V
VICENTE RAMIREZ
Habitual
Sin verificar
Tiempo atrás, allá por la Sevilla en blanco y negro de hace más de siete décadas, había una hermosa Dama en la que un bonito Omega 265 latía alegre abrazado a la muñeca de su orgulloso dueño.
La vida transcurrió tranquila, envejeciendo pacientemente al compás de un tic tac de castañuelas, hasta que por los avatares del destino un desgraciado día la damita perdió su traje de noble metal,
Despojada quizás por la necesidad, victima del cambalache y de los estragos de las malas artes de la economía, así quedo desnuda y olvidada, despreciada en el oscuro cajón de un lúgubre compro oro, con la única compañía de la triste chatarra relojera privada de cualquier valor.
Quiso el destino que un espíritu inquieto que por allí pasaba, casualmente la descubriera, y emocionado tomase la rápida y apasionada decisión de rescatarla del sombrío destino a la que había sido postergada.
Una vez en su morada, el espíritu inquieto, tras una minuciosa inspección, observó que la damita aun seguía latiendo, aunque trágicamente en su pasado había perdido tija y corona y el brillo original de su esfera había dado paso a un ocre y pálido tono teñido de suciedad.
Así quedó a la espera, preservada entre algodón, deseosa de poder retomar el brillo de su anhelado pasado .
Lamentablemente este espíritu inquieto, aprendiz de milagros, estudiante de afición, desconocía aun los conjuros que los veteranos y expertos magos sabían pronunciar para encontrar esos trajes a medida para así devolver a la damita su antiguo esplendor, e incapaz renunció al esfuerzo que supondría conseguirlo y pacientemente aguardó buenas nuevas…
Nuevamente la casualidad quiso que el espíritu, en una de tantas andaduras, se cruzara con un Dogma vagabundo, machacado y castigado por el paso del tiempo, abandonado al itinerante trasiego ambulante de mercadillos, tragando tanto polvo y soportando tantos golpes, que ahondaron cicatrices profundas en su memoria sin hacerle perder una sonrisa.
Por su lamentable estado apenas hubo disputa en el trato, y a cambio de una ridícula cantidad el vagabundo cambió de mano para así terminar su penitente trasiego.
El Dogma vagabundo montaba una moribunda AS 1130, que, con el eje del volante roto, había quedado inservible tiempo atrás.
Con su plexi roto en pedazos y su plaqué de 10 micrones desgastado por incontables batallas perdidas, también había sido privado de tija y corona, y hacían de él un despojo mecánico con alma de donante de piezas.
Curiosamente al entrar en la caja, justo en ese momento, una fugaz mirada entre el Dogma vagabundo y la dama Omega hizo que una leve sonrisa y un brillo de travieso optimismo se dibujara en la cara del espíritu.
Sacó a la dama ceremoniosamente y con sumo cuidado, tras retirar del vagabundo el agotado as 1130, probó que la Omega entrara en ese inesperado traje…
Desgraciadamente no fue posible ya que dos arillos interiores de la carrura impedían a la damita acoplarse bien, pero el espíritu no desistió y Dremel en mano comenzó a devastar con sumo cuidado las dos protuberancias internas que impedían el acople.
Tras unas pacientes pasadas de la Dremel la nueva ubicación estuvo al fin lista.
Y dama y vagabundo hicieron una estupenda pareja…. Fue entonces cuando el Dogmabundo pronunció su emotiva frase ante la cara de sorpresa de la Damita….
Y así fue que para sellar tan lindo enlace el espíritu moldeó dos alianzas de latón a mano para unir a ambos en uno solo.
Para el festejo, el Sabueso " Triste" obsequió a la peculiar pareja una bonita corona grabada con el emblema de la dama...
...y el terrier escocés aportó una tija traÍda apresuradamente de tierras galas...
mientras tanto el espíritu se ocupó de poner un nuevo plexi y culminar el proyecto encargando una genuina correa nato de piel de vacuno con pespunte blanco.
La damita Omega pasó por una minuciosa limpieza y un nuevo engrasado, y la caja del Dogma vagabundo tras pulirse cuidadosamente se barnizó con esmalte cristal para metales.
Y con un nuevo aire de renovado esplendor, comenzaron una segunda vida en armoniosa compañía.
Como moraleja me quedo con las sabias palabras de Golfo:
Más vale una sencilla y divertida vida perruna que anhelar una de lujos que nunca estará al alcance….
De la mano de su nuevo dueño...
y Colorín colorado, otro proyecto culminado.
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