LuisG
Tropicalizado
Sin verificar
Tampoco es que sea el reloj más bonito del mundo, pero como supongo que podríamos decir que estoy ante mi primer reloj de auténtica colección -o al menos el primero que soy capaz de documentar como tal- pues me hace ilusión contárselo. Lo es no tanto por su elevado nivel técnico, sino por su escasez. Hasta ahora, como “rareza”, tenía en mi expositor el Zenith con calibre 12-4-P, del que se habían fabricado 9.200 unidades. Pero de este 560 de Omega sólo existen 3000 – o existieron, vaya Vd. a saber cuantos quedan hoy- de acuerdo con los datos suministrados por la propia Omega Vintage Database y el Museo Omega. Estos datos están extraídos (y usados con autorización) de los ensayos de Desmond Guilfoyle, el coleccionista australiano de Constellations y otros Omega que, debo decir, ha sido una amable y decisiva ayuda para esta adquisición. Léanle en omega-constellation-collectors.blogspot.com los que no le conozcan.
Como supongo que algunos sabréis, el calibre 560 de Omega es una variación de 17 rubís de los calibres estándar 562 y 565, de 24, realizada para el mercado americano. El motivo, según John Diethelm, historiador del Museo Omega, fueron las elevadas tasas de aduana americana de aquella época, principios de los 60, que durante un tiempo cobraban un importante plus unitario por los relojes de 18 rubíes en adelante, incremento que además debía pagarse no sobre los rubíes adicionales, sino sobre la totalidad de los mismos. Por tanto, a propuesta de la Norman Morris Corporation, distribuidora de Omega en USA, Omega modificó uno de sus calibres estrella de entonces, el 562, para hacerlo más sencillo y distribuirlo a buen precio en el mercado americano, abriendo un nuevo mercado al dirigirse a un público medio en un segmento inferior a los relojes de alta gama montados en su totalidad en Suiza, importados y, por tanto, más caros. El calibre 560 se ensambló en USA con el fabricante de cajas Ross, que construyó una caja monobloque específica para este calibre, con la intención –de ahí el monobloque- de incrementar sus características de estanqueidad y ganar en distintividad comercial e identidad de mercado.
Hasta donde se sabe, las 3000 unidades fabricadas de este calibre se montaron en sólo 4 modelos: tres Seamaster De Ville y un modelo genérico Omega. El movimiento se produjo en 1959 y se empezó a comercializar en 1963, hasta 1967, sólo en el mercado americano.
La autenticidad de los modelos se contrasta principalmente por la numeración de las cajas. De mayor a menos lujo, los tres De Ville corresponden a las numeraciones KL 6610 (oro macizo), KL 6068 (bisel de oro y caja de acero) y KL 6292, gold-filled de 14 k. El cuarto modelo correspondería a la numeración KL6312. La caja debe ir además firmada Ross y con el logo de Omega Watch Co. Y deben llevar el caballito de mar en la trasera.
Las esferas suelen corresponderse a un modelo con índices de baguette (doble y semipiramidal a las 12) y sin índices numéricos. Pero la propia Omega ha afirmado que existieron diversas variaciones en el diseño del dial.
El movimiento, inicialmente, apareció en las primeras series como “ajustado a dos (2) posiciones”, pero rápidamente pasó a “unadjusted”. Por ello, esas primeras series, correspondientes al primer año de distribución, 1963, constituyen una rareza dentro de la rareza. Que, recuerdo, no es una rareza tanto por su valor sino por su peculiaridad y escaso número de ejemplares producidos, en relación a las ingentes cantidades de unidades producidas del resto de calibres 500.
Yo hace algún tiempo que andaba detrás de un De Ville clásico, después de haberlo visto en un libro de relojes vintage. Por eso sentí curiosidad hacia éste en cuanto lo ví, hace alrededor de un mes, y un día me entretuve en averiguar el posible interés de su calibre, sin especial voluntad (o más bien intención) de comprarlo, más que nada por aprender. Y de golpe, me di de bruces con toda la historia que les acabo de contar. Una pieza de colección, con un creciente número de coleccionistas que la persigue específicamente y de una marca clásica al alcance de mi bolsillo. Sorprendente.
