cronopios
Milpostista
Sin verificar
Hola compañeros una vez mas quería compartir un reloj muy interesante, por su complicación y su simbolismo.
Se trata de un Catalino sonreís con autómatas. Maestro Relojero anónimo francés C.1810. Caja en plata con grabado guilloché. Con sonería a cuartos y autómatas. Lepine, con decoración en todo su canto. Guardapolvo en latón plateado. Toca por petición por pulsador, a las 12, las horas y los cuartos. Numero 1964 y coincide con el número grabado en la pletina interior.
Esfera en esmalte azul real con una pareja Martin y Martina en plata y Chapado en oro de dos colores situados a ambos lados de la esfera, que simula tocar las campanas al ritmo de la sonería. Cuadrante central en esmalte blanco sobre cobre, numeración árabe.
Sistema de cuerda a llave por la tapa trasera, en el guardapolvos de latón plateado, dispone de una boca llave que le permite la función de dar cuerda. El cambio horario se produce con la llave sobre el pivote que sustenta las agujas.
Maquina en latón dorado con galluza decorada Regulador de velocidad de sonería, adelanto y retraso Dispone de tres pivotes, uno para el estado de marcha, otro para la sonería y el otro la regulación.
Escape de paletas, Rueda Catalina con regulador sobre esfera de plata.
Tamaño 55,50 mm. Peso 123, gramos.
Durante todo el siglo XVIII y gran parte del XIX es frecuente encontrar relojes con sonería, al presionar sobre el pendant suenan las horas y los cuartos cumplidos con tonos diferentes. Mas difíciles de encontrar son aquellos relojes en los que la sonería se acompaña de autómatas, normalmente una pareja que de forma acompasada golpea sobre unas pequeñas campanas, el sonido procede en realidad de los gongs situados alrededor de la maquinaria. Esta complicación es sin duda de gran interés para el coleccionista
“Martin y Martina”; dos personajes, masculino y femenino, muy habituales en este tipo de autómatas, los podemos encontrar en barias razas indios y africanos de color y mitológicos como es el caso de este ejemplo, que golpean una o dos campanas al desencadenar la sonería. En este caso los cuartos son de doble repique.
Como decíamos en este caso los autómatas que golpean las campanas representas dos personajes mitológicos Ceres y Júpiter. Esta representación de una mujer con túnica exhibiendo los senos y portando un cuerno de la abundancia, representa un ritual campesino francés de la fecundidad y la abundancia, La cornucopia es un leitmotiv en el siglo XVIII y en el XIX, especialmente en Francia. El cuerno de la abundancia era uno de los atributos de Ceres, de manera que la muchacha bien puede estar representando a Ceres como madre nutricia.
La Libertad con los senos desnudos es la imagen que utilizó Delacroix en su cuadro La Libertad guiando al pueblo (1830) como un símbolo de la fecundidad que la libertad ofrece en todos los campos de la actividad humana, tanto como para representar la idea de que la libertad es deseable. En la mitología romana se asociaba a Ceres con Deméter (diosa madre o madre distribuidora, es la diosa griega de la agricultura, nutricia pura de la tierra verde y joven, ciclo vivificador de la vida y la muerte, y protectora del matrimonio y la ley sagrada
Según la Astrología Hermética, Júpiter el padre de los Dioses, es el que entrega el cetro a los reyes, la vara de mando a los patriarcas y el que dará el cuerno de la abundancia a quien se lo merece; más si nosotros no hemos luchado de verdad durante el ciclo de Marte o si hemos luchado con desventajas debido al abuso de sus valores vitales, su capital cósmico si nosotros por no haber dejado desarrollar armoniosamente aquel germen que un día entró en el claustro materno, entonces, cuando se agote el tiempo a pesar de que el nos advierte y recuerda con cada campanada, la influencia jupiteriana, en vez de tornarse positiva, en vez de poner en nosotros el cetro de los reyes, viene a poner en nosotros la miseria.
