Rolex4ever
Habitual
Sin verificar
Una de las cosas que más disfruto es hacer reportajes “Hands On” con nuevas referencias. En algunos casos termino comprando la pieza, en otros sólo tengo el placer de masajearla y mostrarla a los entusiastas de las marcas Rolex y Tudor, que cada día son más.
Hace dos días pude visitar mi CO favorito Perodri y, como no puede ser excepción, me puse al día con las últimas novedades. En esta ocasión os hago un breve Hands On de un reloj que el año pasado generó ríos de tinta y que Tudor ha decidido, con buen criterio creo yo, ofrecer en un tamaño más grande para satisfacer la demanda de un sector de su clientela.
Estoy convencido de que lo que yo llamo el “Grupo Hans Wilsdorf”, o sea Rolex+Tudor, tienen muy claro lo que quieren hacer en el mercado. Dentro de esa percepción de un servidor, creo que Tudor seguirá haciendo todo lo que no puede/no debe hacer su marca hermana Rolex.
Dentro de esta estrategia veo a Tudor haciendo lo que hacen las marcas competidoras de Rolex y que no hace esta última: Piezas únicas (Black Bay One para Only Watch 2015), ediciones especiales como la recién hecha para un influyente foro italiano y para la familia Real de Qatar (siguiendo por otra parte una dilatada tradición de Rolex) y sobre todo, la elección de un buque insignia de la colección que más que un reloj se ha convertido en una gama completa de relojes, está claro que me refiero al Heritage Black Bay.
El año pasado Tudor sorprendió al mundo en Baselworld con el Black Bay 36, un reloj con clara inspiración Explorer/Ranger que con sus 36mm volvía a la medida contenida clásica de aquél Explorer. Hice un Hands On del mismo y sinceramente creo que merece toda la difusión que recibió el año pasado, bastante más que relojes de otras marcas con mucho pedigrí. No dudo en calificarlo como la sorpresa de Basel 2016.
El Black Bay 41mm presentado este año es un reloj sobrio, casi elegante, con un toque deportivo discreto y con unas líneas totalmente reconocibles de su hermano Diver. Hablando del Black Bay clásico, es casi sin duda el reloj revelación de los últimos 5 años y en su corta andadura ha relanzado un estilo y se ha convertido en la imagen de la marca de forma sorprendente y vertiginosa.
El BB41 lleva el calibre basado en un ebauche ETA 2824, igual que el Black Bay original. ¿Por qué? Mi versión es que el nuevo calibre encarecería este reloj y también creo que tendría difícil acomodo dentro de la caja más estilizada del BB41. Esa es la razón por la que el BB36 no tiene y probablemente no tenga en el futuro próximo un calibre Tudor. Falta de espacio. El BB41 definitivamente es más grande que el BB36, pero no mucho más alto.
Adoptar el nuevo calibre supondría probablemente renunciar a los 150m mínimos de hermeticidad de la colección Black Bay o hacer un reloj ligeramente más alto, lo que en mi opinión aniquilaría el perfecto equilibrio de esta pieza.
En fin, pasemos a lo mejor, las fotos.
Esfera legible al 100%, agujas Snowflake, índices Submariner, esfera brillante negra, sobriedad de firmas.. definitivamente Black Bay pero en versión formal:
Debo admitir que las agujas Snowflake son mi debilidad. Pera mí es lo mejor del Black Bay. Legibles en cualquier situación, deportivas, su forma está dictada por su función. Mis ojos ven la hora mejor en un Black Bay que en cualquier otro reloj.
