya las pongo yo, mira además que bonitas
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Pero como reza el evangelio de San Juan: "Quién esté libre de pecado que tire la primera piedra". ¿Quién de vosotros queridos fariseos plumeriles no ha dejado rodar en alguna ocasión una querida estilográfica por la mesa y ha visto como el gavilán del plumín lastimosamente besaba el suelo y se doblaba cual pajita a la hora de beber el zumo?, ¿quien para sacar un plumín no se ha cargado la rosca pensando que éste salía a presión?, ¿quién no se ha cargado un alimentador, un émbolo o un plumín por su impericia a la hora de manipularlos?. Haced memoria y dejareis en su sitio esas piedras virtuales que pensábais arrojar contra mí, porque en verdad os digo (juer me siento liberado del yugo de la esclavitud estilográfica, me siento un Mesías que flota sobre un mar de tinta infinito), bueno voy a terminar: en verdad os digo que una de las cosas que merecen muy mucho la pena son nuestras queridas estilográficas, sean baratas, sean de cuantioso valor, lleven cartucho, tengan pistón, plumín de oro o de simple acero, así que sigamos escribiendo folios y folios con ellas, porque aunque imperfectas e impredecibles a veces, nos otorgan momentos de verdadera dicha. Así que un brindis por las estilográficas: ¡Vivan las plumas!
(ya sea guardándolas en cubiletes, o todo tipo de recipientes creados ad hoc para que no se rocen unas con otras
).
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Saludos