También podemos observar que los dioses se apoyan en dos columnas, que se encontraran en la entrada del templo de Salomón, significando los límites de lo profano, y la conexión de la tierra y el cielo. Desde los albores de la civilización, la entrada de los lugares sagrados y misteriosos han sido custodiados por dos pilares. Ya sea en el arte o la arquitectura, los dos pilares son símbolos arquetípicos que representan una importante puerta de entrada o paso hacia lo desconocido. En la masonería, los pilares se denominan Jakín y Boaz y representan uno de los símbolos más reconocibles de la Hermandad, un lugar destacado en el arte masónico, documentos y edificios.
El GUILLOCHÉ fue la forma de grabado mecánico en superficies planas o cóncavas, que hace efecto de ondas, radios concéntricos a modo de rayos de sol, o espiga de trigo, en rombos apretados y paralelos, que se utilizaba como decoración geométrica de fondo en las tapas de los relojes, como vemos en esta foto. Aparece también en los esmaltes traslucidos, como complemento de otro grabado o relieve cincelados, y también como decoración propia, plena o parcial. Breguet puso de moda la esfera metálica, de plata u oro, con decoración guilloché de grano, como también podemos apreciar en este reloj, circunferencias concéntricas, etc. En época ya industrial, este tipo de grabación fue suplantada por la estampación, mas fácil y barata de hacer.
COQUERET. Carece el castellano de palabra equivalente para designar a esta pequeña pieza, realmente contrapivote, que es un fleje de acero bruñido, ajustado por tornillo en la proximidad del punto en que pivota el volante, sobre su puente, y que ejerce una presión suave sobre el eje, evitando su desgaste. Aparece hacia 1735, en forma de un signo de interrogación, y su incorporación se generalizo muy pronto durante la Regencia y el reinado de Luis XV en Francia; hacia 1750 en Inglaterra Evoluciono después hacia la forma circular, con piedra dura perforada (diamante o rubí).
Un saludo
Cronopios.
Se trata de un Catalino sonreís con autómatas. Maestro Relojero anónimo francés C.1810. Caja en plata con grabado guilloché. Con sonería a cuartos y autómatas. Lepine, con decoración en todo su canto. Guardapolvo en latón plateado. Toca por petición por pulsador, a las 12, las horas y los cuartos. Numero 1964 y coincide con el número grabado en la pletina interior.
Esfera en esmalte azul real con una pareja Martin y Martina en plata y Chapado en oro de dos colores situados a ambos lados de la esfera, que simula tocar las campanas al ritmo de la sonería. Cuadrante central en esmalte blanco sobre cobre, numeración árabe.
Sistema de cuerda a llave por la tapa trasera, en el guardapolvos de latón plateado, dispone de una boca llave que le permite la función de dar cuerda. El cambio horario se produce con la llave sobre el pivote que sustenta las agujas.
Maquina en latón dorado con galluza decorada Regulador de velocidad de sonería, adelanto y retraso Dispone de tres pivotes, uno para el estado de marcha, otro para la sonería y el otro la regulación.
Escape de paletas, Rueda Catalina con regulador sobre esfera de plata.
Tamaño 55,50 mm. Peso 123, gramos.
Durante todo el siglo XVIII y gran parte del XIX es frecuente encontrar relojes con sonería, al presionar sobre el pendant suenan las horas y los cuartos cumplidos con tonos diferentes. Mas difíciles de encontrar son aquellos relojes en los que la sonería se acompaña de autómatas, normalmente una pareja que de forma acompasada golpea sobre unas pequeñas campanas, el sonido procede en realidad de los gongs situados alrededor de la maquinaria. Esta complicación es sin duda de gran interés para el coleccionista
Las figuras de la esfera en esmalte, están realizadas en plata y chapadas en oro de dos colores, y presentan una perfecta conservación como su caja, para tener más de 200 años.
