Catilina
Milpostista
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Pere Rosich y qué es comprar bien.
El lunes pasado llegó a mi casa, enviado por Pere Rosich,
Tengo algunos problemas para cargar la mayoría de las fotos, así que publico la revisión con las que me deja subir y la semana que viene me peleo con los electroduendes para subir el resto.
Qué decir de la tranquilidad, la seguridad, que da trabajar con Pere, aquí ya conté cómo tras llegar un MTG no me convenció la imposibilidad de usar el crono y la iluminación simultáneamente y me dijo sin dudar: ¡mándamelo de vuelta! no te lo quedes si no te convence.
Es importante para mí reseñar el hecho de trabajar con Pere, porque yo, como muchos de nosotros, he sentido el estímulo de encontrar los relojes lo más barato posible, la sensación de “iniciado” cuando trabas relación con un vendedor de Japón y “arregláis” las cosas para que no se incluyan tasas en el envío. Cuando haces esas cosas sientes que ya no eres un rookie en esto, tu autoimagen mejora.
Es triste reconocer que no me di cuenta de lo equivocado que estaba al trabajar así ni siquiera con el fabuloso trato con Pere, sus gentilezas y su apoyo más allá de lo exigible en la mejor de las relaciones comerciales. Ni siquiera me di cuenta cuando confrontaba mi conducta con la vocación de ayudar a nuestras empresas en lugar de correr hacia un ahorro anecdótico, de hacer algo real para favorecer el mercado aquí y no de limitarme a decir que todo está muy mal mientras contribuyo a que siga así.
Pero no son estas razones, que son lo importante, lo que convenció de que comprar fuera, únicamente a la búsqueda de la rebaja es algo equivocado. Lo que me cambió el chip fue que al decidir trabajar con Pere me sentí obligado a escribir al vendedor de Japón con el que había trabajado hasta ese momento, muchos años, para contarle que a partir de ahora compraría a un distribuidor en España. Le dije del buen hacer de Pere para que entendiera mis motivos, y mi sorpresa fue cuando me respondió.
Me dijo que se alegraba mucho de que por fin hubiera encontrado un distribuidor en España, que no entendía muy bien como en tantos años no lo había encontrado antes, y que es evidentemente mejor y más ágil en todos los aspectos el comprar en el mercado propio, porque “todos son ventajas y en el medio plazo siempre es un ahorro”. Que lo de comprar fuera es lo anómalo, él vive en buena medida de eso y no se queja, pero parte de la base de que todos sus compradores terminarán comprando en su país, lo que se distribuya allí, él está para lo que no llega. Y me di cuenta de golpe de cómo es realmente hacer bien las cosas.
Gracias Pere, por el tiempo, la atención, la delicadeza y la comprensión de mis “neuras” relojísticas. Pere, eres la pera (este era fácil, pero es que siempre he sido amigo de lo fácil)
El peluco y la prueba.
Antes, y para, escribir esta revisión he estado diez días sin quitármelo, excepto a la hora de entrenar -imposible llevarlo a la hora de hacer Cxfit- o correr. Quería conocerlo bien, sentirlo en todos sus aspectos y no dejarme llevar por primeras impresiones. Algún día lo llevé también al correr al mediodía para comprobar si se notaba mucho, si acaloraba la muñeca.
He comprobado y usado todas sus funciones, excepto el profundímetro, de manera intensiva. Aunque intenté lo del profundímetro, lo juro:
No explicaré el uso básico del reloj o sus funciones, que se pueden ver en mil sitios publicitarios y que la mayoría conocemos, sino los elementos característicos, peculiares o diferenciales, ya sea en positivo o en negativo.
Adelanto que, en mi opinión el GWN-Q1000 es el mejor reloj del catálogo de Casio, y desde luego el mejor G-Shock.
Veamos porqué pienso así, antes de que me den con MR-Gs o GWcincomiles en los morros.
Un nuevo segmento, un nuevo mercado.
A pesar de las pataletas que a veces tenemos los nostálgicos de una época que nunca fue tan buena como la recordamos, como la reconstruimos, Casio está llevando un rumbo bien dirigido hacia el éxito. Un rumbo con traspiés y dudas, pero correcto.
Porque Casio con este reloj logra varios hitos, que tengo la convicción de que tendrán una máxima relevancia para la marca.
Existen “relojes” deportivos específicos para actividades al aire libre, relojes de máxima tecnología, con los que Casio nunca ha ganado los cara a cara: Suunto, Garmin, Polar… son la primera elección técnica. Y Casio parece haber visto que donde hay poca competencia, donde pueden ganar, es al hacer y vender relojes a quienes quieren todo esto, pero de manera secundaria: es decir quieren un reloj con la comodidades, incluso con el aspecto de un reloj, pero que en segundo lugar sirva como herramienta para las actividades al aire libre.
Es importante notar la diferencia:
Los Suuntos y Gármines son herramientas para actividades al aire libre que ADEMÁS son relojes. El Muddie o este nuevo Gulfmaster son relojes que ADEMÁS son herramientas para actividades al aire libre.
Parece una diferencia pequeña, pero no lo es. Para mí es determinante, y creo que existe todo un potencial mercado con esta misma idea.
He intentado usar mis Garmines, Suuntos y/o Polares como relojes de diario y nunca ha sido una experiencia satisfactoria. Los disfruto cuando los uso para lo que son, pero como relojes no me llenan, ni me parecen óptimos en comodidad, practicidad ni funcionalidad.
Aunque Tissot haya sido de los pioneros en esto, Casio con este reloj creo que reinventa el segmento y se erige en su líder.
Todo esto se prefiguraba, pero no se conseguía con el Mudmaster. El Mudmaster es el primer cadáver que deja el Gulmaster en su camino, porque al lograr la excelencia en sus aspiraciones pone en evidencia todas las carencias de su antecesor en sus aspiraciones. Y, ojo, el Muddie me emociona más que el Gulfmaster, pero lo cierto es que no soporta bien la comparación.
El Gulfmaster es un producto casi redondo, cosa que no es el Mudmaster.
