Follow along with the video below to see how to install our site as a web app on your home screen.
Nota: This feature may not be available in some browsers.
Aparte de para desahogarme (ahora mismo tengo un cabreo del 15), os cuento esto por si pudiera servir a otras personas mayores o simplemente confiadas y de buena voluntad de vuestro entorno.
Resulta que ayer mi padre (setenta y pocos años y un estado físico envidiable) decidió pararse en la calle con una mujer que le pedía ayuda y darle algo de dinero. Era después de comer y no había apenas nadie en las calles. Pues bien, la mujer se mostró enormemente agradecida y en un arranque de efusividad se lanzó hacia mi padre (supongo que agarrándolo por los antebrazos o muñecas) para agradecer su gesto con un beso. Mi padre se apartó y se zafó como pudo de la mujer y al llegar a casa descubrió que había desaparecido su reloj de boda, un precioso y sesentero Omega de oro con una maravillosa milanesa también de oro.
Dentro de lo que cabe, ha habido suerte de que no se lo sustrajeran con violencia, pero no obstante tengo un disgusto impresionante porque ese reloj es el que yo recuerdo siempre en la muñeca de mi padre cuando era pequeña y me llevaba de la mano. Tiene y ha tenido otros, pero ese era el "reloj de mi padre" y yo esperaba conservarlo siempre
En fin, he querido compartir la historia para que lo contéis en vuestro entorno y entre todos tratemos de evitar que las buenas personas que todavía quedan en este mundo salgan perjudicadas por sus buenos actos.
.... que esa gentuza se lo podría haber hecho igualmente a cualquier persona más joven...
Un cordial saludo.
Me gustaría daros las gracias por vuestras palabras de apoyo. Creo que todos coincidimos en que lo importante es que mis padres están sanos y salvos y ni siquiera han tenido que pasar por el susto y el mal trago de un robo con intimidación o violencia. No obstante, también sabía que ibais a entender mi frustración y tristeza por la desaparición de un reloj, que además de un valor económico, tenía esa importante carga emocional. Aparte de la debilidad que tengo por mi padre, mi madre nunca ha sido muy relojera, así que ese era para mí el reloj "familiar" por excelencia, pero bueno... ¡Qué se le va a hacer!
Algunos habéis preguntado que dónde había sucedido. Fue en el centro de Bilbao, junto a la plaza Moyua; una zona que los domingos está muy desangelada porque no hay apenas comercios ni locales de hostelería abiertos. De todos modos, me temo que podría haber ocurrido en cualquier otra ciudad, como atestiguan los comentarios de muchos compañeros. Efectivamente, fue una mujer del este utilizando una versión de la técnica descrita por hordierez y, al no mediar violencia, es constitutivo de hurto y por lo tanto no cubierto por el seguro, aunque en este caso, como podéis imaginar, me alegro infinito.
Mi principal intención al compartirlo, aparte del desahogo, era que pusierais en alerta a cualquier allegado que por su edad o exceso de confianza pueda ser víctima de una situación similar, y así evitar que se repita en la medida de lo posible. Por otro lado, pasado el calentón inicial, me gustaría poder editar el título del hilo para incluir "(a veces)", ya que tampoco pretendo hacer un llamamiento a la insolidaridad callejera, sino a la adopción de unas mínimas precauciones. De hecho, mi propio padre es un ejemplo de que se puede mostrar empatía con el prójimo sin que necesariamente nos ocurra algo malo: lleva haciéndolo setenta y tantos años y esta es la primera vez que se lo agradecen así.
Lo dicho compis: muchas gracias y cuidadito ahí fuera.