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Forer@ Senior
Sin verificar
En Francia, limítrofe con Suiza está la región Franche-Comté, y en ella la población Morez, famosa por su producción relojera. Los relojes que en España conocemos como “Morez”, en Francia se les llama frecuentemente “Comtoise”, refiriéndose a la región donde se fabricaban.
Estos relojes que hoy en día son tan abundantes y en general poco apreciados, en su origen fueron una revolución tecnológica que cambiaron la forma de construir un reloj. No se parecen en nada a lo que se hacía anteriormente, aunque realizan las mismas funciones, e incluso alguna más, pero de forma totalmente diferente.
En la mayoría de los relojes, los engranajes se sitúan entre dos pletinas, pero en los Morez, tal como ya se hacía antes en los relojes “Linterna” están entre unos pilares verticales, pero a diferencia de éstos que el tren de movimiento y sonería están uno detrás del otro, en los Morez el movimiento está a la izquierda y la sonería a la derecha. Esta disposición que facilita la construcción y el montaje del reloj, requiere una serie de cambios importantes en diferentes aspectos que relaciono a continuación.
Al estar el tren del movimiento a la izquierda del reloj, el eje de las agujas no está integrado entre los engranajes que forman este sistema como era habitual, sino que está situado entre dos pilares centrales, y la transmisión del movimiento lo recibe desde una gran rueda que a su vez lleva un sistema que permite patinar con cierto rozamiento para poder mover las agujas y poner en hora. En otros relojes esta función está en el eje de las agujas.
Otra característica diferencial de estos relojes es que el péndulo está desplazado respecto a la rueda de escape, por lo que la conexión entre ambos requierede unas piezas suplementarias para que el péndulo cuelgue centrado del reloj.
En el sistema de sonería las innovaciones aún son más espectaculares. Hasta que llegaron los Morez fundamentalmente había dos tipos de sistemas para contar las horas. La rueda contadera que se empleaba en los relojes donde los engranajes estaban entre pilares (Torre, linterna etc.), y también en relojes donde los engranajes estaban entre dos pletinas, y el rastrillo que solo se utilizaba en estos últimos. Los Morez en vez de emplear la rueda contadera, que hubiera sido lo lógico al estar sus engranajes entre pilares, idearon un sistema que funciona lo mismo que el rastrillo, pero que en vez de girar sobre un eje, cae verticalmente por gravedad hasta que choca con el “caracol” que está situado en el cañón donde también va la aguja horaria. Aunque no estoy seguro, creo que hasta entonces el “caracol” se situaba siempre en un lateral del eje horario, o al menos era lo más frecuente. Además repiten las horas con un sistema totalmente novedoso y único en la relojería.
La maza que golpea a la campana también se acciona de una forma diferente a como se hacía en otros relojes. Lo más frecuente era que la maza estuviera unida por un brazo a un eje que formaba parte del sistema de sonería, y paralelo al resto de ejes, y golpeara a la campana de arriba hacia abajo. Sin embargo los Morez se inspiran en parte en los “relojes religiosos” del siglo XVII y el eje al que se une al brazo de la maza es vertical, y se acciona directamente desde una rueda con dientes de sierra del tren de sonería, mientras que en los “relojes religiosos” esta rueda tiene clavijas y otro eje intermedio que transmite el movimiento al eje vertical. En estos casos la maza golpea lateralmente a la campana.
Estas novedades requieren la construcción de piezas totalmente diferentes a las de otros relojes para realizar las mismas funciones, por lo que un reloj Morez es inconfundible.
Desde el punto de vista estético también son diferentes a cualquier otro reloj, y a lo largo de los años han evolucionado adaptándose a estilos y gustos diferentes, pero el mecanismo ha permanecido básicamente igual.
En relojería antigua los cambios o variaciones se introducen poco a poco, y en cada país tienen unas características propias que se mantienen muchos años con pequeñas modificaciones, por lo que es fácil distinguir el origen de un reloj por la maquinaria. Además las innovaciones no suponían siempre una mejora de lo anterior, y pronto desaparecían, bien por la dificultad de fabricación o problemas de mantenimiento posterior, pero los Morez se fabricaron con pocas variaciones durante más de doscientos años, en cantidades solo comparables a la también francesa “París”, y con un mecanismo tan fiable y de fácil manejo que lo podía hacer funcionar cualquier persona sin conocimientos de relojería.
La mayoría de los relojes, para tenerlos funcionando correctamente, requieren un cuidado especial o unos conocimientos básicos de relojería, pero un reloj Morez puede funcionar durante muchos años con gran fiabilidad, casi en cualquier condición y con pocos cuidados.