El contraste con la esfera brillante es una gozada. La armonía de tamaño entre agujas, índices y esfera es ideal:
Carrura más estilizada, corona sobre-dimensionada comodísima. La rosa de la corona es plateada, no esmaltada en negro como en otros modelos. Un detalle diferenciador y elegante es el cristal de zafiro plano:
El reloj es un tanque, sólido por donde se le vea, mecanizado perfecto, brazalete deportivo estilo Black Bay original, sin los remaches que en este reloj restarían sobriedad (remaches que por otra parte me encantan en el Black Bay manufactura). El reloj está más que bien hecho:
Lo hay en dos versiones. Gustándome mucho la correa de piel, la versión que hay que buscar es la del brazalete, y jugar con las correas, esta que lleva y que se puede adquirir como un accesorio o las mismas del Black Bay tradicional:
La caja Black Bay, en la más pura inspiración Tudor Big Block de los 70's-90's, tiene un perfil más bajo muy sobrio pero elegante. Es aquí donde se aprecia la ventaja de la caja más grande, las líneas fluyen mejor al tener una relación altura-longitud más armoniosa que el BB36:
y rematando esa carrura tan fina está el biselado que divide la transición entre la carrura pulida y la parte superior de las asas finamente cepillada:
El reloj es grande. El BB36 me gusta mucho por su espíritu vintage y el BB41 es mucho reloj pero para mi gusto está en el límite para este tipo de reloj. Uno de 39mm habría sido idóneo, claro está que para eso ya tenemos el Explorer.
Aquí está en muñeca:
Mirar la hora en casi cualquier reloj, despues de mirarla en un Black Bay, es un fastidio. Esta es una de las mejores vistas que hay:
La corona es como si no existiera, 100% ergonómica, no hace daño nunca. Los minutos cerrados son otro toque "Black Bay", heredado de los 50's y principios de los 60's:
El blanco de los índices y agujas es un blanco ligeramente roto, sin llegar al fake vintage tan de moda hoy, da una vista muy descansada de la esfera:
El nuevo Tudor Black Bay 41 tiene un PVP de 2.780€ en su versión de brazalete y 2.490€ con correa. Tiene la consabida correa camouflage gris como accesorio incluido.
Sin duda un reloj muy a tomar en cuenta para aquellos que gusten del Black Bay y que quieran esa deportividad en un set más elegante, que pueda llevarse perfectamente con traje y camisa blanca.
Bueno, aquí lo dejo. Hasta otra.
Hace dos días pude visitar mi CO favorito Perodri y, como no puede ser excepción, me puse al día con las últimas novedades. En esta ocasión os hago un breve Hands On de un reloj que el año pasado generó ríos de tinta y que Tudor ha decidido, con buen criterio creo yo, ofrecer en un tamaño más grande para satisfacer la demanda de un sector de su clientela.
Estoy convencido de que lo que yo llamo el “Grupo Hans Wilsdorf”, o sea Rolex+Tudor, tienen muy claro lo que quieren hacer en el mercado. Dentro de esa percepción de un servidor, creo que Tudor seguirá haciendo todo lo que no puede/no debe hacer su marca hermana Rolex.
Dentro de esta estrategia veo a Tudor haciendo lo que hacen las marcas competidoras de Rolex y que no hace esta última: Piezas únicas (Black Bay One para Only Watch 2015), ediciones especiales como la recién hecha para un influyente foro italiano y para la familia Real de Qatar (siguiendo por otra parte una dilatada tradición de Rolex) y sobre todo, la elección de un buque insignia de la colección que más que un reloj se ha convertido en una gama completa de relojes, está claro que me refiero al Heritage Black Bay.
El año pasado Tudor sorprendió al mundo en Baselworld con el Black Bay 36, un reloj con clara inspiración Explorer/Ranger que con sus 36mm volvía a la medida contenida clásica de aquél Explorer. Hice un Hands On del mismo y sinceramente creo que merece toda la difusión que recibió el año pasado, bastante más que relojes de otras marcas con mucho pedigrí. No dudo en calificarlo como la sorpresa de Basel 2016.