El Rangeman también está en este juego, pero creo que la excelencia aquí, el elemento diferencial, está en que ser ana-digi es la opción perfecta para este tipo de relojes con segundo uso de herramientas (Tissot lo sabe). Y como amante de los ana-digis afirmo que se aproximan tiempos felices para quienes los preferimos. No es irrelevante que en la encuesta que tenemos los anadigis hayan sobrepasado a los digitales como G-Shock favoritos.
A lo largo de este análisis usaré bastantes veces al Mudmaster y al Rangeman como baremos comparativos, porque son los otros dos relojes que componen esta categoría y los más cercanos en espíritu y funcionalidad al Gulfmaster.
Pensar en ana-digi
Casio, EMHO, hasta ahora ha arrastrado un lastre tremendo en sus relojes analógicos y anadigis, y es que parecen pensar en digital y luego traducir sus ideas para los otros formatos ¿Cronos de 24 minutos? ¿Infinitas pulsaciones o combinaciones imposibles para programar las funciones? ¿Agujas que impiden usar el display? En mi opinión ningún G-Shock analógico o ana-digi de Casio estaba bien pensado.
Hasta ahora.
El Gulfmaster es el primer anadigi en el que Casio piensa directamente, casi (y luego veremos los “casis”, que son varios) como si fuera su idioma nativo y no un segundo aprendido tarde, en anadigi. Y se nota: prácticamente todas las funciones fluyen, son intuitivas y resultan naturales de usar. Hice la prueba de intentar ver si comprendía y podía usar todas ellas sin consultar el manual. Esto con el Muddie era imposible ¿cómo deducir que sólo podíamos grabar datos desde el altímetro o que pulsando uno y otro botón en el segundo uso horario la segundera nos indicaría el país de referencia y si la hora era PM/AM?
Prácticamente he deducido todo su funcionamiento, ojo, que mi experiencia en Casio y como usuario del GWG-1000 lo tenía bastante fácil.
Impresión general
Es curioso que aunque las medidas del reloj son menores que las del Muddie, en muñeca se ve mucho, pero mucho, más grande: la esfera más despejada, los índices más pequeños respecto a la esfera y sobre todo el bisel más estrecho y bajo, mucho menos aparatoso y con la pieza de aluminio azul, más similar a un bisel “tradicional” logran este efecto.
Siete aficionados a los relojes consultados han/hemos visto en muñeca mucho más grande el Gulfmaster que el Mudmaster, pero dos personas cero relojistas lo ven al revés. Supongo que a quien los relojes ni le van ni le vienen se fijan en el “bulto” (entiéndanme y no hagan bromas fáciles), mientras que nosotros le damos más entidad a la relación esfera/reloj. Pero ya sabes que te va a parecer inmenso, algo a tener en cuenta sobre todo si te planteas la versión en en blanco.
El reloj tienen una deportividad más elegante, más felina, que el habitual look transformer al que nos tiene acostumbrados Casio. Parte del mérito es que nos pone bastante metal enfrente de la mirada haciendo sutiles y hermosos contrastes entre mates y brillos, los dos puntos de brillo en las “defensas” del bisel azul mate, que además tiene los números grabados y no solo pintados, el anillo de metal negro que le rodea, los botones y la corona en acero gris mate e incluso el punto de color naranja del botón de acceso a los sensores. Esto es notable porque Casio para estas cosas del punto de elegancia en la deportividad suele parecerme un espanto, por mucho que sean maestros en hacer katanas o diseñadores de amaneceres los que lo hagan, siempre me terminan resultando un poco como un rústico al que han vestido de firma, queda más natural y logrado con sus looks “brutos” habituales. Es como si yo intentara vestirme como Juanjo G. con mis hechuras de oso: pues no termino de convencer.
Casio logra una deportividad de líneas curvas, muy acuática, con este reloj, que me parece el mejor diseño para llevar con un neopreno de cuantos conozco. Parece diseñado por Scubapro o Mares.
Es un Casio diferente, y que les ha gustado más que otros Casio a todos los no Casiófilos que he consultado y menos a los muy, muy Casiófilos. Pero les gustó a todos.
Me planteé esperar a las versiones con armis articulado de resina o la navy, con bisel plástico y correa azul, pues es sabida mi aversión a cualquier variación del tema: oooootro maldito reloj negro, pero tras ver fotos de todos los demás, me quedo con esta versión de largo: el bisel metálico azul merece la pena en combinación con los toques naranjas, y siempre se le podrá cambiar la correa y el bisel de goma por otro de color. Aunque el profundímetro está integrado en la correa, en su parte de arriba, lo que junto a los pequeños tornillos Allen me hace tener un poco de prevención hacia cómo será el cambio de correas. Espero que no desmerezca del que tiene el Muddie, con sus precisos tornillos Allen, que no se dañan al quitarlos y ponerlos, evitando, por fin, que el uso vaya deteriorando los tornillos.
La trabilla de la correa es metálica, como en el Muddie, pero mucho más fina y sencilla, le va muy bien al aspecto elástico que rezuma el reloj, pero como contra está que no se queda bien en el sitio, deslizándose con facilidad hacia la hebilla. Yo la he apretado con un alicate por la parte interna para que quede perfectamente sujeta, tuve un accidente y la marqué por la parte de abajo, lo que no se ve, pero que me llevará a comprar un recambio tan pronto como salgan al mercado.
Además, y este es un punto relevante, es un reloj comodísimo, así como el Muddie es muy ergonómico, pero a mí al final del día me apetece quitármelo, el Muddie no me parece un reloj para llevarlo día y noche y olvidarte de él. El Glufmaster es todo lo contrario, se te olvida que lo llevas desde hace días, no carga nada la muñeca. Yo sólo al ir a correr con él al mediodía he notado que me daba calor, pero no más que el Garmin Fénix. ¡Ojo! Es un reloj grande y al mover la muñeca en determinados ángulos te lo encuentras, pero nunca molesta.
Ayuda que su ergonomía es perfecta, sus “alas” son más sutiles que las del Muddie para adaptar el reloj a la muñeca, pero aunque parecen hacer menos (porque se nota menos ese encaje perfecto que aportan las del Muddie) en realidad hacen lo mismo, pero mejor y como quien no está ahí. Será difícil que aunque estés entre dos agujeros de la correa no se coloque y se quede donde tiene que estar de manera discreta y perfecta.