Pero algo fallaba: todas las esferas de los pocos relojes de autenticidad contrastada que encontraba para comparar eran diferentes a esta, y además todas muy parecidas entre ellas y con unas características muy específicas que pueden leer aquí:
http://omega-constellation-collectors.blogspot.com/2009/07/unearthed-more-omega-calibre-560.html
(abriendo el ensayo actualizado, donde verán fotos de cómo son habitualmente las esferas)
Aunque todo lo demás cuadraba. Y Desmond Guilfoyle se permitía aventurar que era auténtico (en el sentido de no restaurado o no híbrido, de su "omeguidad" no había ninguna duda). Finalmente, fuimos a parar a su antiguo ensayo “A story about a rare Omega pre-market Seamaster De Ville” donde, mientras se cuenta la entretenida historia de una unidad muy primeriza y no comercial de muestra y promoción del modelo americano de Seamaster De Ville con cal. 560, con trasera de cristal para enseñar a los distribuidores el calibre y documentada desde origen, dimos en observar que la esfera es exactamente igual que la del modelo que yo he adquirido. Et voilà: contando que la numeración del mío lo data como una de las primeras unidades, de principios de 1963, es fácil –y conveniente- suponer que aprovecharon para él uno de los primeros diseños de esfera previstos, que luego debió modificarse.
Así que aquí lo tienen, un Omega Seamaster De Ville de 1963, con movimiento 560 ajustado a dos posiciones (recuerden, un poco más raro aún), KL-6292, del que deben haber muy pocas unidades en el mundo. Y en un estado excelente.
Lo único que nos baila un poco es la ausencia de la palabra “automatic” en la esfera. Aunque según datos del coleccionista australiano obtenidos directamente de Omega, en los primeros modelos hubo diversas variaciones y pruebas en las combinaciones de la esfera. Pero ya me da igual, yo me creo que es lo que es. Y me gusta.
Pues ya lo ven, aunque tengo algunas piezas preciosas (especialmente dos Longines) supongo que es mi primera auténtica pieza de colección.
Por cierto, debo agradecer mucho al forero que me lo transmitió su actitud. Pese a que no tenía ni remota idea de toda esta historia –para él era un Omega Seamaster normal-, yo le hice tantas preguntas y le pedí tantos datos para asegurar la autenticidad que al final le conté la historia por honestidad y por si prefería quedárselo o valorarlo de otra manera. Y no sólo no quiso y me mantuvo el acuerdo previo, sino que me ha puesto de amigo en su perfil del foro...
Eso sí, voy a tener que comer palomitas para cenar durante unas semanas, porque este sí era un auténtico gasto no previsto, aunque viene de lejos. Pero miren, me hacía ilusión. Y también me la hace compartirlo, aunque supongo que es una historia pequeñita al lado de algunas piezas que se ven por aquí.
Como supongo que algunos sabréis, el calibre 560 de Omega es una variación de 17 rubís de los calibres estándar 562 y 565, de 24, realizada para el mercado americano. El motivo, según John Diethelm, historiador del Museo Omega, fueron las elevadas tasas de aduana americana de aquella época, principios de los 60, que durante un tiempo cobraban un importante plus unitario por los relojes de 18 rubíes en adelante, incremento que además debía pagarse no sobre los rubíes adicionales, sino sobre la totalidad de los mismos. Por tanto, a propuesta de la Norman Morris Corporation, distribuidora de Omega en USA, Omega modificó uno de sus calibres estrella de entonces, el 562, para hacerlo más sencillo y distribuirlo a buen precio en el mercado americano, abriendo un nuevo mercado al dirigirse a un público medio en un segmento inferior a los relojes de alta gama montados en su totalidad en Suiza, importados y, por tanto, más caros. El calibre 560 se ensambló en USA con el fabricante de cajas Ross, que construyó una caja monobloque específica para este calibre, con la intención –de ahí el monobloque- de incrementar sus características de estanqueidad y ganar en distintividad comercial e identidad de mercado.
Hasta donde se sabe, las 3000 unidades fabricadas de este calibre se montaron en sólo 4 modelos: tres Seamaster De Ville y un modelo genérico Omega. El movimiento se produjo en 1959 y se empezó a comercializar en 1963, hasta 1967, sólo en el mercado americano.