La próxima vez que veamos un Morez destartalado en cualquier mercadillo, no lo despreciemos, porque estamos ante uno de los relojes que reúnen los cambios más espectaculares producidos en la relojería antigua en cuanto a innovación, calidad y fiabilidad de funcionamiento.
Un saludo.
Estos relojes que hoy en día son tan abundantes y en general poco apreciados, en su origen fueron una revolución tecnológica que cambiaron la forma de construir un reloj. No se parecen en nada a lo que se hacía anteriormente, aunque realizan las mismas funciones, e incluso alguna más, pero de forma totalmente diferente.
En la mayoría de los relojes, los engranajes se sitúan entre dos pletinas, pero en los Morez, tal como ya se hacía antes en los relojes “Linterna” están entre unos pilares verticales, pero a diferencia de éstos que el tren de movimiento y sonería están uno detrás del otro, en los Morez el movimiento está a la izquierda y la sonería a la derecha. Esta disposición que facilita la construcción y el montaje del reloj, requiere una serie de cambios importantes en diferentes aspectos que relaciono a continuación.
Al estar el tren del movimiento a la izquierda del reloj, el eje de las agujas no está integrado entre los engranajes que forman este sistema como era habitual, sino que está situado entre dos pilares centrales, y la transmisión del movimiento lo recibe desde una gran rueda que a su vez lleva un sistema que permite patinar con cierto rozamiento para poder mover las agujas y poner en hora. En otros relojes esta función está en el eje de las agujas.
Otra característica diferencial de estos relojes es que el péndulo está desplazado respecto a la rueda de escape, por lo que la conexión entre ambos requierede unas piezas suplementarias para que el péndulo cuelgue centrado del reloj.
En el sistema de sonería las innovaciones aún son más espectaculares. Hasta que llegaron los Morez fundamentalmente había dos tipos de sistemas para contar las horas. La rueda contadera que se empleaba en los relojes donde los engranajes estaban entre pilares (Torre, linterna etc.), y también en relojes donde los engranajes estaban entre dos pletinas, y el rastrillo que solo se utilizaba en estos últimos. Los Morez en vez de emplear la rueda contadera, que hubiera sido lo lógico al estar sus engranajes entre pilares, idearon un sistema que funciona lo mismo que el rastrillo, pero que en vez de girar sobre un eje, cae verticalmente por gravedad hasta que choca con el “caracol” que está situado en el cañón donde también va la aguja horaria. Aunque no estoy seguro, creo que hasta entonces el “caracol” se situaba siempre en un lateral del eje horario, o al menos era lo más frecuente. Además repiten las horas con un sistema totalmente novedoso y único en la relojería.
La maza que golpea a la campana también se acciona de una forma diferente a como se hacía en otros relojes. Lo más frecuente era que la maza estuviera unida por un brazo a un eje que formaba parte del sistema de sonería, y paralelo al resto de ejes, y golpeara a la campana de arriba hacia abajo. Sin embargo los Morez se inspiran en parte en los “relojes religiosos” del siglo XVII y el eje al que se une al brazo de la maza es vertical, y se acciona directamente desde una rueda con dientes de sierra del tren de sonería, mientras que en los “relojes religiosos” esta rueda tiene clavijas y otro eje intermedio que transmite el movimiento al eje vertical. En estos casos la maza golpea lateralmente a la campana.
Estas novedades requieren la construcción de piezas totalmente diferentes a las de otros relojes para realizar las mismas funciones, por lo que un reloj Morez es inconfundible.
Desde el punto de vista estético también son diferentes a cualquier otro reloj, y a lo largo de los años han evolucionado adaptándose a estilos y gustos diferentes, pero el mecanismo ha permanecido básicamente igual.
En relojería antigua los cambios o variaciones se introducen poco a poco, y en cada país tienen unas características propias que se mantienen muchos años con pequeñas modificaciones, por lo que es fácil distinguir el origen de un reloj por la maquinaria. Además las innovaciones no suponían siempre una mejora de lo anterior, y pronto desaparecían, bien por la dificultad de fabricación o problemas de mantenimiento posterior, pero los Morez se fabricaron con pocas variaciones durante más de doscientos años, en cantidades solo comparables a la también francesa “París”, y con un mecanismo tan fiable y de fácil manejo que lo podía hacer funcionar cualquier persona sin conocimientos de relojería.
La mayoría de los relojes, para tenerlos funcionando correctamente, requieren un cuidado especial o unos conocimientos básicos de relojería, pero un reloj Morez puede funcionar durante muchos años con gran fiabilidad, casi en cualquier condición y con pocos cuidados.
La próxima vez que veamos un Morez destartalado en cualquier mercadillo, no lo despreciemos, porque estamos ante uno de los relojes que reúnen los cambios más espectaculares producidos en la relojería antigua en cuanto a innovación, calidad y fiabilidad de funcionamiento.
Un saludo.
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