video de la chorizada de un Daytona en directo

Esto paso en Detroit, hay que tener cuidado con estas cosas, el tipo acudio a una venta y le dieron un cobazo del 6 ,


Dejar que cargue. se ve como se lo birlan.

enlace roto o perdido

Desde luego que hay que andarse con mucho ojo!

No se que tiene esa pagina que me bloquea el ordenador,lo he intentado ver dos veces

Pero a ver si me aclaro ¿la tía negra le pide que se quite el reloj para verlo y éste va y se lo quita? luego lo dejar encima de la mesa un segundo que aprovecha el otro negro para llevárselo y echar a correr?
Vamos si es así, ¿como deja a la negra que se marche?
Yo no la hubera dejado, siendo negra los moratones no se ven hombre....
Bueno, perdón por los comentarios, pero aún me dura el calentón, hace unos días me robaron el tubo de escape (1.000 eur) de la moto en el propio garaje de mi casa...

Madre mia...yo no suelto el reloj en la mesa ni un segundo...y desde luego el mangarrian no se me escapa, porque más que yo no corre...vamos que...corre forest, corre!!!...

banquero dijo:

Pero a ver si me aclaro ¿la tía negra le pide que se quite el reloj para verlo y éste va y se lo quita? luego lo dejar encima de la mesa un segundo que aprovecha el otro negro para llevárselo y echar a correr?
Vamos si es así, ¿como deja a la negra que se marche?
Yo no la hubera dejado, siendo negra los moratones no se ven hombre....
Bueno, perdón por los comentarios, pero aún me dura el calentón, hace unos días me robaron el tubo de escape (1.000 eur) de la moto en el propio garaje de mi casa...

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Grosso modo ésta es la historia:

El vendedor pone un anuncio en craig's list, la mayor página de anuncios del mundo y queda en una cafetería con una mujer que ha respondido a tal anuncio. A la cita lleva varios Rolex de los que la mujer elige uno para probárselo. Como el cierre no abocha bien, el vendedor se saca su propio reloj para comprobar el funcionamiento. Ése es el que el ladrón se lleva en primera instancia. Pero cuando el vendedor sale detrás de él, la mujer aprovecha para calzarse un segundo reloj en su propia muñeca, antes de que la atribulada víctima caiga en la cuenta de que deja más dinero sobre la mesa del que el chorizo se está llevando. Para cuando quiere darse cuenta la mujer también ha volado con el segundo ejemplar puesto. Me imagino la tensión del pobre hombre.

Cuidadín con las citas a ciegas...