• El foro de relojes de habla hispana con más tráfico de la Red, donde un reloj es algo más que un objeto que da la hora. Relojes Especiales es el punto de referencia para hablar de relojes de todas las marcas, desde Rolex hasta Seiko, alta relojería, relojes de pulsera y de bolsillo, relojería gruesa y vintages, pero también de estilográficas. Además, disponemos de un foro de compraventa donde podrás encontrar el reloj que buscas al mejor precio. Para poder participar tendrás que registrarte.

el culo de la arquitecta

  • Iniciador del hilo canned_heat
  • Fecha de inicio
Estado
Hilo cerrado
canned_heat

canned_heat

Forer@ Senior
Sin verificar
BOGOTÁ (Soho).
"No suelo concordar con el prójimo varón sobre
cuál es el mejor culo. Noto un gusto general por el culito escuálido
de las modelos flacas. A mí me gustan grandes, hospitalarios,
macizos. Me gusta el culo balcón, que sobresale y se autosustenta
como un milagro de ingeniería. El culo bien latino, rappero,
reggaetón, de doble pompa viva y prodigiosa.

Me salen versos cuando hablo de culos. Quizá porque en los culos
hay algo más antiguo y atávico que en las tetas, que en realidad son
una intelectualización. Las tetas son renacentistas, pero el culo es
primitivo, neanderthaliano. Con su poder de atracción inequívoca, su
convergencia invitadora, es un hit prehistórico. Despierta nuestro
costado más bestial: el del acoplamiento en cuatro patas. Las tetas
son un invento más reciente, son prosaicas. El culo, en cambio, es
lírico, musical, cadencioso, indiscernible del meneo de caderas, del
ritmo, la batida de la bossa que retrata a la garota que se aleja en
Ipanema.

Porque el culo siempre se aleja, siempre se va yendo, invitando
a que lo sigan. Se mueve en dirección contraria de las tetas que
siempre vienen y por eso suelen ser alarmantes, amenazadoras, casi
bélicas (me acuerdo de las tetas de Afrodita, la novia de Mazinger
Z, que se disparaban como dos misiles). Las tetas confrontan, el
culo huye, es elegía de sí mismo, se va yendo como la vida misma y
deja tristes a los hombres pensando qué cosa más linda, más llena de
gracia aquella morena que viene y que pasa con dulce balance camino
del mar.

Las mujeres argentinas tienen orto, las colombianas jopo, las
brasileras bunda, las mexicanas bote, las peruanas tarro, las cubanas
nevera o fambeco, las chilenas tienen poto. O mejor dicho, las
chilenas no tienen poto, según mis amigos transandinos que se quejan
de esa falta y quedan asombrados cuando viajan por Latinoamérica. Yo
mismo casi me encadeno a la muralla del Baluarte de San Francisco en
el último Hay Festival de Cartagena de Indias para no tener que
volver y poder seguir admirando el desfile incesante de cartageneras
o barranquilleras cuyos culos altaneros merecían no este breve
artículo sino un tratado enciclopédico o un poemario como el Canto
General.

De las cosas que hacen las mujeres por su culo, la que más
ternura me da es cuando lo acercan a la estufa para calentarlo. No
lo pueden evitar.

Pasan frente a una chimenea o un radiador y acercan el culo, lo
empollan un rato. El culo es la parte más fría de una mujer. Siempre
sorprende al tacto esa temperatura, el frescor del cachete en el
primer encuentro con la mano.

Durante el abrazo, se puede llegar a los cachetes de dos
maneras. Una es desde arriba, si la mujer tiene puesto un pantalón,
pero es dificultoso y lo ajustado de la tela impide la maniobra y la
palmada vital. La otra forma es desde abajo y eso es lo mejor,
cuando se alcanza el culo levantando de a poco el vestido, por los
muslos, y de pronto se llega a esas órbitas gemelas, esa abundancia
a manos llenas. En ese instante se siente que las manos no fueron
hechas para ninguna otra cosa más que palpar esa felicidad, para
sentir con todos los músculos del cuerpo la blanda gravitación, el
peso exacto de la redondez terrestre.

Se suele pensar que, en el sexo, la posición de perrito somete a
la mujer. Pero hay que decir que abordar por detrás a una mujer de
ancas poderosas puede ser todo lo contrario: es como acoplarse a una
locomotora, como engancharse en la fuerza de la vida, hay que
seguirla, no es fácil, uno queda subordinado a su energía, hay que
trabajar, darle mucha bomba, carbón para la máquina. Es uno el que
queda sometido a su gran expectativa, absorto, subyugado, vaciándose
para siempre en la doble esfera viva de esa mantis religiosa.