La autenticidad de los modelos se contrasta principalmente por la numeración de las cajas. De mayor a menos lujo, los tres De Ville corresponden a las numeraciones KL 6610 (oro macizo), KL 6068 (bisel de oro y caja de acero) y KL 6292, gold-filled de 14 k. El cuarto modelo correspondería a la numeración KL6312. La caja debe ir además firmada Ross y con el logo de Omega Watch Co. Y deben llevar el caballito de mar en la trasera.
Las esferas suelen corresponderse a un modelo con índices de baguette (doble y semipiramidal a las 12) y sin índices numéricos. Pero la propia Omega ha afirmado que existieron diversas variaciones en el diseño del dial.
El movimiento, inicialmente, apareció en las primeras series como “ajustado a dos (2) posiciones”, pero rápidamente pasó a “unadjusted”. Por ello, esas primeras series, correspondientes al primer año de distribución, 1963, constituyen una rareza dentro de la rareza. Que, recuerdo, no es una rareza tanto por su valor sino por su peculiaridad y escaso número de ejemplares producidos, en relación a las ingentes cantidades de unidades producidas del resto de calibres 500.
Yo hace algún tiempo que andaba detrás de un De Ville clásico, después de haberlo visto en un libro de relojes vintage. Por eso sentí curiosidad hacia éste en cuanto lo ví, hace alrededor de un mes, y un día me entretuve en averiguar el posible interés de su calibre, sin especial voluntad (o más bien intención) de comprarlo, más que nada por aprender. Y de golpe, me di de bruces con toda la historia que les acabo de contar. Una pieza de colección, con un creciente número de coleccionistas que la persigue específicamente y de una marca clásica al alcance de mi bolsillo. Sorprendente.
Pero algo fallaba: todas las esferas de los pocos relojes de autenticidad contrastada que encontraba para comparar eran diferentes a esta, y además todas muy parecidas entre ellas y con unas características muy específicas que pueden leer aquí:
http://omega-constellation-collectors.blogspot.com/2009/07/unearthed-more-omega-calibre-560.html
(abriendo el ensayo actualizado, donde verán fotos de cómo son habitualmente las esferas)
Aunque todo lo demás cuadraba. Y Desmond Guilfoyle se permitía aventurar que era auténtico (en el sentido de no restaurado o no híbrido, de su "omeguidad" no había ninguna duda). Finalmente, fuimos a parar a su antiguo ensayo “A story about a rare Omega pre-market Seamaster De Ville” donde, mientras se cuenta la entretenida historia de una unidad muy primeriza y no comercial de muestra y promoción del modelo americano de Seamaster De Ville con cal. 560, con trasera de cristal para enseñar a los distribuidores el calibre y documentada desde origen, dimos en observar que la esfera es exactamente igual que la del modelo que yo he adquirido. Et voilà: contando que la numeración del mío lo data como una de las primeras unidades, de principios de 1963, es fácil –y conveniente- suponer que aprovecharon para él uno de los primeros diseños de esfera previstos, que luego debió modificarse.
Así que aquí lo tienen, un Omega Seamaster De Ville de 1963, con movimiento 560 ajustado a dos posiciones (recuerden, un poco más raro aún), KL-6292, del que deben haber muy pocas unidades en el mundo. Y en un estado excelente.
Lo único que nos baila un poco es la ausencia de la palabra “automatic” en la esfera. Aunque según datos del coleccionista australiano obtenidos directamente de Omega, en los primeros modelos hubo diversas variaciones y pruebas en las combinaciones de la esfera. Pero ya me da igual, yo me creo que es lo que es. Y me gusta.
Pues ya lo ven, aunque tengo algunas piezas preciosas (especialmente dos Longines) supongo que es mi primera auténtica pieza de colección.
Por cierto, debo agradecer mucho al forero que me lo transmitió su actitud. Pese a que no tenía ni remota idea de toda esta historia –para él era un Omega Seamaster normal-, yo le hice tantas preguntas y le pedí tantos datos para asegurar la autenticidad que al final le conté la historia por honestidad y por si prefería quedárselo o valorarlo de otra manera. Y no sólo no quiso y me mantuvo el acuerdo previo, sino que me ha puesto de amigo en su perfil del foro...
Eso sí, voy a tener que comer palomitas para cenar durante unas semanas, porque este sí era un auténtico gasto no previsto, aunque viene de lejos. Pero miren, me hacía ilusión. Y también me la hace compartirlo, aunque supongo que es una historia pequeñita al lado de algunas piezas que se ven por aquí.
Última edición: