Juan PH
Milpostista
Sin verificar
A raíz de algunos hilos en los que se tiende a idealizar a los Pen Show, me gustaría hacer algunos comentarios.
Un Pen Show, es básicamente una jungla, donde una serie de "traficantes" de estilográficas ofrecen a los aficionados su material.
Quizá si en vez de utilizar términos anglosajones lo traducimos a la lengua de Cervantes lo entenderemos mejor.
Es un mercadillo de estilográficas, vamos como el Rastro pero en vez de hacerlo en la calle todos los festivos, se hace una vez al año en un sitio más fino.
Y como en cualquier mercadillo, el vendedor quiere vender caro y el comprador comprar barato.
No pensemos que vamos a encontrar almas cándidas que nos van a proporcionar la ansiada pluma a un precio escandalosamente barato.
Vamos a encontrar águilas con el pico afilado que van a intentar vendernos lo que han encontrado por estos mundos al mejor precio posible, para ellos claro. Y no olvidemos que ellos son profesionales de esto.
Y vamos a encontrar buitres con las garras afiladas buscando aquella pieza que les falta en su colección, lo más barata posible y que no van a dudar en regatear "in eternum" hasta conseguir lo que consideran mejor precio.
Nadie nos va a regalar nada, ni nosotros deberíamos pagar un sólo céntimo de euro más de lo necesario para hacernos con la joya buscada.
Todo esto dicho con el mayor de los respetos tanto para vendedores como para los compradores.
Sí, es verdad, en algunos Pen Show y de forma paralela al área de ventas, encontramos talleres de cuidado y reparación de plumas.
Es una buena ocasión para que nos juntemos los pirados de las estilográficas.
Podemos ver modelos y marcas desconocidos o no habituales.
Podemos encontrar aquello que no encontramos de forma habitual.
Pero siempre, siempre, recordando que eso es un mercadillo y se rige por sus reglas.
Un Pen Show, es básicamente una jungla, donde una serie de "traficantes" de estilográficas ofrecen a los aficionados su material.
Quizá si en vez de utilizar términos anglosajones lo traducimos a la lengua de Cervantes lo entenderemos mejor.
Es un mercadillo de estilográficas, vamos como el Rastro pero en vez de hacerlo en la calle todos los festivos, se hace una vez al año en un sitio más fino.
Y como en cualquier mercadillo, el vendedor quiere vender caro y el comprador comprar barato.
No pensemos que vamos a encontrar almas cándidas que nos van a proporcionar la ansiada pluma a un precio escandalosamente barato.
Vamos a encontrar águilas con el pico afilado que van a intentar vendernos lo que han encontrado por estos mundos al mejor precio posible, para ellos claro. Y no olvidemos que ellos son profesionales de esto.
Y vamos a encontrar buitres con las garras afiladas buscando aquella pieza que les falta en su colección, lo más barata posible y que no van a dudar en regatear "in eternum" hasta conseguir lo que consideran mejor precio.
Nadie nos va a regalar nada, ni nosotros deberíamos pagar un sólo céntimo de euro más de lo necesario para hacernos con la joya buscada.
Todo esto dicho con el mayor de los respetos tanto para vendedores como para los compradores.
Sí, es verdad, en algunos Pen Show y de forma paralela al área de ventas, encontramos talleres de cuidado y reparación de plumas.
Es una buena ocasión para que nos juntemos los pirados de las estilográficas.
Podemos ver modelos y marcas desconocidos o no habituales.
Podemos encontrar aquello que no encontramos de forma habitual.
Pero siempre, siempre, recordando que eso es un mercadillo y se rige por sus reglas.