L
lowe
Habitual
Sin verificar
Despues de leer lo que ha dado de si el incidente del compañero Poldemiro y que, afortunadamente, ha terminado bien, me permito compartir con vosotros una reflexion personal.
No pretendo justificar las chapuzas que ha veces salen a relucir en el foro, y por supuesto me siento identificado con el disgusto que te llevas cuando tu "querido" reloj no acierta a caer en buenas manos.
Quiero explicar aqui el por que ( a veces) se trabaja tan mal en un oficio que requiere dedicacion, esfuerzo, paciencia, curiosidad y por supuesto, cierto talento.
Desempeñar este oficio requiere tranquilidad y que el lugar de trabajo este bien iluminado, preferiblemente con luz natural. Es importante que el relojero pueda trabajar sin interrupcines, que tenga un surtido adecuado de fornituras y que disponga de las harramientas necesarias para cualquier tipo de reparacion/restauracion.
No hace falta decir que una formacion continua impartida por las principales marcas es impecindible y que garantiza que el resultado final sea el deseado por el cliente.
La realidad en muchos de casos suele ser otra bien distinta: la falta de renovación generacional en el oficio hace que escaseen candidatos cualificados, y los pocos relojeros que se licencian en la Escuela de la Mercé en Barcelona, son los que realizan las reparaciones que en algún que otro caso requieren de cierta experiencia.
En Suiza, Francia o Alemania, el oficio está bien considerado, además de bien remunerado, de ahí que todos los años haya una verdadera cantera de nuevos candidatos dispuestos a hacerse un nombre, algo que no ocurre, desgraciadamente, en España.
Las relojerías consideran al relojero y su taller un “mal necesario” y muchos empresarios han decidido rentabilizar esta circunstancia: el relojero aprende sobre la marcha, se ahorran (en la medida de lo posible ) el coste de la formación, y muchas veces, son los mismos dependientes los que cambian las pilas, las correas o ajustan los brazaletes o los cierres.
Un saludo y gracias por llegar hasta aqui.
Lowe
No pretendo justificar las chapuzas que ha veces salen a relucir en el foro, y por supuesto me siento identificado con el disgusto que te llevas cuando tu "querido" reloj no acierta a caer en buenas manos.
Quiero explicar aqui el por que ( a veces) se trabaja tan mal en un oficio que requiere dedicacion, esfuerzo, paciencia, curiosidad y por supuesto, cierto talento.
Desempeñar este oficio requiere tranquilidad y que el lugar de trabajo este bien iluminado, preferiblemente con luz natural. Es importante que el relojero pueda trabajar sin interrupcines, que tenga un surtido adecuado de fornituras y que disponga de las harramientas necesarias para cualquier tipo de reparacion/restauracion.
No hace falta decir que una formacion continua impartida por las principales marcas es impecindible y que garantiza que el resultado final sea el deseado por el cliente.
La realidad en muchos de casos suele ser otra bien distinta: la falta de renovación generacional en el oficio hace que escaseen candidatos cualificados, y los pocos relojeros que se licencian en la Escuela de la Mercé en Barcelona, son los que realizan las reparaciones que en algún que otro caso requieren de cierta experiencia.
En Suiza, Francia o Alemania, el oficio está bien considerado, además de bien remunerado, de ahí que todos los años haya una verdadera cantera de nuevos candidatos dispuestos a hacerse un nombre, algo que no ocurre, desgraciadamente, en España.
Las relojerías consideran al relojero y su taller un “mal necesario” y muchos empresarios han decidido rentabilizar esta circunstancia: el relojero aprende sobre la marcha, se ahorran (en la medida de lo posible ) el coste de la formación, y muchas veces, son los mismos dependientes los que cambian las pilas, las correas o ajustan los brazaletes o los cierres.
Un saludo y gracias por llegar hasta aqui.
Lowe