joler
De la casa
Sin verificar
Uno de los aspectos más interesantes de comprar relojes averiados o que necesitan revisión es que obligan a una minuciosa tarea de investigación para determinar cuál es el fallo, cómo se produjo, qué hábitos de uso lo han provocado...en fin, lo que se suele llamar «las averiguaciones tendentes al esclarecimiento de los hechos»
Partimos de las fotos y la descripción del vendedor que, muy honestamente, avisa de que el cristal tiene manchas de aeite en el lado interno.
Además añade que lo ha llevado a un relojero cuyo diagnóstico ha sido que la máquina contiene aceite que no es específico para relojes y que con el calor los efluvios suben hasta el cristal.
La foto de la trasera no puede ser más inquietante. Podemos asegurar que el reloj ha sido abierto en varias ocasiones de forma poco profesional. Además en el cristal también se evidencian restos de aceite.
También se pueden apreciar otros detalles muy importantes de cara a valorar el estado del reloj y su posible compra pero los analizaremos más adelante.
Por si todo esto fuera poco el vendedor asegura que desde el principio el reloj ha tenido un comportamiento caprichoso.
Con el reloj en casa verificamos los manchurrones de aceite en toda su crudeza. La limpieza es muy fácil siempre que dial y agujas no estén afectados.
Afortunadamente están impolutos porque ese tipo de manchas serían imposibles de limpiar.
En la trasera se observa el mismo velo aceitoso pegado al cristal.
El movimiento, al margen de que la tapa carece de junta de estanqueidad, no se ve demasiado mal pero hay un par de detalles interesantes.
Las erosiones en ese punto del rotor indican que ha sido manipulado quizás para ajustar el rodamiento bien porque tenía holgura o porque se sospechaba de un problema de carga.
El tornillo azulado también muestra signos de haber sido tocado (estos tornillos azulados son muy chivatos).
La raqueta está en la posición indicada para compensar el atraso luego es posible que el reloj necesite una revisión general o que exista un problema de carga.
Desmontado el movimiento no se encuentran depósitos de aceite y tampoco hay signos de que exista un problema con el módulo de carga automática.
Pero, al usar la carga manual se nota un clic a las 15 o 20 vueltas de corona lo que indica que hay un problema en el muelle real.
Esto además coincide con el comportamiento caprichoso del reloj y con lo que parecen indicios de haber buscado algún defecto en la carga automática.
En efecto, el árbol del barrilete está mal colocado. La uña que engancha el final del muelle se ha salido de su alojamiento. Esto permite al reloj funcionar con una carga baja pero cuando está se supera el muelle se suelta y pierde toda la tensión.
Los síntomas aparentes de esta avería son los que describe el vendedor como «comportamiento caprichoso»: adelantos y atrasos que no se pueden corregir tocando la raqueta, paradas ocasionales, etc.
Aquí puede verse el caracol colocado correctamente con la uña enganchando el final del muelle.
He aprovechado el proceso para disimular las feas marcas de la trasera con un estropajo.
Finalmente el Komansirskie K-34 con tapa de titanio en orden de marcha.
Espero que os haya entretenido un rato.
Partimos de las fotos y la descripción del vendedor que, muy honestamente, avisa de que el cristal tiene manchas de aeite en el lado interno.
Además añade que lo ha llevado a un relojero cuyo diagnóstico ha sido que la máquina contiene aceite que no es específico para relojes y que con el calor los efluvios suben hasta el cristal.
La foto de la trasera no puede ser más inquietante. Podemos asegurar que el reloj ha sido abierto en varias ocasiones de forma poco profesional. Además en el cristal también se evidencian restos de aceite.
También se pueden apreciar otros detalles muy importantes de cara a valorar el estado del reloj y su posible compra pero los analizaremos más adelante.
Por si todo esto fuera poco el vendedor asegura que desde el principio el reloj ha tenido un comportamiento caprichoso.
Con el reloj en casa verificamos los manchurrones de aceite en toda su crudeza. La limpieza es muy fácil siempre que dial y agujas no estén afectados.
Afortunadamente están impolutos porque ese tipo de manchas serían imposibles de limpiar.
En la trasera se observa el mismo velo aceitoso pegado al cristal.
El movimiento, al margen de que la tapa carece de junta de estanqueidad, no se ve demasiado mal pero hay un par de detalles interesantes.
Las erosiones en ese punto del rotor indican que ha sido manipulado quizás para ajustar el rodamiento bien porque tenía holgura o porque se sospechaba de un problema de carga.
El tornillo azulado también muestra signos de haber sido tocado (estos tornillos azulados son muy chivatos).
La raqueta está en la posición indicada para compensar el atraso luego es posible que el reloj necesite una revisión general o que exista un problema de carga.
Desmontado el movimiento no se encuentran depósitos de aceite y tampoco hay signos de que exista un problema con el módulo de carga automática.
Pero, al usar la carga manual se nota un clic a las 15 o 20 vueltas de corona lo que indica que hay un problema en el muelle real.
Esto además coincide con el comportamiento caprichoso del reloj y con lo que parecen indicios de haber buscado algún defecto en la carga automática.
En efecto, el árbol del barrilete está mal colocado. La uña que engancha el final del muelle se ha salido de su alojamiento. Esto permite al reloj funcionar con una carga baja pero cuando está se supera el muelle se suelta y pierde toda la tensión.
Los síntomas aparentes de esta avería son los que describe el vendedor como «comportamiento caprichoso»: adelantos y atrasos que no se pueden corregir tocando la raqueta, paradas ocasionales, etc.
Aquí puede verse el caracol colocado correctamente con la uña enganchando el final del muelle.
He aprovechado el proceso para disimular las feas marcas de la trasera con un estropajo.
Finalmente el Komansirskie K-34 con tapa de titanio en orden de marcha.
Espero que os haya entretenido un rato.