También anuncia Casio que la correa es de un material particularmente suave, deben haber tomado buena nota de que los materiales densos del Muddie tienen mucho que ver con que puedas llegar a tener tantas ganas de quitártelo como de ponértelo. Lo cierto es que es comodísimo, yo, y casi todo el mundo, hubiera preferido que la correa fuera de fibra de carbono, no creo que le hubiera quitado comodidad, pero desde luego con esta correa el reloj es perfecto en ese aspecto. Eso es innegable.
Lo bueno, buenísimo, buenérrimo
Este reloj tiene bastantes cosas destacables, por sí mismo y por comparación con sus antecesores en la marca.
En primer lugar, y besaría a Casio en la boca por ello, es el primer Casio con hora de salida y puesta de sol y también edad lunar. Hasta ahora parecía que eras vampiro o madrugador, que necesitabas saber cómo andaría la luz solo de noche o de día. Esto era algo crispante para quienes hacemos actividades en el campo y debemos conocer ambas cosas. Solo por esto lo habría comprado.
La edad lunar se muestra en dos lugares, es una de las presentaciones del display digital en el modo hora, lo que está muy bien para una consulta rápida, o en el modo “mareas”, en el que puedes buscar la edad lunar de cualquier día y no solo la actual, como la salida y puesta del sol. Perfecto para mí, porque además en lugar de la enervante lunita que se va llenando/vaciando te dice el día lunar en el que estamos. Esto es infinitamente mejor, porque sabiendo que el día 14´5 la luna está llena, y el día 29´5 es la luna nueva puedes saber mucho mejor qué luna tendrás y si está creciendo o menguando (olvídate de la enervante regla nemotécnica de la C y la D al revés). Si te gusta más la lunita es que no usas mucho esta función, ahora es perfecta.
Otra importante novedad para bien es que aunque el Gulfmaster funciona básicamente como un Casio de cuatro botones, mientras que el Muddie lo hace como uno de cinco, gracias a programarse a través de la corona no tiene la muy, muy enervante limitación de que no puedes usar la luz mientras programas algo del reloj (en los Casio de cuatro botones tradicionales el botón de luz pasa a ser el de + cuando estás programando). Mucha gente veía el quinto botón de los Casio, el frontal para la luz, como algo de aspecto infantil, para mí era la única manera de programar un timer o una alarma de noche. Ahora por fin podremos elegir cuatro o cinco botones por criterios estéticos. Esto para mí es una mejora importante.
También la manera de mostrar de manera analógica las mareas en todos los modos excepto al usar los sensores es una buena idea, que optimiza la cuarta aguja y que le termina de dar el tono marítimo que impregna este reloj. Una presentación clara, estética y práctica. Y me gusta que no tenga lume la cuarta aguja.
Los pulsadores son perfectos, para mí los mejores de Casio, iguales a los de los MT-G es tacto y calidad.
Mantiene cuatro mejoras importantes del Muddie, que ya mostraban que empezaban a pensar que los ana-digis tenían su propio espacio: (1) la retracción de agujas para leer el display digital, aunque por la posición en la esfera del display digital, arriba en lugar de abajo (reconocemos mejor letras y números por su parte superior) y por la corta aguja horaria ahora se hace necesario apartar las agujas en menos ocasiones, (2) la iluminación propia para el display digital, que por desgracia es más necesario usar en este reloj. Pero ya pondremos los peros más adelante, (3) la posibilidad de conectar/desconectar el sonido de los botones (los anadigis solares de Casio tradicionalmente eran mudos) y (4) la posibilidad de vuelta rápida al modo hora con una sola pulsación prolongada. Si le hubieran añadido el crono de acceso rápido del Rangeman sería completamente feliz.
También el crono de veinticuatro horas es más que suficiente para mí, pero el de mil horas y un segundo crono lo habrían hecho perfecto.
Con respecto a la luz decir que es una auténtica linterna, mucho más eficaz para iluminar que Muddie o Gulfie, ya sea por la posición, ya sea por cómo refleja en la esfera, te sirve perfectamente para ver de noche. Yo, que soy duermo fatal, es algo que uso mucho para levantarme sin pisar a los perros y para ubicar las zapatillas y otras cosas.
El acceso y uso de los sensores a través de un solo botón es cómodo y está bien diseñado, los sensores ofrecen funciones complementarias más que suficientes. Además en uso práctico funcionan bien y son fiables conociendo sus características y limitaciones, el único que no he usado es el profundímetro (que incorpora cronómetro de tiempo de inmersión) y no puedo responder de su fiabilidad, pero si está acorde al resto será bueno. Curioso y útil me ha parecido que del modo profundímetro no se pueda salir con una pulsación normal, sino que es necesaria una concreta y prolongada (de vuelta a modo time), esto me parece práctico para evitar cambios involuntarios, pero también da por hecho que los botones, al menos ese, pueden ser pulsados durante la inmersión, lo que es todo un punto.
Además el bisel de aluminio con su escala de subida/bajada donde la segundera señala los cambios de valor de los diferentes sensores es más útil, rápido de ver y natural de usar que su equivalente en el Muddie. Además hace que el bisel, que es protagónico estéticamente, también lo sea a nivel práctico, algo que a mí en concreto me encanta. Está ahí por algo, no es un adorno.
Otra mejora es que se pueden grabar memorias (40, suficientes para mí) de rumbos, horas, altitudes… como en el Rangeman, no únicamente de altitudes como absurdamente ofrecía el Mudmaster. Esto sí es solucionar un problema que nunca debió existir.
La brújula muy buena, lástima que los registros de rumbo sean sólo numéricos, me gustaría que hubiera otra aguja para señalar el rumbo grabado respecto al norte, como sucede en los modelos digitales, pero es una limitación lógica y no molesta.
Lo bueno, pero no tanto
Ya he señalado la correa, comodísima, pero no de fibra, como detalle de algo que funciona bien, pero que quizá podría mejorarse. No es el único.
