En mi caso el gasto viene limitado, sobre todo, por tres factores. Uno, mi bolsillo (obvio). Dos, una relación calidad/precio que, dentro de la inevitable subjetividad, considere razonable. Y tres, el nivel de satisfación que, al menos a priori, pienso que me va a producir ese reloj. Porque, no nos engañemos, cuando destinamos ciertas cantidades a la compra de una de nuestras piezas no es solo para saber la hora, es a cambio de sentir una serie de sensaciones al llevarlo, al mirarlo, o por el simple hecho de poseerlo.
De los tres aspectos antes comentados, el que de alguna manera se podría relacionar con la marca es el último. Es decir, la sensación que puede producir llevar una marca u otra en la muñeca no suele ser la misma y, por tanto, el nivel de satisfación puede ser distinto también.
Yo no sentiría lo mismo llevando un Patek que un Hublot, aun costando ambos lo mismo. Como tampoco me produciría la misma satisfacción llevar un Omega, Breitling, IWC... de 3.000 € que un Casio que costara eso mismo. Y no estoy entrando a valorar posibles relaciones calidad/precio, que eso sería otra historia. Y si Casio ofrece lo que ofrece a esos precios, uno de 3.000 € sería impresionante (véase ejemplos de Seiko).
Por esta misma razón, pero a la inversa, hay quien se compra determinados relojes que, aún sabiendo que su relación calidad/precio no es la mejor de todas, sí le transmiten esas sensaciones que hace que le compense pagar su precio, que al fin y al cabo es de lo que se trata.
Un saludo.