D
Dartex
Novat@
Sin verificar
Con los pies fríos y después de maquinar durante un par de días, me gustaría iniciar una charla en este sótano de Relojes Especiales, la sala de las estilográficas.
La estética es siempre algo muy personal, algo sin una importancia definida, algo que con cuidado debe ser tomado, y asumiendo el riesgo, me dispongo a darle valor a esa subjetividad. ¿La estética que elegimos define? Y siempre refiriéndonos a el mundillo de las estilográficas.
Una Mont Blanc puede significar un éxito, una victoria, un ascenso. Pero, a la vez, aleja tanto a la persona, a su esencia, no me agrada ver a alguien con una 149 en el bolsillo, un habano de resina negra y oro. Ese individuo se pierde, la pluma le eclipsa, no le define. Y de una forma poco positiva, no es la forma en la que una Masterpiece eclipsa a el portador, es el lujo obsceno el que emborrona la atención, es ese lujo el que ataca la estética.
Suelo considerarme una persona razonable, alguien que necesita un motivo para obrar, tanto para bien como para mal. Y a veces, algunas veces, estas veces, resulta complicado encontrar el motivo para elegir una Montblanc, para elegir una Pelikan, una dupond como pluma para portar, no se trata de porte esta vez, se trata de elegancia. Y el oro, el oro cuando lo único que hace es ostentar.. ¿Es el oro elegante de todas formas? ¿Es ese lujo el que nos ata, o ata a la mayoría a este mundillo, donde elegimos a el rey de los instrumentos de escritura?
Una Lamy Safary, con su diseño industrial, es tan hermosa como la resina, y no se vale de ese “Oro que emborrona” para hacer transmitir su esencia, para definir.
No es una cuestión de precio, y por ello evito meter a las plumas chinas en la ecuación, sólo hablo de cómo la estética más.. cincuentera, quizá ya no sea la que debamos tener en un pedestal.
Y esto sólo es un intento de divagar, seguiré tomando un café a ver si se me va el frío, y a ver si consigo que dejen de dejarme frío esas “Orosas señoras” que por el lugar pupulan. Y estas son las ideas del recién llegado, que con cuidado intenta entrar, no le acuchilléis, que también prefiero ponerme a tirar líneas, que a tirar millas.
Atentamente. Dartex.
La estética es siempre algo muy personal, algo sin una importancia definida, algo que con cuidado debe ser tomado, y asumiendo el riesgo, me dispongo a darle valor a esa subjetividad. ¿La estética que elegimos define? Y siempre refiriéndonos a el mundillo de las estilográficas.
Una Mont Blanc puede significar un éxito, una victoria, un ascenso. Pero, a la vez, aleja tanto a la persona, a su esencia, no me agrada ver a alguien con una 149 en el bolsillo, un habano de resina negra y oro. Ese individuo se pierde, la pluma le eclipsa, no le define. Y de una forma poco positiva, no es la forma en la que una Masterpiece eclipsa a el portador, es el lujo obsceno el que emborrona la atención, es ese lujo el que ataca la estética.
Suelo considerarme una persona razonable, alguien que necesita un motivo para obrar, tanto para bien como para mal. Y a veces, algunas veces, estas veces, resulta complicado encontrar el motivo para elegir una Montblanc, para elegir una Pelikan, una dupond como pluma para portar, no se trata de porte esta vez, se trata de elegancia. Y el oro, el oro cuando lo único que hace es ostentar.. ¿Es el oro elegante de todas formas? ¿Es ese lujo el que nos ata, o ata a la mayoría a este mundillo, donde elegimos a el rey de los instrumentos de escritura?
Una Lamy Safary, con su diseño industrial, es tan hermosa como la resina, y no se vale de ese “Oro que emborrona” para hacer transmitir su esencia, para definir.
No es una cuestión de precio, y por ello evito meter a las plumas chinas en la ecuación, sólo hablo de cómo la estética más.. cincuentera, quizá ya no sea la que debamos tener en un pedestal.
Y esto sólo es un intento de divagar, seguiré tomando un café a ver si se me va el frío, y a ver si consigo que dejen de dejarme frío esas “Orosas señoras” que por el lugar pupulan. Y estas son las ideas del recién llegado, que con cuidado intenta entrar, no le acuchilléis, que también prefiero ponerme a tirar líneas, que a tirar millas.
Atentamente. Dartex.