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Sin verificar
El año pasado, un barco de vapor hundido por los alemanes durante la Segunda Guerra Mundial fue recuperado, dando como resultado el descubrimiento de 100 toneladas de plata. A pesar de que el barco se encontraba hundido a 17.000 pies de profundidad, lo realmente interesante es la historia que hay detrás de este hecho.
El SS “City of Cairo” fue un gran buque de vapor que había estado en servicio durante casi 30 años cuando hizo su último viaje en 1942. Al igual que muchos otros buques civiles que, durante la Segunda Guerra Mundial fue utilizado por los militares para el traslado de tropas. Partiendo desde Bombay, SS “City of Cairo” seguía la ruta desde Sudáfrica hasta Brasil antes de llegar a su destino final en el Reino Unido. Justo antes de zarpar, en las bodegas del SS “City of Cairo” se depositaron 100 toneladas de plata, así como material militar.
Mientras se dirigía hacia Brasil, en medio del Atlántico Sur, fue torpedeado por el submarino U-68, dirigido por el Kapitän Karl-Friedrich Merten. William Rogerson, capitán del SS “City of Cairo” ordenó a los pasajeros y la tripulación subirse a los botes salvavidas.
Kapitän Karl-Friedrich Merten
A pesar de las señales de socorro lanzadas desde el barco, el U-68 envió un segundo torpedo, que mato a seis personas murieron a bordo de la nave, mientras tanto 296 personas habían conseguido subirse a los seis botes salvavidas que habían disponibles en el barco.
En medio del Atlántico Sur, ha 1.000 millas de África, y faltando todavía 2.000 millas para llegar al Brasil, el siguiente destino del SS “City of Cairo” , el Kapitän Merten antes de indicar a los tripulantes de los botes salvavidas el rumbo correcto pero poco prometedor para llegar a tierra, pronunció su ahora famosa frase, "Buenas noches, siento por ustedes el hundimiento del barco”.
El Capitán Rogerson (foto inferior) decidió entonces dirigir los seis botes salvavidas hacia la pequeña isla de Santa Elena, a 500 millas al noreste.
Cada bote estaba equipado con una brújula; sin embargo, no todos tenían un sextante. Una brújula solo es realmente útil si se sabe la posición exacta, y es aquí donde el sextante juega su papel. La tercera pieza del rompecabezas de la navegación es saber la hora correcta. La navegación astronómica se basa en la correcta comprensión de la hora del día, lo que, combinado con la lectura del sextante y tablas celestes, se puede determinar la latitud y la longitud. Por suerte para los pasajeros de los botes salvavidas, el capitán Rogerson llevaba su fiel Rolex Oyster. Las lecturas precisas serían vitales para navegar 500 millas hasta una pequeña isla en medio de un gran océano, literalmente cada segundo podría significar el envío de los botes salvavidas por el rumbo equivocado.
Durante las siguientes dos semanas, varios de los botes salvavidas se dispersarían y perdieron contacto con el resto del grupo. Trece días después de hundirse el SS “City of Cairo” , el SS “Clan Alpine” localizo el bote salvavidas del capitán Rogerson, junto con otras dos personas.
Partiendo desde el puerto de la isla de St. Helena, el SS “Clan Alpine” continuo la búsqueda aunque sin suerte, del resto de los botes salvavidas, que finalmente encontraron la isla. El último bote en llegar a la isla estuvo navegando 51 días.
De los aproximadamente 300 pasajeros que subieron al SS “City of Cairo”, 107 perecieron, y los 200 supervivientes restantes tenían conocimientos náuticos, . Varios de aquellos supervivientes fueron premiados por el gobierno británico, y al capitán Rogerson se le concedio el titulo de Oficial de la Excelentísima Orden del Imperio Británico (OBE)
El enlace de este articulo es :https://www.woundforlife.com/2015/05/04/navigating-by-rolex-and-sextant/
El SS “City of Cairo” fue un gran buque de vapor que había estado en servicio durante casi 30 años cuando hizo su último viaje en 1942. Al igual que muchos otros buques civiles que, durante la Segunda Guerra Mundial fue utilizado por los militares para el traslado de tropas. Partiendo desde Bombay, SS “City of Cairo” seguía la ruta desde Sudáfrica hasta Brasil antes de llegar a su destino final en el Reino Unido. Justo antes de zarpar, en las bodegas del SS “City of Cairo” se depositaron 100 toneladas de plata, así como material militar.
Mientras se dirigía hacia Brasil, en medio del Atlántico Sur, fue torpedeado por el submarino U-68, dirigido por el Kapitän Karl-Friedrich Merten. William Rogerson, capitán del SS “City of Cairo” ordenó a los pasajeros y la tripulación subirse a los botes salvavidas.
A pesar de las señales de socorro lanzadas desde el barco, el U-68 envió un segundo torpedo, que mato a seis personas murieron a bordo de la nave, mientras tanto 296 personas habían conseguido subirse a los seis botes salvavidas que habían disponibles en el barco.
En medio del Atlántico Sur, ha 1.000 millas de África, y faltando todavía 2.000 millas para llegar al Brasil, el siguiente destino del SS “City of Cairo” , el Kapitän Merten antes de indicar a los tripulantes de los botes salvavidas el rumbo correcto pero poco prometedor para llegar a tierra, pronunció su ahora famosa frase, "Buenas noches, siento por ustedes el hundimiento del barco”.
El Capitán Rogerson (foto inferior) decidió entonces dirigir los seis botes salvavidas hacia la pequeña isla de Santa Elena, a 500 millas al noreste.
Cada bote estaba equipado con una brújula; sin embargo, no todos tenían un sextante. Una brújula solo es realmente útil si se sabe la posición exacta, y es aquí donde el sextante juega su papel. La tercera pieza del rompecabezas de la navegación es saber la hora correcta. La navegación astronómica se basa en la correcta comprensión de la hora del día, lo que, combinado con la lectura del sextante y tablas celestes, se puede determinar la latitud y la longitud. Por suerte para los pasajeros de los botes salvavidas, el capitán Rogerson llevaba su fiel Rolex Oyster. Las lecturas precisas serían vitales para navegar 500 millas hasta una pequeña isla en medio de un gran océano, literalmente cada segundo podría significar el envío de los botes salvavidas por el rumbo equivocado.
Durante las siguientes dos semanas, varios de los botes salvavidas se dispersarían y perdieron contacto con el resto del grupo. Trece días después de hundirse el SS “City of Cairo” , el SS “Clan Alpine” localizo el bote salvavidas del capitán Rogerson, junto con otras dos personas.
Partiendo desde el puerto de la isla de St. Helena, el SS “Clan Alpine” continuo la búsqueda aunque sin suerte, del resto de los botes salvavidas, que finalmente encontraron la isla. El último bote en llegar a la isla estuvo navegando 51 días.
De los aproximadamente 300 pasajeros que subieron al SS “City of Cairo”, 107 perecieron, y los 200 supervivientes restantes tenían conocimientos náuticos, . Varios de aquellos supervivientes fueron premiados por el gobierno británico, y al capitán Rogerson se le concedio el titulo de Oficial de la Excelentísima Orden del Imperio Británico (OBE)
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