Ahora, se me ocurren ideas mejores que subir los impuestos.
Disminuir los obscenos gastos de nuestra querida administración. Disminuir el elefantiásico número de secretarias, despachos y coches oficiales. Disminuir el número de obras innecesarias a mayor gloria del político de turno. Disminuir el número ingente número de funcionarios innecesarios. Eliminar dinero público con destino a partidos políticos, sindicatos, titiriteros, oenegés, religiones, asociaciones de gays y lesbianas, asociaciones culturales de la señorita Pepis, clubes deportivos y chorradas diversas. Eliminar subvenciones a tonterías diversas. Eliminar las ayudas a bancos y cajas de ahorro. Eliminar las administraciones innecesarias. Reducir los hay-untamientos al mínimo. Instauración de la Guillotina para políticos, sindicalistas, banqueros, titiriteros y chupópteros varios. ETC.