“Martin y Martina”; dos personajes, masculino y femenino, muy habituales en este tipo de autómatas, los podemos encontrar en barias razas indios y africanos de color y mitológicos como es el caso de este ejemplo, que golpean una o dos campanas al desencadenar la sonería. En este caso los cuartos son de doble repique.
Como decíamos en este caso los autómatas que golpean las campanas representas dos personajes mitológicos Ceres y Júpiter. Esta representación de una mujer con túnica exhibiendo los senos y portando un cuerno de la abundancia, representa un ritual campesino francés de la fecundidad y la abundancia, La cornucopia es un leitmotiv en el siglo XVIII y en el XIX, especialmente en Francia. El cuerno de la abundancia era uno de los atributos de Ceres, de manera que la muchacha bien puede estar representando a Ceres como madre nutricia.
La Libertad con los senos desnudos es la imagen que utilizó Delacroix en su cuadro La Libertad guiando al pueblo (1830) como un símbolo de la fecundidad que la libertad ofrece en todos los campos de la actividad humana, tanto como para representar la idea de que la libertad es deseable. En la mitología romana se asociaba a Ceres con Deméter (diosa madre o madre distribuidora, es la diosa griega de la agricultura, nutricia pura de la tierra verde y joven, ciclo vivificador de la vida y la muerte, y protectora del matrimonio y la ley sagrada
Según la Astrología Hermética, Júpiter el padre de los Dioses, es el que entrega el cetro a los reyes, la vara de mando a los patriarcas y el que dará el cuerno de la abundancia a quien se lo merece; más si nosotros no hemos luchado de verdad durante el ciclo de Marte o si hemos luchado con desventajas debido al abuso de sus valores vitales, su capital cósmico si nosotros por no haber dejado desarrollar armoniosamente aquel germen que un día entró en el claustro materno, entonces, cuando se agote el tiempo a pesar de que el nos advierte y recuerda con cada campanada, la influencia jupiteriana, en vez de tornarse positiva, en vez de poner en nosotros el cetro de los reyes, viene a poner en nosotros la miseria.
También podemos observar que los dioses se apoyan en dos columnas, que se encontraran en la entrada del templo de Salomón, significando los límites de lo profano, y la conexión de la tierra y el cielo. Desde los albores de la civilización, la entrada de los lugares sagrados y misteriosos han sido custodiados por dos pilares. Ya sea en el arte o la arquitectura, los dos pilares son símbolos arquetípicos que representan una importante puerta de entrada o paso hacia lo desconocido. En la masonería, los pilares se denominan Jakín y Boaz y representan uno de los símbolos más reconocibles de la Hermandad, un lugar destacado en el arte masónico, documentos y edificios.
El GUILLOCHÉ fue la forma de grabado mecánico en superficies planas o cóncavas, que hace efecto de ondas, radios concéntricos a modo de rayos de sol, o espiga de trigo, en rombos apretados y paralelos, que se utilizaba como decoración geométrica de fondo en las tapas de los relojes, como vemos en esta foto. Aparece también en los esmaltes traslucidos, como complemento de otro grabado o relieve cincelados, y también como decoración propia, plena o parcial. Breguet puso de moda la esfera metálica, de plata u oro, con decoración guilloché de grano, como también podemos apreciar en este reloj, circunferencias concéntricas, etc. En época ya industrial, este tipo de grabación fue suplantada por la estampación, mas fácil y barata de hacer.
COQUERET. Carece el castellano de palabra equivalente para designar a esta pequeña pieza, realmente contrapivote, que es un fleje de acero bruñido, ajustado por tornillo en la proximidad del punto en que pivota el volante, sobre su puente, y que ejerce una presión suave sobre el eje, evitando su desgaste. Aparece hacia 1735, en forma de un signo de interrogación, y su incorporación se generalizo muy pronto durante la Regencia y el reinado de Luis XV en Francia; hacia 1750 en Inglaterra Evoluciono después hacia la forma circular, con piedra dura perforada (diamante o rubí).
Un saludo
Cronopios.
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