El segundo uso horario ha mejorado su “consultabilidad” respecto al Muddie, que tenía la absurda manera de mostrarlo de desplazar las agujas analógicas al segundo uso, mientras el display digital mostraba la hora local, yendo la segundera a la ciudad a la que corresponde y teniendo que pulsar otro botón para que la segundera nos indicara si era AM o PM. Esto era fácil mejorarlo y lo han hecho, ahora el segundo uso se muestra en el display digital, como era lógico, con lo que vemos si es AM/PM directamente. Eso sí antes de mostrarnos la hora en el segundo uso tiene que desfilar por la pantalla el nombre completo de la ciudad a la que corresponde, lo que no es precisamente rápido. Mejorado, pero no perfecto. Y porque he hablado de consultar el segundo uso, no de programarlo, que eso lo tenemos que ver en los puntos malos del reloj.
Otro aspecto “discutible” es que el display digital invertido, con un tono levemente azulado, se lee peor que el del Muddie. Yo soy anti displays invertidos, pero no el del Muddie, que tiene un contraste perfeto y se lee en casi cualquier circunstancia perfectamente. El mejor de Casio en un anadigi. El del Gulfmaster tiene mucha mejor legibilidad diurna que los invertidos tradicionales, pero está un punto por debajo del Mudmaster. Lo pongo como opinable, porque permite que el display digital sea más discreto y se note menos, lo que muchos (no yo) valoran, y sigue manteniendo una legibilidad diurna de calidad y suficiente. Pero aquí hay más argumentos para la versión con display positivo que con el barruriento.
Lo negativo
Todos los relojes tienen puntos flojos, este también. Además los Casios tienen algunos desesperantes, como los cronos de 24 minutos. Veamos los del Gulfie.
Lo primero es la absurda programación del segundo uso horario, te permite navegar por cuidades, no por horas: así que debes saber con qué ciudad de las que te ofrece el reloj coincide la hora a la que lo deseas programar, porque no verás la hora hasta terminar de hacerlo. Y si te has equivocado a probar de nuevo. Completamente absurdo, poco funcional y desesperante si no puedes consultar por Internet las coincidencias horarias de tu destino. Por otra parte aplaudo que se pueda volver al horario UTC con una única pulsación prolongada, eso mola.
La infinita lentitud y falta de agilidad de la programación de las alarmas. No puedes pasar las horas completas, sino que tienes que dejar corriendo los minutos hacia arriba o hacia abajo hasta llegar a la hora deseada. Un puto coñazo.
Pérdida del snooze. Flipa, ya era corta la alarma, pero sin snooze se capa del todo. Yo lo usaba no para despertarme, pues su potencia es insuficiente, sino porque con la repetición se activan mis perros y me despiertan.
El timer, cada vez más capado. Una sola hora y sin repetición. Me irrita que los timer de los anadigi vayan a menos, primero nos dejaron hasta una hora con diez repeticiones, lo que nos permitía diez horas de duración máxima y la medición de algunos mínimos intervalos. Poca, poquísima, poquérrima funcionalidad de cuenta atrás.
Conocida es la poca utilidad del termómetro, que requiere muchísimo tiempo fuera de la muñeca para ser fiable. En este aspecto siempre mejores las versiones con correa, que se pueden colgar con facilidad de la mochila o el cinturón, frente a las que traen armis.
Parece algo más perezoso para sincronizarse que otros modelos que tengo, entre ellos el Muddie y el Rangeman, que puestos sincronizan cada días. En este han llegado a pasar tres días “sin noticias de Gurb”.
Lo opinable
Aparte de lo bueno y lo malo está lo que depende mucho de cómo y quién lo mire se meterá en uno u otro lado. Yo he encontrado varios de estos puntos en el Gulfmaster. Y el primero es evidente para los Casiófilos:
¿Gulf sin titanio? Me entra un punto de tristeza nostálgica, hasta ahora el titanio era un elemento diferencial y característico de todo lo que empezara por Gulf en Casio. El acero es más sólido y de mayor impresión de calidad, además el reloj es comodísimo y ligero, pero… me da penita.
Las agujas e índices son también discutibles, a algunos le parecerán demasiado cortas, a mí no. A otros, entre los que me incluyo, los índices nos resultan demasiado pequeños e iguales. Esto me afecta para la lectura nocturna, pues aunque el lume es bueno y persistente, sin gafas los miopes vemos la luz en forma de estrella de noche, por lo que me cuesta ubicar la hora de una mirada rápida, tardo un par de segundos.
Por lo anterior la esfera resulta mucho más limpia y vacía que en otros G-Shocks, particularmente si tienen sensores, lo puede o no gustar, pero lo diferencia claramente. Tiene un aspecto más galletoso que otros Casio, tipo lo que le sucede al Explorer II respecto a otros Rolex.
El anillo de aluminio es precioso, pero da la impresión de que se puede rallar con facilidad y genera dudas sobre su función protectora, se hace raro como bisel de un G-shock. La impresión con este bisel es más similar a un Protrek de los elegantosos. Me gusta, pero me preocupa su evolución. Aunque es un reloj para el agua, no para el monte.
Y ese es el siguiente punto discutible.
Que sea tan absolutamente acuático, tan marino, hace que me cueste verlo en el campo. Que me cueste vérmelo para actividades de aventura de secano. El Muddie me parece perfecto y adecuado, el Gulfmaster en Madrid está un poco, literalmente, como pez fuera del agua.
Los colores de esta versión son preciosos, alegres pero también discretos. Yo preferiría que fuera menos discreto
Pero…
Este análisis pretende ser exhaustivo, por ello se incide también en sus defectos y limitaciones. Pero no nos confundamos: para mí es el mejor reloj de Casio, un must have si buscas un único reloj principal con sensores. Un reloj que hará que te replantees para qué necesitas muchos otros de los que tienes.
Lo recibí al volver de Uruguay, hace más de dos semanas, y en los viajes dejo todos los mecánicos en la caja del banco: con el Gulmaster aún no me he acordado de ir a por ninguno. Lo cierto es que me da todo lo que necesito con la máxima comodidad. Lo cierto es que es casi es perfecto.
