C
carlutis
Novat@
Sin verificar
Eran seis aficionados, cada uno de ellos llevaba dos letras en su camiseta, empezaban con la 'V' y la 'S'. Todos juntos conformaban el nombre de los dos grandes héroes del automovilismo alemán en su historia: 'Schumi' y Vettel. Sí, poner Schumacher les destrozaba la gracia. Estaban en el estadio de Dusseldorf en el que los dos amigos volvieron a ganar ayer la Copa de Naciones, la antesala de la Carrera de Campeones. Lo hicieron por quinta vez consecutiva.
Allí estaban algunos de los mejores pilotos del mundo de diversas especialidades, incluso corría Travis Pastrana y dicen que es posible que si el estadounidense le hubiera dejado su moto de supercross a Vettel probablemente le hubiera salido no un doble, sino un triple back flip. Y es que el alemán lo hace todo bien este año. Ayer no perdió una sola carrera pilotase el coche que pilotase. Quien parecía que se lo iba a poner más complicado fue Jenson Button, pero el inglés cuando vio que hacía un pequeño trompo y perdía la batalla se puso a hacer donuts con el coche. Puro espectáculo. El británico, junto a Andy Priaulx, fue la víctima de los alemanes en la segunda semifinal. De hecho Button ganó a Schumacher, por poco, pero después el campeón del mundo actual de F-1 le dejó haciendo redondeles con el coche. A la final llegaron los alemanes contra el equipo compuesto por el piloto de rallys Juha Hanninen, finlandés, y el ocho veces ganador de las 24 Horas de Le Mans, Tom Kristensen, danés. A los dos les ganaron Schumacher y Vettel que lograban así su quinta victoria consecutiva en la competición. ¿Españoles? No había. ¿Qué hubieran hecho Alonso y Alguersuari contra los alemanes? Quién sabe...
Allí estaban algunos de los mejores pilotos del mundo de diversas especialidades, incluso corría Travis Pastrana y dicen que es posible que si el estadounidense le hubiera dejado su moto de supercross a Vettel probablemente le hubiera salido no un doble, sino un triple back flip. Y es que el alemán lo hace todo bien este año. Ayer no perdió una sola carrera pilotase el coche que pilotase. Quien parecía que se lo iba a poner más complicado fue Jenson Button, pero el inglés cuando vio que hacía un pequeño trompo y perdía la batalla se puso a hacer donuts con el coche. Puro espectáculo. El británico, junto a Andy Priaulx, fue la víctima de los alemanes en la segunda semifinal. De hecho Button ganó a Schumacher, por poco, pero después el campeón del mundo actual de F-1 le dejó haciendo redondeles con el coche. A la final llegaron los alemanes contra el equipo compuesto por el piloto de rallys Juha Hanninen, finlandés, y el ocho veces ganador de las 24 Horas de Le Mans, Tom Kristensen, danés. A los dos les ganaron Schumacher y Vettel que lograban así su quinta victoria consecutiva en la competición. ¿Españoles? No había. ¿Qué hubieran hecho Alonso y Alguersuari contra los alemanes? Quién sabe...