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¡Cómo está el servicio!

Estado
Hilo cerrado
Gus

Gus

Forer@ Senior
Sin verificar
A colación del reciente hilo en el que se preguntaba si algún forero había escrito un libro, he rescatado este artículo que en su día escribí para el mejor fanzine de todos los tiempos: Le Bon Vivant. Con semejante título, ya os podéis hacer una idea de la temática, pero por si alguno tiene curiosidad, mi hermano y máximo artífice está colgando últimamente en su blog (
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) algunos artículos selectos de los primeros números. Esto que copio a continuación fue mi primera colaboración, espero que no se os haga muy largo.





Usted es un caballero. Partamos de esa base, ya que si usted fuera un gañán no se encontraría en estos momentos leyendo esta selecta publicación. También podría ser una dama, por qué no. En cualquier caso, una persona con una formación y un criterio, a la que no será necesario hacer notar lo fatigoso y aburrido de las tareas que suelen calificarse como “domésticas”, porque sin duda las habrá visto hacer en más de una ocasión. Aún reconociendo que son indispensables para mantener unas condiciones de vida dignas, desde estas páginas no podemos sino aborrecerlas por atentar gravemente contra nuestra condición de sibaritas. Y es que lavar, planchar, cocinar, tendrán su aquél, quién sabe, pero a nosotros nos dan pie para rescatar uno de los muchos mottos que Le Bon Vivant ha copiado de Los Simpsons...
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¡QUE LO HAGA OTRO!

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No voy a afirmar que el servicio doméstico es la profesión más vieja del mundo por no entrar en polémica con ciertos sectores, pero qué duda cabe que ya desde la Antigüedad más remota, los seres humanos han desarrollado una atávica aversión hacia las labores del hogar. En tiempos menos liberales, estos quehaceres los solían desempeñar unos seres denominados esclavos. ¡Esclavos! Apuesto a que la sola mención de esta palabra ha hecho que se dibujen en su mente las imágenes en technicolor de un efébico Tony Curtis en “Espartaco” o de la rolliza Mami de “Lo que el viento se llevó”, dependiendo de sus gustos. Pues sepa usted que la esclavitud es una cosa muy fea (¿me han oído, ETT´s?), y no sólo por el aspecto moral de la humillación que supone para un semejante, sino porque los esclavos realizan su trabajo sin cobrar. ¡Pero si eso es lo bueno!, pensarán los más incautos. Vamos a ver, que no me quiero enfadar, ¿desde cuándo gratis es sinónimo de calidad? ¿Recurriría Gil a un abogado de oficio? ¿Se encontró usted alguna vez al Barón Thyssen (q.e.p.d) en la Seguridad Social? ¿Acaso le hace su señora esas cossitass que le hace su Vanessa, previo pago, en Danilo’s? Hágase un favor y grábese con letras de oro esta frase en su cerebro: EL AMATEURISMO ES LO PEOR. Y ahora que alguien lo ha dicho, vamos si más demora al meollo de la cuestión.
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Como persona de alta cuna que debe usted de ser, le supongo al corriente de la dificultad que entraña rodearse de una servidumbre competente. Y es que el advenimiento de la democracia tendrá sus cosas positivas, qué duda cabe, pero no me negará que ha supuesto una hecatombe en el asunto que venimos a tratar. Desde que se han difuminado las diferencias de clase, cualquier hijo de vecino aspira a que sus vástagos lleguen a ser en la vida neurocirujanos, ingenieros o procuradores de cortes, haciendo caso omiso de los dones, a menudo escasos, con que les ha dotado la madre Naturaleza. La dura realidad es que, tras largos años de hincar los codos, la mayoría de estos aspirantes a próceres acaban de celadores, teleoperadores o chupatintas de diverso rango, haciéndole la pelota a un jefe tan inepto o más que ellos y que los humilla sin miramientos. Cuánto mejor les iría en la vida si hubieran tenido la suerte de encauzar sus tendencias serviles a un fin más noble, convirtiéndose en choferes, amas de llaves o, con suerte, mayordomos, profesiones estas denostadas, algunas incluso innombrables, pero igualmente adecuadas a un temperamento gregario e incomparablemente más provechosas para ellos mismos y para la sociedad en general.<o:p></o:p>
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En resumen, que la manida expresión “¡Cómo está el servicio!”, tan escuchada en las comedias del cine español tardofranquista, está hoy (¿coincidencia?) más en vigor que nunca. La escasez de materia prima de calidad hace que a la hora de reclutar personal de servicio, haya que andar con un cuidado exquisito. Nótese que no estamos hablando de la típica chacha ecuatoriana, bendita sea, sino de una serie personas altamente cualificadas, que deben contar con una preparación a la altura de nuestras necesidades. Por eso, con el objetivo de ayudarle a cribar el grano de la paja, desde las páginas de Le Bon Vivant emprendemos con alegría la ingente labor de tratar de instruirle en el arte de conformar una servidumbre cuanto menos decente.<o:p></o:p>
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NO ES BUENO QUE EL HOMBRE (RICO) ESTÉ SOLO