ACTUALIZACIÓN
Pues confirmo que el bisel metálico es frágil y no muy "espíritu G-Shock". Primera caída, primera marca en el bisel brillante [emoji51]:
El lunes pasado llegó a mi casa, enviado por Pere Rosich,
Qué decir de la tranquilidad, la seguridad, que da trabajar con Pere, aquí ya conté cómo tras llegar un MTG no me convenció la imposibilidad de usar el crono y la iluminación simultáneamente y me dijo sin dudar: ¡mándamelo de vuelta! no te lo quedes si no te convence.
Es importante para mí reseñar el hecho de trabajar con Pere, porque yo, como muchos de nosotros, he sentido el estímulo de encontrar los relojes lo más barato posible, la sensación de “iniciado” cuando trabas relación con un vendedor de Japón y “arregláis” las cosas para que no se incluyan tasas en el envío. Cuando haces esas cosas sientes que ya no eres un rookie en esto, tu autoimagen mejora.
Es triste reconocer que no me di cuenta de lo equivocado que estaba al trabajar así ni siquiera con el fabuloso trato con Pere, sus gentilezas y su apoyo más allá de lo exigible en la mejor de las relaciones comerciales. Ni siquiera me di cuenta cuando confrontaba mi conducta con la vocación de ayudar a nuestras empresas en lugar de correr hacia un ahorro anecdótico, de hacer algo real para favorecer el mercado aquí y no de limitarme a decir que todo está muy mal mientras contribuyo a que siga así.
Pero no son estas razones, que son lo importante, lo que convenció de que comprar fuera, únicamente a la búsqueda de la rebaja es algo equivocado. Lo que me cambió el chip fue que al decidir trabajar con Pere me sentí obligado a escribir al vendedor de Japón con el que había trabajado hasta ese momento, muchos años, para contarle que a partir de ahora compraría a un distribuidor en España. Le dije del buen hacer de Pere para que entendiera mis motivos, y mi sorpresa fue cuando me respondió.
Me dijo que se alegraba mucho de que por fin hubiera encontrado un distribuidor en España, que no entendía muy bien como en tantos años no lo había encontrado antes, y que es evidentemente mejor y más ágil en todos los aspectos el comprar en el mercado propio, porque “todos son ventajas y en el medio plazo siempre es un ahorro”. Que lo de comprar fuera es lo anómalo, él vive en buena medida de eso y no se queja, pero parte de la base de que todos sus compradores terminarán comprando en su país, lo que se distribuya allí, él está para lo que no llega. Y me di cuenta de golpe de cómo es realmente hacer bien las cosas.
Gracias Pere, por el tiempo, la atención, la delicadeza y la comprensión de mis “neuras” relojísticas. Pere, eres la pera (este era fácil, pero es que siempre he sido amigo de lo fácil)
El peluco y la prueba.
Antes, y para, escribir esta revisión he estado diez días sin quitármelo, excepto a la hora de entrenar -imposible llevarlo a la hora de hacer Cxfit- o correr. Quería conocerlo bien, sentirlo en todos sus aspectos y no dejarme llevar por primeras impresiones. Algún día lo llevé también al correr al mediodía para comprobar si se notaba mucho, si acaloraba la muñeca.
He comprobado y usado todas sus funciones, excepto el profundímetro, de manera intensiva. Aunque intenté lo del profundímetro, lo juro:
No explicaré el uso básico del reloj o sus funciones, que se pueden ver en mil sitios publicitarios y que la mayoría conocemos, sino los elementos característicos, peculiares o diferenciales, ya sea en positivo o en negativo.
Adelanto que, en mi opinión el GWN-Q1000 es el mejor reloj del catálogo de Casio, y desde luego el mejor G-Shock.
Veamos porqué pienso así, antes de que me den con MR-Gs o GWcincomiles en los morros.
Un nuevo segmento, un nuevo mercado.
A pesar de las pataletas que a veces tenemos los nostálgicos de una época que nunca fue tan buena como la recordamos, como la reconstruimos, Casio está llevando un rumbo bien dirigido hacia el éxito. Un rumbo con traspiés y dudas, pero correcto.
Porque Casio con este reloj logra varios hitos, que tengo la convicción de que tendrán una máxima relevancia para la marca.
Existen “relojes” deportivos específicos para actividades al aire libre, relojes de máxima tecnología, con los que Casio nunca ha ganado los cara a cara: Suunto, Garmin, Polar… son la primera elección técnica. Y Casio parece haber visto que donde hay poca competencia, donde pueden ganar, es al hacer y vender relojes a quienes quieren todo esto, pero de manera secundaria: es decir quieren un reloj con la comodidades, incluso con el aspecto de un reloj, pero que en segundo lugar sirva como herramienta para las actividades al aire libre.
Es importante notar la diferencia:
Los Suuntos y Gármines son herramientas para actividades al aire libre que ADEMÁS son relojes. El Muddie o este nuevo Gulfmaster son relojes que ADEMÁS son herramientas para actividades al aire libre.
Parece una diferencia pequeña, pero no lo es. Para mí es determinante, y creo que existe todo un potencial mercado con esta misma idea.
He intentado usar mis Garmines, Suuntos y/o Polares como relojes de diario y nunca ha sido una experiencia satisfactoria. Los disfruto cuando los uso para lo que son, pero como relojes no me llenan, ni me parecen óptimos en comodidad, practicidad ni funcionalidad.
Aunque Tissot haya sido de los pioneros en esto, Casio con este reloj creo que reinventa el segmento y se erige en su líder.
Todo esto se prefiguraba, pero no se conseguía con el Mudmaster. El Mudmaster es el primer cadáver que deja el Gulmaster en su camino, porque al lograr la excelencia en sus aspiraciones pone en evidencia todas las carencias de su antecesor en sus aspiraciones. Y, ojo, el Muddie me emociona más que el Gulfmaster, pero lo cierto es que no soporta bien la comparación.
El Gulfmaster es un producto casi redondo, cosa que no es el Mudmaster.
