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El coño de la Bernanda (No XX)

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Forer@ Senior
Sin verificar
Recibido por correo, no conocia el orígen y como supongo que muchos de vosotros tampoco, lo comparto:


Historia de “El Coño de la Bernarda”

He de reconocer que pese a ser una historia granaína de
pura cepa, la desconocía en absoluto.

Al parecer, una mujer, de nombre BERNARDA, de la que se
decía que era hija natural del rey musulmán ABEN
HUMEYA, y nacida en torno a mediados del S. XVI, en
ARTEFA, pequeño pueblo de LAS ALPUJARRAS granadinas,
era una reconocida santera; a caballo entre ambas
religiones, en unos tiempos difíciles, recorría las calles de
ARTEFA armada con sus tablillas de oraciones, mezcla de
versículos coránicos y cristianos (quizás la única
depositaria de los famosos LIBROS PLÚMBEOS del
SACROMONTE), y era la sacristana de la pequeña ermita en
la que los artefaños guardaban y veneraban la imagen
reverendísima del SEÑOR DEL ZAPATO. Aunque la fama,
como hemos dicho, le venía de santera, que lo mismo
enderezaba la pata torcida de un cordero, como
remediaba las más diversas dolencias, como dirigía los
rezos en ausencia del cura… por lo que era, ciertamente,
mujer conocida y querida entre sus vecinos.
Una buena noche la mujer fue sorprendida por unos
toques en la puerta de la pequeña ermita, en la que de
común solía habitar, en una pequeña dependencia aneja.
Asustada abrió la puerta y vio que, embozado en su capa,
no sabiendo muy bien si por el frío, o por salvaguradar su
intimidad, se encontraba D. AURELIO DEL ALTO OTERO, a
la sazón segundo Conde de ARTEFA, que venía, pese a lo
alto de la madrugada, a solicitar su consejo, ya que, según
él, había tenido un sueño que le tenía profundamente
alterado:
Tuvo una visión en la que vide los graneros de ARTEFA
todos vacíos, y secos, con homnes e mulleres famélicos,
que ploraban lagrimas a sus puertas y nadie podía façer
nada… de repente, en medio de todos eles, aparecíase el
Conde mesmo, lamentándose por la suerte de las gentes
de su pueblo, y sin poder façer nada, alzaba los ollos al
cielo esperando una respuesta, aparecióse entonces la
figura, que él creyera de SAN ISIDRO LABRADOR, y una voz
en el cielo que decía desta manera: San ISIDRO labrador,
quita lo seco y devuélvele la verdor…
Sorprendióse la buena mujer con el relato del Conde y
contóle que ella había tenido otro sueño parecido, una
noche en el que se acostó apesadumbrada por haber
dedicado su vida a los demás, no haberse casado y no haber
tenido hijos, pues, según ella: “No es buena la mujer de
cuyo higo non salen fillos”, pero que en ese momento,
apareciósele, de semejante manera, en su habitación, la
figura de San ISIDRO labrador que metiéndole la mano en
la raja, de donde gustóse tanto la santa mujer que creyera
entender por fin el significado de la expresión “tener
mano de santo” y al punto casi de morir, por el
arrobamiento experimentado, creyó ella oír, por boca del
santo labriego, la misma expresión: San ISIDRO, labrador,
quita lo seco y le devuelve el verdor… Tras compartir su
sueño con el Conde dijóle que “las cosas del Senyor no son
para los ignorantes entendellas, por eso fuera la divina
misericordia las que las desentrañase, si plúgole a Dios
esa gracia”
El Conde se fue, casi con la misma duda que traia, pero lo
cierto es que, desde su entrevista con BERNARDA, las
cosechas de ARTEFA se sucedieron sin parar y no hubo la
hambruna temida por el Conde a raíz de su sueño. Por eso,
el Conde, hombre religioso y devoto donde los hubiera,
compartió el secreto de su visita a donde la BERNARDA,
con el cura del lugar D. HIGINIO TORREGROSA, quien, en la
homilía del día siguiente, se dedicó a cantar, desde el
púlpito, las alabanzas de Dios que tantos “bienes e
menesteres plugóle mandar sobre esta sancta terra
nuestra de ARTEFA, por mediación de la muy noble, e
sancta muller de BERNARDA, o más bien, por medio del
figo della, o sea, del coño suyo benedito” Con todo, había
un artefaño, conocido como MANOLICO, EL TONTICO, que
se pasó todo el día, en la plaza del pueblo, gritando a voz
pelada “que non se creyera lo de la sancta BERNARDA,
que ninguna muller es sancta por donde mea, así en el
infierno arda”. Indignada BERNARDA con estas palabras
mandólo traer a su presencia y allí, en la intimidad de la