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Se suele decir que no conviene empezar la casa por el tejado. Para empezar, necesitará usted un buen mayordomo. El mayordomo constituye la piedra angular del servicio, el auténtico cimiento que sostiene la casa, y, por alguna extraña razón, suele llamarse Jaime. <o:p></o:p>
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No nos engañemos: encontrar uno bueno es difícil, y mucho. Si piensa que de buenas a primeras va a dar con un Jeeves o un Stevens, que lo mismo le prepare un combinado demoledor que le planche con esmero la edición matutina de The Times, desengáñese. Antes encontrará su media naranja que un mayordomo comme il faut. La mayoría de los sedicentes mayordomos no son más que meros lacayos incapaces de distinguir un Chardonnay de un Merlot. Naturalmente, existen agencias de reconocido prestigio a las que usted puede acudir en busca de personal de servicio, pero al final lo que funciona de verdad es el boca a boca. Lo mejor es dejar caer, pongamos en el Club de Campo, que necesita un mayordomo de garantías. Verá cómo en breve plazo sus amigos le proporcionan unas referencias más fiables de lo que pudiera conseguir a través de una agencia.<o:p></o:p>
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Habría mucho que hablar sobre la figura del mayordomo, tan recurrentemente glosada en el cine y la literatura. Podríamos comentar su afición por llevar un algodón en el bolsillo o su facilidad para verse involucrado en crímenes, pero no es este el lugar ni el momento, así que optaremos por la concisión. Las labores propias de un mayordomo son virtualmente innumerables, pero podríamos destacar las siguientes: supervisar el servicio, atender a la prensa, encargarse de la bodega, pulir la plata (un must), cuidar la colección de arte, organizar recepciones y eventos sociales, contestar el teléfono y el timbre, poner la mesa (atención al napkin folding, otro must). Algunos están dispuestos a ejercer labores de secretario o de valet, si es que usted no puede permitírselos, pero acépteme un consejo: no se humillen mutuamente.<o:p></o:p>
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En lo tocante a su aspecto físico, los mayordomos suelen destacar precisamente por todo lo contrario, es decir, por no destacar en absoluto. El mimetismo es su meta, pero hay un par de cualidades faciales que son muy valoradas entre los de su gremio: a) la capacidad de tensar el labio superior (stiff upper lip), como señal de desaprobación máxima, y b) la habilidad para enarcar imperceptiblemente la ceja derecha ante una situación que despierte su asombro. Un caballero debe entrenar su ojo para no pasar por alto estas señales sutiles, porque a menudo le pueden servir de aviso ante una situación que pudiera llegar a ser embarazosa.<o:p></o:p>
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El caballero del caballero (gentleman’s gentleman) es una versión del mayordomo para caballeros particularmente inquietos. A las tareas habituales de un mayordomo hay que sumarle la función de acompañar a su amo allá donde fuere y asegurarse de que sus necesidades están cubiertas en todo momento. El epítome de este cargo lo encontramos en el inefable Jeeves.<o:p></o:p>
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La siguiente figura en importancia es el ama de llaves, que suele ser una mujer de mediana edad que complementa al mayordomo y se encarga de aquellas labores que a éste, por razones de su sexo, le resultan incómodas o directamente humillantes, como puede ser el trato con las criadas, el aprovisionamiento de la despensa (no el de la bodega, ésta sí es tarea del mayordomo), el encerado del suelo o el trasiego de la colada. Naturalmente ella nunca se mancha las manos, pero llegado el caso, es capaz de remangarse para mostrar a una criada inexperta cómo prefiere el señor que le planchen los pantalones. A menudo forma pareja sentimental con el mayordomo, en cuyo caso suelen alojarse en una pequeña casa dentro de los límites de la finca, incluso con su propio servicio (!).<o:p></o:p>
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El chef es sin duda la tercera pata del banco de la servidumbre. A la hora de contratar uno, que sea varón y francés, a poder ser. Confecciona los menús, dirige la cocina y prepara los pedidos para los proveedores. Trata directamente con el señor de la casa, lo cual le sitúa en igualdad de condiciones con el mayordomo. Ni se le ocurra llamarle cocinero si aprecia sus servicios. <o:p></o:p>
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El administrador es una figura opcional, que se encarga de la gestión de las propiedades de su patrón cuando éstas, como suele ser habitual, no se circunscriben a una sola. Estas comprenden típicamente su(s) mansión(es), los yates y embarcaciones de recreo, los aeroplanos, etc. Al contrario que el resto del servicio, no vive bajo el mismo techo que su patrón, ya que las características de su cargo le obligan a viajar casi constantemente.<o:p></o:p>
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La niñera mantiene los dormitorios y los cuartos de juego, baña, viste y da de comer a los infantes, lava y plancha su ropita. Si usted tiene niños pequeños, necesita una, aunque lo suyo es tener dos, para que se turnen en su agotadora labor. Un consejo: contrátelas por períodos de un año como máximo, ya que es fácil que los niños se encariñen con ellas hasta el punto de preferir su compañía a la de sus progenitores. <o:p></o:p>
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La figura de la institutriz hoy en día se encuentra en desuso, lamentablemente. Cada vez es más común que unos padres desnaturalizados envíen sin remordimientos a sus retoños a un internado en Suiza, donde con toda seguridad recibirán una instrucción adecuada y además no molestarán en su tiempo libre. Un error, y grave. Hoy por hoy, hasta los hijos de ministros socialdemócratas se adocenan en estos colegios pretendidamente exclusivos. Esto podrá valer para ellos, pero seguro que usted desea lo mejor para la carne de su carne. Y lo mejor es, sin duda, lo tradicional, o sea, una institutriz, que no sólo enseñe álgebra y latín a sus niños, sino todas esas materias que marcan la diferencia con el vulgo, como las buenas maneras y el protocolo. ¡Ah, ya, tal vez lo que sucede es que, a la sola mención de la palabra, se remueven en algún recóndito rincón de su cerebro recuerdos desagradables de su propia infancia, relativos a alguna Señorita Rottenmeyer que les obligó a aprender a usar los cubiertos adecuados! Dejando a un lado que lo más probable es que su mente infantil no llegara a comprender que todo aquello era por su bien, le animamos a que solicite a su agencia que le envíe algunos currículos de institutrices, y verá con sus propios ojos que se trata en su mayoría de chicas jóvenes pero muy preparadas que llevarán a su progenie por el camino recto. Si todavía no está convencido, o es usted de esos padres “modernos”, contrate un profesor particular, que acuda a la mansión eventualmente, pero por lo que más quiera, aleje a sus hijos de las malas compañías.<o:p></o:p>
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Aunque goza de un grado de intimidad física mayor, el valet no se aproxima siquiera a la importancia del mayordomo. Un valet (o valet de chambre), tiene como tarea cuidar del entorno más cercano a su amo: su vestimenta, sus zapatos, su aseo personal. Su misión es de la mayor trascendencia: consiste en que la figura de su señor deje traslucir al exterior su aristocrática naturaleza. Él será el encargado de tratar con el sastre, el camisero, el zapatero, y por supuesto, de ayudar a vestirse y a desvestirse a su amo en el caso de que éste no pueda (por su provecta edad) o quiera (porque no le dé la gana) hacerlo por sí mismo. Existe una versión para señora que es la doncella.<o:p></o:p>
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El secretario es la persona que se encarga de asuntos como responder el correo, llevar la agenda, revisar las facturas, planear los viajes, hacer reservas y otras tareas administrativas. Dada la índole de su posición, es esencial que posea las virtudes de la discreción y la honestidad en su máximo grado, ya que gozará de su total confianza.<o:p></o:p>
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El chófer es el encargado de la puesta a punto y conducción de los vehículos de la casa. Aunque últimamente se ha extendido entre las jóvenes generaciones la moda de conducir personalmente el propio vehículo, especialmente si se trata de un deportivo, por lo general las manos del caballero no están habituadas a tocar otra piel que no sea la de una dama, de tal forma que incluso el más fino cuero de Connolly del volante de un Rolls Royce le produce urticaria. El chófer es a veces asistido por un mecánico, si el garaje alberga, como suele ser habitual, varios automóviles. Hoy ya no es tan corriente, pero tradicionalmente los choferes solían llamarse Bautista.<o:p></o:p>
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El jardinero goza a menudo de una confianza impropia de su cargo con su señor, sobre todo si éste es aficionado a la noble labor del cultivo de las rosas. Si los jardines son grandes, necesitará un ayudante, que a menudo suele ser su propio hijo.<o:p></o:p>
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El mozo o cuidador (de inglés caretaker) desempeña labores de fontanería, albañilería, pintura. La dureza de su trabajo exige que goce de una buena forma física, pero no demasiado. Los casados ya me entienden. No confundir con el jardinero. <o:p></o:p>
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Las criadas. Bajo esta denominación genérica se pueden encuadrar aquellas personas de sexo femenino que se encargan de las labores básicas de limpieza y cuidado de la casa. De media a una docena suele ser lo normal. Si el presupuesto lo permite, se recomienda contratar personas especializadas en un determinado campo: camareras, lavanderas, costureras, fregonas... De esta labor se encarga el ama de llaves, quien, si le quiere bien, las contratará no especialmente agraciadas. Así le evitará tentaciones y, a medio plazo, que su nombre aparezca mancillado en el “Tómbola”.<o:p></o:p>
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Para determinadas funciones, no se extrañe si su mayordomo requiere la ayuda de unos cuantos lacayos. Por ejemplo, para atender el guardarropa o servir los cócteles en las fiestas. <o:p></o:p>
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Antes de proseguir, vamos a ubicar estos puestos en dentro de un gráfico, para que lo asimilen mejor:<o:p></o:p>
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<table class="MsoNormalTable" style="border-collapse: collapse;" border="0" cellpadding="0" cellspacing="0"> <tbody><tr style=""> <td colspan="3" style="border: 2.25pt ridge windowtext; padding: 0cm 3.75pt; width: 334.9pt;" width="447">
<!--[if supportFields]>PRIVATE<![endif]--><!--[if supportFields]><![endif]-->[FONT=&quot][ADMINISTRADOR][/FONT]​
</td> </tr> <tr style=""> <td colspan="3" style="border-style: none ridge ridge; border-color: -moz-use-text-color windowtext windowtext; border-width: medium 2.25pt 2.25pt; padding: 0cm 3.75pt; width: 334.9pt;" width="447">
[FONT=&quot]MAYORDOMO[/FONT]​
</td> </tr> <tr> <td style="border-style: none ridge ridge; border-color: -moz-use-text-color windowtext windowtext; border-width: medium 2.25pt 2.25pt; padding: 0cm 3.75pt; width: 120pt;" width="160">
[FONT=&quot]CHEF[/FONT]​
</td> <td style="border-style: none ridge ridge none; border-color: -moz-use-text-color windowtext windowtext -moz-use-text-color; border-width: medium 2.25pt 2.25pt medium; padding: 0cm 3.75pt; width: 85.3pt;" width="114">