El Rangeman también está en este juego, pero creo que la excelencia aquí, el elemento diferencial, está en que ser ana-digi es la opción perfecta para este tipo de relojes con segundo uso de herramientas (Tissot lo sabe). Y como amante de los ana-digis afirmo que se aproximan tiempos felices para quienes los preferimos. No es irrelevante que en la encuesta que tenemos los anadigis hayan sobrepasado a los digitales como G-Shock favoritos.
A lo largo de este análisis usaré bastantes veces al Mudmaster y al Rangeman como baremos comparativos, porque son los otros dos relojes que componen esta categoría y los más cercanos en espíritu y funcionalidad al Gulfmaster.
Pensar en ana-digi
Casio, EMHO, hasta ahora ha arrastrado un lastre tremendo en sus relojes analógicos y anadigis, y es que parecen pensar en digital y luego traducir sus ideas para los otros formatos ¿Cronos de 24 minutos? ¿Infinitas pulsaciones o combinaciones imposibles para programar las funciones? ¿Agujas que impiden usar el display? En mi opinión ningún G-Shock analógico o ana-digi de Casio estaba bien pensado.
Hasta ahora.
El Gulfmaster es el primer anadigi en el que Casio piensa directamente, casi (y luego veremos los “casis”, que son varios) como si fuera su idioma nativo y no un segundo aprendido tarde, en anadigi. Y se nota: prácticamente todas las funciones fluyen, son intuitivas y resultan naturales de usar. Hice la prueba de intentar ver si comprendía y podía usar todas ellas sin consultar el manual. Esto con el Muddie era imposible ¿cómo deducir que sólo podíamos grabar datos desde el altímetro o que pulsando uno y otro botón en el segundo uso horario la segundera nos indicaría el país de referencia y si la hora era PM/AM?
Prácticamente he deducido todo su funcionamiento, ojo, que mi experiencia en Casio y como usuario del GWG-1000 lo tenía bastante fácil.
Impresión general
Es curioso que aunque las medidas del reloj son menores que las del Muddie, en muñeca se ve mucho, pero mucho, más grande: la esfera más despejada, los índices más pequeños respecto a la esfera y sobre todo el bisel más estrecho y bajo, mucho menos aparatoso y con la pieza de aluminio azul, más similar a un bisel “tradicional” logran este efecto.
Siete aficionados a los relojes consultados han/hemos visto en muñeca mucho más grande el Gulfmaster que el Mudmaster, pero dos personas cero relojistas lo ven al revés. Supongo que a quien los relojes ni le van ni le vienen se fijan en el “bulto” (entiéndanme y no hagan bromas fáciles), mientras que nosotros le damos más entidad a la relación esfera/reloj. Pero ya sabes que te va a parecer inmenso, algo a tener en cuenta sobre todo si te planteas la versión en en blanco.
El reloj tienen una deportividad más elegante, más felina, que el habitual look transformer al que nos tiene acostumbrados Casio. Parte del mérito es que nos pone bastante metal enfrente de la mirada haciendo sutiles y hermosos contrastes entre mates y brillos, los dos puntos de brillo en las “defensas” del bisel azul mate, que además tiene los números grabados y no solo pintados, el anillo de metal negro que le rodea, los botones y la corona en acero gris mate e incluso el punto de color naranja del botón de acceso a los sensores. Esto es notable porque Casio para estas cosas del punto de elegancia en la deportividad suele parecerme un espanto, por mucho que sean maestros en hacer katanas o diseñadores de amaneceres los que lo hagan, siempre me terminan resultando un poco como un rústico al que han vestido de firma, queda más natural y logrado con sus looks “brutos” habituales. Es como si yo intentara vestirme como Juanjo G. con mis hechuras de oso: pues no termino de convencer.
Casio logra una deportividad de líneas curvas, muy acuática, con este reloj, que me parece el mejor diseño para llevar con un neopreno de cuantos conozco. Parece diseñado por Scubapro o Mares.
Es un Casio diferente, y que les ha gustado más que otros Casio a todos los no Casiófilos que he consultado y menos a los muy, muy Casiófilos. Pero les gustó a todos.
Me planteé esperar a las versiones con armis articulado de resina o la navy, con bisel plástico y correa azul, pues es sabida mi aversión a cualquier variación del tema: oooootro maldito reloj negro, pero tras ver fotos de todos los demás, me quedo con esta versión de largo: el bisel metálico azul merece la pena en combinación con los toques naranjas, y siempre se le podrá cambiar la correa y el bisel de goma por otro de color. Aunque el profundímetro está integrado en la correa, en su parte de arriba, lo que junto a los pequeños tornillos Allen me hace tener un poco de prevención hacia cómo será el cambio de correas. Espero que no desmerezca del que tiene el Muddie, con sus precisos tornillos Allen, que no se dañan al quitarlos y ponerlos, evitando, por fin, que el uso vaya deteriorando los tornillos.
La trabilla de la correa es metálica, como en el Muddie, pero mucho más fina y sencilla, le va muy bien al aspecto elástico que rezuma el reloj, pero como contra está que no se queda bien en el sitio, deslizándose con facilidad hacia la hebilla. Yo la he apretado con un alicate por la parte interna para que quede perfectamente sujeta, tuve un accidente y la marqué por la parte de abajo, lo que no se ve, pero que me llevará a comprar un recambio tan pronto como salgan al mercado.
Además, y este es un punto relevante, es un reloj comodísimo, así como el Muddie es muy ergonómico, pero a mí al final del día me apetece quitármelo, el Muddie no me parece un reloj para llevarlo día y noche y olvidarte de él. El Glufmaster es todo lo contrario, se te olvida que lo llevas desde hace días, no carga nada la muñeca. Yo sólo al ir a correr con él al mediodía he notado que me daba calor, pero no más que el Garmin Fénix. ¡Ojo! Es un reloj grande y al mover la muñeca en determinados ángulos te lo encuentras, pero nunca molesta.
Ayuda que su ergonomía es perfecta, sus “alas” son más sutiles que las del Muddie para adaptar el reloj a la muñeca, pero aunque parecen hacer menos (porque se nota menos ese encaje perfecto que aportan las del Muddie) en realidad hacen lo mismo, pero mejor y como quien no está ahí. Será difícil que aunque estés entre dos agujeros de la correa no se coloque y se quede donde tiene que estar de manera discreta y perfecta.
También anuncia Casio que la correa es de un material particularmente suave, deben haber tomado buena nota de que los materiales densos del Muddie tienen mucho que ver con que puedas llegar a tener tantas ganas de quitártelo como de ponértelo. Lo cierto es que es comodísimo, yo, y casi todo el mundo, hubiera preferido que la correa fuera de fibra de carbono, no creo que le hubiera quitado comodidad, pero desde luego con esta correa el reloj es perfecto en ese aspecto. Eso es innegable.
Lo bueno, buenísimo, buenérrimo
Este reloj tiene bastantes cosas destacables, por sí mismo y por comparación con sus antecesores en la marca.
En primer lugar, y besaría a Casio en la boca por ello, es el primer Casio con hora de salida y puesta de sol y también edad lunar. Hasta ahora parecía que eras vampiro o madrugador, que necesitabas saber cómo andaría la luz solo de noche o de día. Esto era algo crispante para quienes hacemos actividades en el campo y debemos conocer ambas cosas. Solo por esto lo habría comprado.
La edad lunar se muestra en dos lugares, es una de las presentaciones del display digital en el modo hora, lo que está muy bien para una consulta rápida, o en el modo “mareas”, en el que puedes buscar la edad lunar de cualquier día y no solo la actual, como la salida y puesta del sol. Perfecto para mí, porque además en lugar de la enervante lunita que se va llenando/vaciando te dice el día lunar en el que estamos. Esto es infinitamente mejor, porque sabiendo que el día 14´5 la luna está llena, y el día 29´5 es la luna nueva puedes saber mucho mejor qué luna tendrás y si está creciendo o menguando (olvídate de la enervante regla nemotécnica de la C y la D al revés). Si te gusta más la lunita es que no usas mucho esta función, ahora es perfecta.
Otra importante novedad para bien es que aunque el Gulfmaster funciona básicamente como un Casio de cuatro botones, mientras que el Muddie lo hace como uno de cinco, gracias a programarse a través de la corona no tiene la muy, muy enervante limitación de que no puedes usar la luz mientras programas algo del reloj (en los Casio de cuatro botones tradicionales el botón de luz pasa a ser el de + cuando estás programando). Mucha gente veía el quinto botón de los Casio, el frontal para la luz, como algo de aspecto infantil, para mí era la única manera de programar un timer o una alarma de noche. Ahora por fin podremos elegir cuatro o cinco botones por criterios estéticos. Esto para mí es una mejora importante.
También la manera de mostrar de manera analógica las mareas en todos los modos excepto al usar los sensores es una buena idea, que optimiza la cuarta aguja y que le termina de dar el tono marítimo que impregna este reloj. Una presentación clara, estética y práctica. Y me gusta que no tenga lume la cuarta aguja.
Los pulsadores son perfectos, para mí los mejores de Casio, iguales a los de los MT-G es tacto y calidad.
Mantiene cuatro mejoras importantes del Muddie, que ya mostraban que empezaban a pensar que los ana-digis tenían su propio espacio: (1) la retracción de agujas para leer el display digital, aunque por la posición en la esfera del display digital, arriba en lugar de abajo (reconocemos mejor letras y números por su parte superior) y por la corta aguja horaria ahora se hace necesario apartar las agujas en menos ocasiones, (2) la iluminación propia para el display digital, que por desgracia es más necesario usar en este reloj. Pero ya pondremos los peros más adelante, (3) la posibilidad de conectar/desconectar el sonido de los botones (los anadigis solares de Casio tradicionalmente eran mudos) y (4) la posibilidad de vuelta rápida al modo hora con una sola pulsación prolongada. Si le hubieran añadido el crono de acceso rápido del Rangeman sería completamente feliz.
También el crono de veinticuatro horas es más que suficiente para mí, pero el de mil horas y un segundo crono lo habrían hecho perfecto.
Con respecto a la luz decir que es una auténtica linterna, mucho más eficaz para iluminar que Muddie o Gulfie, ya sea por la posición, ya sea por cómo refleja en la esfera, te sirve perfectamente para ver de noche. Yo, que soy duermo fatal, es algo que uso mucho para levantarme sin pisar a los perros y para ubicar las zapatillas y otras cosas.
El acceso y uso de los sensores a través de un solo botón es cómodo y está bien diseñado, los sensores ofrecen funciones complementarias más que suficientes. Además en uso práctico funcionan bien y son fiables conociendo sus características y limitaciones, el único que no he usado es el profundímetro (que incorpora cronómetro de tiempo de inmersión) y no puedo responder de su fiabilidad, pero si está acorde al resto será bueno. Curioso y útil me ha parecido que del modo profundímetro no se pueda salir con una pulsación normal, sino que es necesaria una concreta y prolongada (de vuelta a modo time), esto me parece práctico para evitar cambios involuntarios, pero también da por hecho que los botones, al menos ese, pueden ser pulsados durante la inmersión, lo que es todo un punto.
Además el bisel de aluminio con su escala de subida/bajada donde la segundera señala los cambios de valor de los diferentes sensores es más útil, rápido de ver y natural de usar que su equivalente en el Muddie. Además hace que el bisel, que es protagónico estéticamente, también lo sea a nivel práctico, algo que a mí en concreto me encanta. Está ahí por algo, no es un adorno.
Otra mejora es que se pueden grabar memorias (40, suficientes para mí) de rumbos, horas, altitudes… como en el Rangeman, no únicamente de altitudes como absurdamente ofrecía el Mudmaster. Esto sí es solucionar un problema que nunca debió existir.
La brújula muy buena, lástima que los registros de rumbo sean sólo numéricos, me gustaría que hubiera otra aguja para señalar el rumbo grabado respecto al norte, como sucede en los modelos digitales, pero es una limitación lógica y no molesta.
Lo bueno, pero no tanto
Ya he señalado la correa, comodísima, pero no de fibra, como detalle de algo que funciona bien, pero que quizá podría mejorarse. No es el único.
El segundo uso horario ha mejorado su “consultabilidad” respecto al Muddie, que tenía la absurda manera de mostrarlo de desplazar las agujas analógicas al segundo uso, mientras el display digital mostraba la hora local, yendo la segundera a la ciudad a la que corresponde y teniendo que pulsar otro botón para que la segundera nos indicara si era AM o PM. Esto era fácil mejorarlo y lo han hecho, ahora el segundo uso se muestra en el display digital, como era lógico, con lo que vemos si es AM/PM directamente. Eso sí antes de mostrarnos la hora en el segundo uso tiene que desfilar por la pantalla el nombre completo de la ciudad a la que corresponde, lo que no es precisamente rápido. Mejorado, pero no perfecto. Y porque he hablado de consultar el segundo uso, no de programarlo, que eso lo tenemos que ver en los puntos malos del reloj.
Otro aspecto “discutible” es que el display digital invertido, con un tono levemente azulado, se lee peor que el del Muddie. Yo soy anti displays invertidos, pero no el del Muddie, que tiene un contraste perfeto y se lee en casi cualquier circunstancia perfectamente. El mejor de Casio en un anadigi. El del Gulfmaster tiene mucha mejor legibilidad diurna que los invertidos tradicionales, pero está un punto por debajo del Mudmaster. Lo pongo como opinable, porque permite que el display digital sea más discreto y se note menos, lo que muchos (no yo) valoran, y sigue manteniendo una legibilidad diurna de calidad y suficiente. Pero aquí hay más argumentos para la versión con display positivo que con el barruriento.
Lo negativo
Todos los relojes tienen puntos flojos, este también. Además los Casios tienen algunos desesperantes, como los cronos de 24 minutos. Veamos los del Gulfie.
Lo primero es la absurda programación del segundo uso horario, te permite navegar por cuidades, no por horas: así que debes saber con qué ciudad de las que te ofrece el reloj coincide la hora a la que lo deseas programar, porque no verás la hora hasta terminar de hacerlo. Y si te has equivocado a probar de nuevo. Completamente absurdo, poco funcional y desesperante si no puedes consultar por Internet las coincidencias horarias de tu destino. Por otra parte aplaudo que se pueda volver al horario UTC con una única pulsación prolongada, eso mola.
La infinita lentitud y falta de agilidad de la programación de las alarmas. No puedes pasar las horas completas, sino que tienes que dejar corriendo los minutos hacia arriba o hacia abajo hasta llegar a la hora deseada. Un puto coñazo.
Pérdida del snooze. Flipa, ya era corta la alarma, pero sin snooze se capa del todo. Yo lo usaba no para despertarme, pues su potencia es insuficiente, sino porque con la repetición se activan mis perros y me despiertan.
El timer, cada vez más capado. Una sola hora y sin repetición. Me irrita que los timer de los anadigi vayan a menos, primero nos dejaron hasta una hora con diez repeticiones, lo que nos permitía diez horas de duración máxima y la medición de algunos mínimos intervalos. Poca, poquísima, poquérrima funcionalidad de cuenta atrás.
Conocida es la poca utilidad del termómetro, que requiere muchísimo tiempo fuera de la muñeca para ser fiable. En este aspecto siempre mejores las versiones con correa, que se pueden colgar con facilidad de la mochila o el cinturón, frente a las que traen armis.
Parece algo más perezoso para sincronizarse que otros modelos que tengo, entre ellos el Muddie y el Rangeman, que puestos sincronizan cada días. En este han llegado a pasar tres días “sin noticias de Gurb”.
Lo opinable
Aparte de lo bueno y lo malo está lo que depende mucho de cómo y quién lo mire se meterá en uno u otro lado. Yo he encontrado varios de estos puntos en el Gulfmaster. Y el primero es evidente para los Casiófilos:
¿Gulf sin titanio? Me entra un punto de tristeza nostálgica, hasta ahora el titanio era un elemento diferencial y característico de todo lo que empezara por Gulf en Casio. El acero es más sólido y de mayor impresión de calidad, además el reloj es comodísimo y ligero, pero… me da penita.
Las agujas e índices son también discutibles, a algunos le parecerán demasiado cortas, a mí no. A otros, entre los que me incluyo, los índices nos resultan demasiado pequeños e iguales. Esto me afecta para la lectura nocturna, pues aunque el lume es bueno y persistente, sin gafas los miopes vemos la luz en forma de estrella de noche, por lo que me cuesta ubicar la hora de una mirada rápida, tardo un par de segundos.
Por lo anterior la esfera resulta mucho más limpia y vacía que en otros G-Shocks, particularmente si tienen sensores, lo puede o no gustar, pero lo diferencia claramente. Tiene un aspecto más galletoso que otros Casio, tipo lo que le sucede al Explorer II respecto a otros Rolex.
El anillo de aluminio es precioso, pero da la impresión de que se puede rallar con facilidad y genera dudas sobre su función protectora, se hace raro como bisel de un G-shock. La impresión con este bisel es más similar a un Protrek de los elegantosos. Me gusta, pero me preocupa su evolución. Aunque es un reloj para el agua, no para el monte.
Y ese es el siguiente punto discutible.
Que sea tan absolutamente acuático, tan marino, hace que me cueste verlo en el campo. Que me cueste vérmelo para actividades de aventura de secano. El Muddie me parece perfecto y adecuado, el Gulfmaster en Madrid está un poco, literalmente, como pez fuera del agua.
Los colores de esta versión son preciosos, alegres pero también discretos. Yo preferiría que fuera menos discreto
Pero…
Este análisis pretende ser exhaustivo, por ello se incide también en sus defectos y limitaciones. Pero no nos confundamos: para mí es el mejor reloj de Casio, un must have si buscas un único reloj principal con sensores. Un reloj que hará que te replantees para qué necesitas muchos otros de los que tienes.
Lo recibí al volver de Uruguay, hace más de dos semanas, y en los viajes dejo todos los mecánicos en la caja del banco: con el Gulmaster aún no me he acordado de ir a por ninguno. Lo cierto es que me da todo lo que necesito con la máxima comodidad. Lo cierto es que es casi es perfecto.
ACTUALIZACIÓN
Pues confirmo que el bisel metálico es frágil y no muy "espíritu G-Shock". Primera caída, primera marca en el bisel brillante [emoji51]:
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