El Black Bay 41mm presentado este año es un reloj sobrio, casi elegante, con un toque deportivo discreto y con unas líneas totalmente reconocibles de su hermano Diver. Hablando del Black Bay clásico, es casi sin duda el reloj revelación de los últimos 5 años y en su corta andadura ha relanzado un estilo y se ha convertido en la imagen de la marca de forma sorprendente y vertiginosa.
El BB41 lleva el calibre basado en un ebauche ETA 2824, igual que el Black Bay original. ¿Por qué? Mi versión es que el nuevo calibre encarecería este reloj y también creo que tendría difícil acomodo dentro de la caja más estilizada del BB41. Esa es la razón por la que el BB36 no tiene y probablemente no tenga en el futuro próximo un calibre Tudor. Falta de espacio. El BB41 definitivamente es más grande que el BB36, pero no mucho más alto.
Adoptar el nuevo calibre supondría probablemente renunciar a los 150m mínimos de hermeticidad de la colección Black Bay o hacer un reloj ligeramente más alto, lo que en mi opinión aniquilaría el perfecto equilibrio de esta pieza.
En fin, pasemos a lo mejor, las fotos.
Esfera legible al 100%, agujas Snowflake, índices Submariner, esfera brillante negra, sobriedad de firmas.. definitivamente Black Bay pero en versión formal:
Debo admitir que las agujas Snowflake son mi debilidad. Pera mí es lo mejor del Black Bay. Legibles en cualquier situación, deportivas, su forma está dictada por su función. Mis ojos ven la hora mejor en un Black Bay que en cualquier otro reloj.
El contraste con la esfera brillante es una gozada. La armonía de tamaño entre agujas, índices y esfera es ideal:
Carrura más estilizada, corona sobre-dimensionada comodísima. La rosa de la corona es plateada, no esmaltada en negro como en otros modelos. Un detalle diferenciador y elegante es el cristal de zafiro plano:
El reloj es un tanque, sólido por donde se le vea, mecanizado perfecto, brazalete deportivo estilo Black Bay original, sin los remaches que en este reloj restarían sobriedad (remaches que por otra parte me encantan en el Black Bay manufactura). El reloj está más que bien hecho:
Lo hay en dos versiones. Gustándome mucho la correa de piel, la versión que hay que buscar es la del brazalete, y jugar con las correas, esta que lleva y que se puede adquirir como un accesorio o las mismas del Black Bay tradicional:
La caja Black Bay, en la más pura inspiración Tudor Big Block de los 70's-90's, tiene un perfil más bajo muy sobrio pero elegante. Es aquí donde se aprecia la ventaja de la caja más grande, las líneas fluyen mejor al tener una relación altura-longitud más armoniosa que el BB36:
y rematando esa carrura tan fina está el biselado que divide la transición entre la carrura pulida y la parte superior de las asas finamente cepillada:
El reloj es grande. El BB36 me gusta mucho por su espíritu vintage y el BB41 es mucho reloj pero para mi gusto está en el límite para este tipo de reloj. Uno de 39mm habría sido idóneo, claro está que para eso ya tenemos el Explorer.
Aquí está en muñeca:
Mirar la hora en casi cualquier reloj, despues de mirarla en un Black Bay, es un fastidio. Esta es una de las mejores vistas que hay:
La corona es como si no existiera, 100% ergonómica, no hace daño nunca. Los minutos cerrados son otro toque "Black Bay", heredado de los 50's y principios de los 60's:
El blanco de los índices y agujas es un blanco ligeramente roto, sin llegar al fake vintage tan de moda hoy, da una vista muy descansada de la esfera:
El nuevo Tudor Black Bay 41 tiene un PVP de 2.780€ en su versión de brazalete y 2.490€ con correa. Tiene la consabida correa camouflage gris como accesorio incluido.
Sin duda un reloj muy a tomar en cuenta para aquellos que gusten del Black Bay y que quieran esa deportividad en un set más elegante, que pueda llevarse perfectamente con traje y camisa blanca.
Bueno, aquí lo dejo. Hasta otra.
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