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</td> <td style="border-style: none ridge ridge none; border-color: -moz-use-text-color windowtext windowtext -moz-use-text-color; border-width: medium 2.25pt 2.25pt medium; padding: 0cm 3.75pt; width: 129.6pt;" width="173">
[FONT=&quot]AMA DE LLAVES[/FONT]​
</td> </tr> <tr style=""> <td colspan="3" style="border-style: none ridge ridge; border-color: -moz-use-text-color windowtext windowtext; border-width: medium 2.25pt 2.25pt; padding: 0cm 3.75pt; width: 334.9pt;" width="447">
[FONT=&quot]Lacayo 1º
[Lacayo 2º]
[Lacayo 3º][/FONT]​
</td> </tr> <tr> <td style="border-style: none ridge ridge; border-color: -moz-use-text-color windowtext windowtext; border-width: medium 2.25pt 2.25pt; padding: 0cm 3.75pt; width: 120pt;" width="160">
[FONT=&quot]Cocinero 1º
[Cocinero 2º][/FONT]​
</td> <td style="border-style: none ridge ridge none; border-color: -moz-use-text-color windowtext windowtext -moz-use-text-color; border-width: medium 2.25pt 2.25pt medium; padding: 0cm 3.75pt; width: 85.3pt;" width="114">
[FONT=&quot]Valet[/FONT]​
</td> <td style="border-style: none ridge ridge none; border-color: -moz-use-text-color windowtext windowtext -moz-use-text-color; border-width: medium 2.25pt 2.25pt medium; padding: 0cm 3.75pt; width: 129.6pt;" width="173">
[FONT=&quot]Doncella 1ª
[Doncella 2ª][/FONT]​
</td> </tr> <tr> <td style="border-style: none ridge ridge; border-color: -moz-use-text-color windowtext windowtext; border-width: medium 2.25pt 2.25pt; padding: 0cm 3.75pt; width: 120pt;" width="160">
[FONT=&quot]Pinches de cocina[/FONT]​
</td> <td style="border-style: none ridge ridge none; border-color: -moz-use-text-color windowtext windowtext -moz-use-text-color; border-width: medium 2.25pt 2.25pt medium; padding: 0cm 3.75pt; width: 85.3pt;" width="114">
[FONT=&quot]Chófer[/FONT]​
</td> <td style="border-style: none ridge ridge none; border-color: -moz-use-text-color windowtext windowtext -moz-use-text-color; border-width: medium 2.25pt 2.25pt medium; padding: 0cm 3.75pt; width: 129.6pt;" width="173">
[FONT=&quot]Lavanderas
Camareras
Costureras[/FONT]​
</td> </tr> <tr style=""> <td style="border-style: none ridge ridge; border-color: -moz-use-text-color windowtext windowtext; border-width: medium 2.25pt 2.25pt; padding: 0cm 3.75pt; width: 120pt;" width="160">
[FONT=&quot]Fregonas[/FONT]​
</td> <td style="border-style: none ridge ridge none; border-color: -moz-use-text-color windowtext windowtext -moz-use-text-color; border-width: medium 2.25pt 2.25pt medium; padding: 0cm 3.75pt; width: 85.3pt;" width="114">
[FONT=&quot]Jardinero[/FONT]​
</td> <td style="border-style: none ridge ridge none; border-color: -moz-use-text-color windowtext windowtext -moz-use-text-color; border-width: medium 2.25pt 2.25pt medium; padding: 0cm 3.75pt; width: 129.6pt;" width="173">
[FONT=&quot]Criadas[/FONT]​
</td> </tr> </tbody></table>​
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En caso de poseer caballos, algo siempre de bon ton, será imprescindible la presencia de unos cuantos mozos de cuadra, y no porque residan lejos de nuestro techo hay que olvidar las tripulaciones del yate y del jet privado, cuya supervisión cae dentro de las atribuciones del administrador.<o:p></o:p>
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Si ya cuenta con todo lo anterior, es más que probable que su posición haga recomendable el empleo de unos fornidos guardaespaldas. Una concesión a lo evidente: no sea tacaño con sus sueldos.<o:p></o:p>
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Y con esto hemos llegado al final. Grosso modo, el coste de una servidumbre como ésta podría cifrarse en alrededor de $1.000.000 al año, gastos aparte. Para que luego hablen del aislamiento que el dinero provoca en los que lo poseen. Rigurosamente falso. Como ven, nadie con el dinero suficiente se puede quejar de sentirse solo.<o:p></o:p>
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PERO... YO NO SOY UN CABALLERO