Una vez vi un hombre de unos 45 años dando vueltas al parque,
corriendo tras su personal trainer. Lo curioso es que era una personal
trainer, y las calzas azules de esta profesora de gimnasia
evidenciaban que tenía un doctorado en glúteos. Como el burro tras
la zanahoria, el hombre corría tras ella sin pensar en nada más que
ese seguimiento personal. No me sorprendería que a la media hora
hubiera un grupo de corredores trotando detrás, en caravana. La
música de los culos es la del flautista de Hamelin.

Los hombres, con su legión de ratones, van tras ella, hipnotizados.

Las mujeres saben aprovechar sus recursos. Yo trabajé en una
empresa en el mismo piso que una arquitecta narigona (esas narigonas
sexys) y con un "tremendo fambeco". Ella sabía que era su mejor
ángulo y lo hacía valer, con unos pantalones ajustados que dejaban
todo temblando. Era una de esas oficinas cuadradas, llenas de líneas
rectas: el almanaque cuadriculado, la tabla rectangular del
escritorio, la ventana, los estantes, las carpetas de archivos. Un
lugar irrespirable de no ser por el culo de la arquitecta que a veces
pasaba camino a tesorería o a la fotocopiadora. Su culo era lo único
redondo en todo este edificio de oficinas. Lo único vivo yo creo.
Nunca intenté nada (se decía que tenía un novio), pero en una época
yo pensaba escribir una novela con los acoplamientos heroicos que
imaginé con ella. Una novela que iba a titular, con un guiño a
Greenaway, "El culo de una arquitecta".

No escribí ni dos líneas de esa novela, pero sí algunos poemas
que ella nunca leyó. Me acuerdo que la veía antes de verla, la
intuía en un ritmo particular que tenía el sonido de sus pasos, un
peso, un roce de la cara interna de sus muslos de falsa mulata.
Cuando aparecía en el rabillo de mi ojo, ya sabía plenamente que se
trataba de ella. Y pasaba y todo se detenía un instante, el memo, el
mail, la voz en el teléfono, todo se curvaba de pronto, no había más
rectas, todo se ovalaba, se abombaba, y el corazón del oficinista
medio quedaba bailando. No exagero.

Además era plena crisis del 2002. Todo se derrumbaba, caían los
ministros, los presidentes, caía la economía, la moneda, la bolsa,
caía el gran telón pintado del primer mundo, caía la moral, el
ingreso per cápita, todo caía, salvo el culo de la arquitecta que
parecía subir y subir, cada vez más vivaracho, más mordible, más
esférico, más encabritado en su oscilación por los corredores,
pasando en un meneo vanidoso que parecía ir diciendo no, mirame pero
no, seguime pero no, dedicame poemas pero no. Ojalá ella llegue a leer
esto algún día y se entere del bien que me hizo durante esos dos años
con solo ser parte de mi día laborable pasando con tanta gracia frente
al mono de mi hormona. Y ojalá se entere también que, cuando me
echaron, lo único que lamenté fue dejar de verla desfilar por los
pasillos respingando el durazno gigante de su culo soñado."

copiado y pegado flagrantemente de Pedro Mairal, en la revista Brando
 
Buenísimo, muchas gracias por compartirlo :ok::

Saludos.
 
Muy bueno compañero, y mejor aun el culo de la chica de tu avatar.
 
Muy bueno, sí señor. Muy bueno! :ok::

Salu2
 
Muy bueno, ahora mismo voy a cogerle el culete a mi niña.
 
muchas gracias por este momento.
 
Buenísimo gracias.

No hay nada como un buen culo, incluso en un reloj.
 
  • #11
Deliciosa lectura.;-):clap:
Gracias.
 
  • #12
Sabias palabras.....
 
  • #13
Acabo de llamar a mi chica que es peruana y le he preguntado si tiene culo o tarro, nos hemos reído un buen rato.

Estupendo articulo, casi tan bueno como tu firma.
 
  • #14
Por fin alguien con reflexiones profundas acerca de los temas realmente importantes de la vida!.
Muy bueno.
Saludos
 
  • #15
Éste tema sin fotos no vale nada.
 
Estado
Hilo cerrado
Atrás
Arriba Pie