A
arangulo
Novat@
Sin verificar
Hola compañeros.
Ocurrió hace unos meses, en un pequeño despacho, durante una reunión de trabajo con mi jefe y algunos compañeros. Era una reunión distendida y allí estaba yo escuchando tranquilamente las conversaciones cuando lo vi de soslayo. Bajo el puño de la manga de mi jefe se dejó ver un reloj que atrapó mi mirada. Le quedaba bien. Me gustó.
Hasta ese momento los relojes solo me habían parecido accesorios prácticos. Tenía un pulsómetro Polar RS200 para entrenar, un Suunto Observer para la montaña y un Swatch Touch para el trabajo. No necesitaba más.
Pero lo que ocurrió aquella mañana despertó algo en mí. En cuanto tuve ocasión me fui a dar una vuelta por el centro para ver relojes: Casio, Citizen, Military Army... Unos me gustaban más, otros menos. Luego decidí echar un vistazo por Internet y descubrí que estaba lleno de marcas desconocidas para mí. Y no solo eso. Pude comprobar que todavía se vendían relojes mecánicos y automáticos. ¿Qué sentido podía tener un reloj automático si los de cuarzo eran más precisos y más baratos? Comencé a ver que se hablaba de conceptos como los calibres, movimientos, reservas, complicaciones y otros. Y también de tipos de relojes: de buceo, de aviación, deportivos, clásicos. Empecé a darme cuenta de que, como en muchas otras facetas, esto de los relojes era todo un mundo del que solo estaba empezando a ver la superficie.
Entre tanto, ya tenía claro que el tipo de relojes que más me llamaba la atención eran los de piloto, que lo quería de cuarzo y que ahora la moda indicaba llevarlos grandes. Como es lógico, prefiero probarme un reloj antes de comprarlo y por ese motivo me probé un par de relojes de tipo piloto, pero o bien me parecían algo pequeños o no me acababan de gustar. Navegando por Internet vi la fotos de uno que me gustaba y estaba bastante bien de precio. Hasta ese momento gastarme más de 200€ en un reloj me parecía impensable. Era un Wenger Terragraph con dial y caja en color negro y cristal de zafiro de 43 mm. Como aparentemente no lo vendían en ningún comercio físico de mi ciudad me arriesgué y lo pedí en una tienda online. La decisión fue acertada y estoy muy contento con él, aunque tuve algunos problemas con la correa de cuero. Si la aprieto, me incomoda y me queda muy alta, por encima del hueso de la muñeca. Si la dejo un poco más suelta, queda un poco más baja pero se me gira. Así que, después de probar con una correa de silicona que tampoco me convenció, he terminado con una correa NATO de nylon que, aunque le da para mi gusto un aire demasiado informal, me resulta muy cómoda.
Lo curioso de todo esto es que el interés por los relojes no se me ha pasado con la compra de mi nuevo piloto. He continuado leyendo foros especializados, especialmente este de relojes especiales al que ahora pertenezco. Poco a poco estoy empezando a comprender la satisfacción que puede suponer vestir un buen reloj automático y aunque por ahora mi Terragraph seguirá siendo mi reloj favorito cuando voy de sport, estoy mirando un reloj para cuando voy un poco más arreglado.
En un principio me llamó la atención el Hamilton Intra-Matic de 38mm con esfera en plata. Me gusta mucho su diseño antiguo y el mecanismo que implementa creo que no está muy mal para la gama de relojes en la que se encuentra. En las fotos se ve muy elegante, pero cuando me lo probé no me produjo la sensación que esperaba. No me veía con él. Como no suelo vestirme de traje con frecuencia, he decidido que voy a decantarme por un reloj que quede bien para vestir pero que tenga un aire un poco sport que me permita también llevarlo con una indumentaria más informal. Seguramente sea un Certina DS automático de 40mm con correa de cuero.
Me gustaría agradeceros a todos lo que he aprendido y los buenos ratos que he pasado leyendo vuestras aportaciones.
