Y después de Oviedo llegué a Gijón, y hablo en pasado porque ya acabé el viaje
Cerca del paseo está la recomendada librería Atenea y ya su escaparate promete: plumas Visconti, Parker, Montblanc, tinteros J. Herbin. El problema son las fechas, estamos en comienzo de curso escolar y hay una cola de 16 personas en la calle para recoger los libros de texto. Entro a ojear con permiso y atisbo un expositor con más plumas Pelikan, Montblanc... y a dos dependientes afanados con los encargos. En fin, mala suerte, no voy a hacer cola, otra vez será.
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Tras el fallido Gijón llegada a Santander donde el anunciado cierre de la papelería Estudio se confirma por doble motivo: vaciado del local y festividad autonómica. Es triste contemplar las dos fachadas de lo que en su día sería un boyante negocio de librería y papelería con vitrinas Montblanc.
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No obstante aún quedan otras tiendas de la cadena, aunque es de suponer que sin el empaque y provisiones de la tienda principal.
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Así que podéis ver, apreciados lectores, que la vida del buscador de tesoros es dura y frecuentemente estéril.
Me quedaba una parada en Bilbao, a la llegada arreció un diluvio que casi me hace desistir pero amainó y quedó una tarde húmeda y limpia donde las calles mojadas y la iluminación artificial daban a la ciudad una belleza especial. Por algún extraño motivo la calle Colón de Larrategui se me acabó en el número 8 y no logré encontrar El Club del Fumador. Prometo que previamente no había fumado nada y las copas de Viña Tondonia que maridaron la fabada quedaban ya lejanas, pero en mi cerebro ocurrió un
flash que hizo olvidarme de las plumas y sustituirlas por una atracción diabólica que no me pierdo en cada visita al Nervión. Crucé la pasarela de Calatrava o puente Zubizuri, ahora alfombrada, y me monté en ese carruaje de 1915 que sube la ladera colgado de unos cables: el funicular de Artxanda.
Muy poca gente sabe que en Bilbao hay un funicular (y menos que en Santurce hay otro), los más conocidos son los del Tibidabo, el del Igueldo y el de Monserrat, pero hay 12 en funcionamiento en España: además de los nombrados el de Vallvidriera, el de Gelida, el de La Reineta, el de Montjuic, el de la Santa Cova, el de Bulnes y el de Río de la Pila. El más largo es el de Bulnes con 2.227 m, el más inclinado el de Montserrat con un 65,5% y el de más desnivel el del Tibidabo con 512 m. Además está el del Valle de los Caídos que sube desde la explanada hasta la base de la cruz y permanece cerrado desde 2009. Os dejo una foto histórica tomada de internet del funicular de Artxanda.
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Y aquí acabó mi "ruta del tesoro" sin encontrar ninguno. Salud.