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Vale, usted no es un caballero. Cosas que pasan. Reconocerlo es el primer paso. Pero eso no es motivo para que se amohíne y no ponga todos los medios a su alcance para salir del arroyo. Por cierto, ¿ha pensado hacer carrera en el servicio?<o:p></o:p>
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Antes de que se lleve las manos a la cabeza, y aunque sea de muy mala educación, hablemos de dinero. ¿Tiene usted idea de lo que puede llegar a ganar un mayordomo? Pues entre 40.000 y 120.000 dólares/año más pluses, y eso sin contar con alojamiento, manutención y vestuario gratis. Dos días libres por semana y seguro médico y dental. Ande, haga cuentas. <o:p></o:p>
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¿Ya las ha hecho? ¿Estupefacto, no? Pero no se emocione todavía, porque llegar a ser mayordomo no es empresa fácil. Existen academias, sobre todo en el Reino Unido, pero que le admitan a uno es más difícil que entrar en Oxford. Lo más aconsejable es buscar de entrada un empleo de rango inferior y, a fuerza de constancia y afán de superación, tratar de ascender en el escalafón con el tiempo. <o:p></o:p>
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Empezando desde abajo, sepa que un cuidador puede sacarse entre 25.000 y 45.000 dólares/año.<o:p></o:p>
Si a usted se le da bien la cocina, puede aspirar a ser chef. Mismas condiciones de trabajo que el mayordomo, y sueldo entre 35.000 y 70.000 dólares/año. Apetitoso ¿no? <o:p></o:p>
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Si es usted una señorita emprendedora, quizá le interese saber que un ama de llaves suele cobrar entre 20.000 y 45.000 dólares/año, y una niñera entre 15.000 y 42.000, con alojamiento y manutención gratis, por supuesto.<o:p></o:p>
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Con todo, a pesar de los opíparos salarios, no debemos perder de vista un detalle de suma importancia: la mayor satisfacción para un sirviente debería ser la posibilidad de atender las necesidades de un caballero, que en contraprestación le tratará con familiaridad (pero siempre con las debidas distancias), respetando escrupulosamente sus creencias y su moral, y le permitirá disfrutar en parte de los lujos de los que se rodea, como puede ser el acceso a una bodega exclusiva o a una selecta pinacoteca. Si aún no está convencido, piense que sin la servidumbre, las personas de bien no podrían dedicarse en cuerpo y alma a tareas más elevadas, con lo que podemos concluir que, a la larga, su ingrata labor redundará en avances decisivos para la Humanidad en campos como la ruleta, el golf, o la coctelería. A propósito, ¿sabe preparar Martinis?
 
Muy bueno.:ok::

Estoy de acuerdo en todo, excepto en lo de:

"... necesita un mayordomo de garantías. Verá cómo en breve plazo sus amigos le proporcionan unas referencias más fiables de lo que pudiera conseguir a través de una agencia"

<?XML:NAMESPACE PREFIX = O /><O:p>y es que encontrar uno es tan difícil que se los guardan celosos para ellos.</O:p>
<O:p></O:p>
<O:p>Al menos eso es lo que hago yo. Aunque estoy muy satisfecho de la labor desempeñada por Jaime, nunca se me ocurriría alabarle en público.:whist:::-P</O:p>
<O:p></O:p>
<O:p></O:p>
 
Con tanto personal necesitarás un contable, un informático y un pinchadiscos que los entretenga...
 
Me ha gustado Gus, así no me liaré tanto en casa cuando trato con el servicio, y es que a veces te lias entre el valet y el mayordomo...por cierto que quería leer el blog de tu hermano, pero vaya caretos salen ahí, hasta que no llegué a Errol Flynn aquello parecía la Casa de los Horrores!!!:-P
 
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