ermita díjole: “Mete tu mano en el coño bendito, a ver si
miento, en lo que siento, y sea tu escarmiento” Hízolo así
el pobretico MANOLICO, EL TONTICO, que desde entonces,
pues nadie vio el milagro escondido, se hizo el más
célebre predicador del figo benedito de su paisana
artefaña por toda la ALPUJARRA granadina.
Las bendiciones se sucedían sobre el pueblo de ARTEFA,
diciendo las crónicas que: “todos los homnes, e mulleres,
de los derredores, allegábanse a casa la BERNARDA, a
tocar su coño benedito, y por doquiera la abundançia
manaba: las mulleres daban fillos sietemesinos fuertes
como cabritillos, y las guarras parían cochinillos a
porrillo, las cosechas se multiplicaban y hasta las
gallinas empollaban ovos de sete yemas…”
Más BERNARDA murió, como corresponde a todo ser
mortal, y la enterraron entre gran llanto y duelo de sus
gentes, que a partir de ese momento, como maldecidos por
la ausencia de la buena mujer, sufrieron en sus carnes
todo lo que aquella, quizás en vida evitara: Terremotos,
abortos en el ganado y las mujeres, cosechas baldías, todo
parecía perderse y la vida se malograba en ARTEFA… Sin
embargo cuenta la leyenda que un buen día que: “Una
muller del pueblo, ploraba lagrimas de seus ollos al
sepolcro della, vióse sorprendida por unas luminarias que
ascendían del sepolcro, asustada e enloquecida corrió a
presencia del señor cura párroco, que ordenó
desenterraran el corpo morto de la BERNARDA, hallando,
todos los presentes, con el Notario de ARTEFA al frente, que
la BERNARDA polvo era, como es la suerte de nuestros
padres, salvo su figo incorrupto, rojo y húmedo qual
breva” El párroco, D. HIGINIO TORREGROSA ordenó el
traslado del despojo santo a la parroquia, donde enseguida
lo colocaron en un relicario, llamado desde entonces el
COÑO DE LA BERNARDA, por la urna de oro y la forma de
lo que dentro conservara… y que no hubo nadie que al
contacto del relicario no recuperara la abundancia en
cualquier empresa que emprendiera.
Tanta fe le tenían en ARTEFA al coño de la BERNARDA que el
propio párroco, y siempre según las crónicas: “Decidió,
junto con el Ajuntamiento de la ciudad, elevar el asunto
a la disquisiçión de los notables de la Sancta Madre
Ecclesia Metropolitana de GRANADA, solicitando si pluga
a ella, la sancta e pronta canonizaçión de la santa
BERNARDA de ARTEFA”. Al parecer, el por aquel entonces
Arzobispo de GRANADA, D. PEDRO CASTRO VACA Y
QUIÑONES, más preocupado en vigilar de cerca de los
moriscos falsamente convertidos a la “fe verdadera y
noble de nostro Senyor IesuChristo”, y alentando a la
Inquisición, no estaba mucho por la labor de apoyar una
petición de canonizar a una santera nada más conocida en su
pueblo, amén de que, como expresivamente decía la
misiva, remitida al Ayuntamiento de ARTEFA: “Dicen los
senyores teologos e dominicos desta Ecclesia de GRANADA
que nunca oyóse en toda la christiandad, que el Senyor
Papa gobierna, y Christo benedice, que nada bueno
saliera del coño de una muller, a no ser el Senyor mesmo
IesuChristo, de su Sancta Madre, con todo Virgen, e que
por eso la devoçión popular del coño de la BERNARDA era
cosa perniçiosa que devía ser desterrada, so pena de
mandar la inquisición a façer las pesquisas oportunas”
Con tal respuesta, D. HIGINIO TORREGROSA, según siempre
las crónicas: “Una noche del 9 de Abril, del año de
Nuestro Senyor IesuChristo de 1.609, alumbrado solo por
dos candelas, y con el Notario por unico testigo dello,
colocó el sancto reliquario del coño de la BERNARDA, tras
un emparedado debaixo de la ventana de la Sacrestía,
donde permaneciera hasta que la Ecclesia mudara su
razonamiento sobre este singular suceso, y asi la buena
BERNARDA trajera de nuevo la benediçión sobre el pueblo
della”
Y no sé si verdad o mentira, esto es lo que se cuenta del
célebre coño de la BERNARDA, con todo, si queréis saber
algo más de la historia, podeís leer la crónica, que en su
día redactara D. HIGINIO TORREGROSA titulada:
“Relación de las cosas verdaderas que acotescieron en
Las Alpuxarras en lo que se refiere á una piadosa muller
llamada la Bernarda, y al coño della, que fizo grandes
milagros para la gloria eterna de Dios nuestro Senyor y
de la Sancta Madre Ecclesia, escrita por el Licenciado
Higinio Torregrosa, Cura Propio de la Ecclesia del Sancto
Christo del Zapato desta ciudád de Artefa”
 
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