Un abrazo,
Alejandro
Ocurrió hace unos meses, en un pequeño despacho, durante una reunión de trabajo con mi jefe y algunos compañeros. Era una reunión distendida y allí estaba yo escuchando tranquilamente las conversaciones cuando lo vi de soslayo. Bajo el puño de la manga de mi jefe se dejó ver un reloj que atrapó mi mirada. Le quedaba bien. Me gustó.
Hasta ese momento los relojes solo me habían parecido accesorios prácticos. Tenía un pulsómetro Polar RS200 para entrenar, un Suunto Observer para la montaña y un Swatch Touch para el trabajo. No necesitaba más.
Pero lo que ocurrió aquella mañana despertó algo en mí. En cuanto tuve ocasión me fui a dar una vuelta por el centro para ver relojes: Casio, Citizen, Military Army... Unos me gustaban más, otros menos. Luego decidí echar un vistazo por Internet y descubrí que estaba lleno de marcas desconocidas para mí. Y no solo eso. Pude comprobar que todavía se vendían relojes mecánicos y automáticos. ¿Qué sentido podía tener un reloj automático si los de cuarzo eran más precisos y más baratos? Comencé a ver que se hablaba de conceptos como los calibres, movimientos, reservas, complicaciones y otros. Y también de tipos de relojes: de buceo, de aviación, deportivos, clásicos. Empecé a darme cuenta de que, como en muchas otras facetas, esto de los relojes era todo un mundo del que solo estaba empezando a ver la superficie.
Entre tanto, ya tenía claro que el tipo de relojes que más me llamaba la atención eran los de piloto, que lo quería de cuarzo y que ahora la moda indicaba llevarlos grandes. Como es lógico, prefiero probarme un reloj antes de comprarlo y por ese motivo me probé un par de relojes de tipo piloto, pero o bien me parecían algo pequeños o no me acababan de gustar. Navegando por Internet vi la fotos de uno que me gustaba y estaba bastante bien de precio. Hasta ese momento gastarme más de 200€ en un reloj me parecía impensable. Era un Wenger Terragraph con dial y caja en color negro y cristal de zafiro de 43 mm. Como aparentemente no lo vendían en ningún comercio físico de mi ciudad me arriesgué y lo pedí en una tienda online. La decisión fue acertada y estoy muy contento con él, aunque tuve algunos problemas con la correa de cuero. Si la aprieto, me incomoda y me queda muy alta, por encima del hueso de la muñeca. Si la dejo un poco más suelta, queda un poco más baja pero se me gira. Así que, después de probar con una correa de silicona que tampoco me convenció, he terminado con una correa NATO de nylon que, aunque le da para mi gusto un aire demasiado informal, me resulta muy cómoda.
Lo curioso de todo esto es que el interés por los relojes no se me ha pasado con la compra de mi nuevo piloto. He continuado leyendo foros especializados, especialmente este de relojes especiales al que ahora pertenezco. Poco a poco estoy empezando a comprender la satisfacción que puede suponer vestir un buen reloj automático y aunque por ahora mi Terragraph seguirá siendo mi reloj favorito cuando voy de sport, estoy mirando un reloj para cuando voy un poco más arreglado.
En un principio me llamó la atención el Hamilton Intra-Matic de 38mm con esfera en plata. Me gusta mucho su diseño antiguo y el mecanismo que implementa creo que no está muy mal para la gama de relojes en la que se encuentra. En las fotos se ve muy elegante, pero cuando me lo probé no me produjo la sensación que esperaba. No me veía con él. Como no suelo vestirme de traje con frecuencia, he decidido que voy a decantarme por un reloj que quede bien para vestir pero que tenga un aire un poco sport que me permita también llevarlo con una indumentaria más informal. Seguramente sea un Certina DS automático de 40mm con correa de cuero.
Me gustaría agradeceros a todos lo que he aprendido y los buenos ratos que he pasado leyendo vuestras aportaciones.
Un abrazo,
Alejandro
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