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sobre el anhelo

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eufrasia

eufrasia

De la casa
Sin verificar
para no compararlo con otro tipo de coleccionismo como pueden ser plumas, crestas, coches, insignias navales, la aficion a la relojeria se parece un poco a la aficion a la opera

si bien es verdad que todos los coleccionistas pueden hacer reuniones entre ellos y seguramente las hacen, la convocatoria de una quedada de esas multitudinarias parece la llegada de los aficionados a la opera el dia que la caballe canta el aria de no se que obra dirigida por no se que director

llegamos a la quedada con un anhelo expectante pensando en los relojes que veremos y las coñas que continuaremos seguidamente a las frases geniales que alguien ha dicho en el foro, a continuar el humor o el sosiego de tal o cual forero, o a conocer el careto de alguien que ha sido muy amable

hay que distinguir el anhelo de la ansiedad, anhelar una cosa requiere la recreacion interna de una imagen, sea de una persona o de un reloj, es una forma mas de pensamiento abstracto, como lo es todo lo que anticipa lo que sucedera

los adivinos en la antigüedad y los de ahora, porque tambien los hay, lo que hacen es anticipar mentalmente una situacion o un objeto de su atencion dibujandolo aderezado con los elementos que se tienen como referencia

y cuando no hay suficientes elementos, se los inventa

por eso es mas rapido en "abandonar" el objeto de su deseo el ansioso, aquel que necesita un cierto movimiento en algunas parcelas de la vida, que el anhelante, el anhelante se entretiene en llenar y vaciar, primero cuando el objeto no esta en sus manos lo llena de esperanzas, y luego se vacia lentamente

me hace acordar a aquellos musicos que repiten un movimiento hasta la extenuacion y consiguen al final que funcione con la accion de una pequeñisima parte de las funciones motrices que estan en el cerebro

que como se sabe? facil, existen unos scanners gigantes en que se mete al musico tocando su violin, y las zonas del cerebro que actuan se iluminan como las luces de la ciudad de nueva york por navidad

de tanto repetir el movimiento al final funciona un solo foco, y el musico se hunde en el tedio, porque ha ido perdiendo progresivamente el anhelo que hace funcionar a tope sus funciones motrices

cuando yo me esperaba a entrar a ver la mona lisa, aterrado de que no me gustara, me estaba llenando de anhelo, y por suerte no soy el papa borgia, porque si lo fuera el anhelo de ver su tranquila sonrisa se hubiera convertido en la ansiedad de reir como ella
 
"El deseo nos fuerza a amar lo que nos hará sufrir" Proust.
Yo creo que el anhelo o anhelar tiene un significado más profundo que el deseo de posesión (en este caso del objeto), el anhelo de la posesión es la búsqueda irresoluble de la felicidad, y la posesíon de algo, un pequeño sucedaneo.
En cuanto a la cuestión de la posesión y el desencanto, me quedo con esta frase de Marco Aurelio:
"De las cosas que tienes, escoge las mejores y después medita cuán afanosamente las hubieras buscado si no las tuvieras."

Saludos
 
Leo con interés los pensamientos que casi diariamente publicas en el foro. Y, normalmente, estoy de acuerdo con ellos en su totalidad.
<?xml:namespace prefix = o ns = "urn:schemas-microsoft-com:office:office" /><o:p></o:p>
No así en este caso que comparas la afición por los relojes con la ópera.
<o:p></o:p>
Entiendo que pueda haber aficionados a los relojes. De hecho, todos los que estamos aquí lo somos.
<o:p></o:p>
En mi opinión, la palabra afición no es aplicable a la ópera. Gusta o no gusta. No hay término medio. Y a la persona que le gusta, le gusta a rabiar. La ópera tiene amantes, no aficionados.
<o:p></o:p>
Por supuesto, tanto en los relojes como en la ópera existen los exhibicionistas: Unos llevan un determinado reloj, no para ellos mismos, sino para los demás. Y otros acuden a las representaciones exclusivamente para ver y ser vistos por un determinado público de “alto nivel social” pero que en las butacas dan unas cabezadas impresionantes.
<o:p></o:p>
Nunca he visto llorar a un aficionado a los relojes cuando por fin consigue la tan anhelada pieza. En cambio… el verdadero aficionado a la ópera (amante) sale de la representación con los ojos humedecidos después de oír a su soprano favorita interpretar ese aria que se sabe de memoria a fuerza de haberla oído enlatada mil veces, que por fin ha conseguido escuchar en directo, y que tal vez nunca más en su vida podrá volverlo a hacer.
<o:p></o:p>
Un saludo
<o:p></o:p>
 
Y la posesión, intrínsicamente, lleva el germen de la perversión y, así, la triste paradoja y conflicto inevitable de anular lo estimado. Porque cuando ocurre ese “salto”, cuando acontece que el anhelo ( deseo casi platónico y, por tanto, puro ) deriva en Hecho – se materializa y, por ello mismo, su trascedencia se evade, convirtiéndose en cotidianidad – la imperfección humana no sabe más que caer en el abismo en muchos casos.
Si al deseo lo convertimos en poder ( mejor dicho, en su más baja interpretación, que comporta no la acción de compartir sinó de eliminar ), éste sabrá – sin escrúpulo de tipo alguno – desdibujar todo afecto a desdén, toda estima en repulsión.
<?xml:namespace prefix = o ns = "urn:schemas-microsoft-com:office:office" /><o:p> </o:p>
Me temo que esta frontera muchos de los que forman parte de este foro la están traspasando asiduamente. Y no les alabo el infortunio. Saludos.
 
walton me ha encantado tu respuesta, es el tipo de debate que me gusta a mi, porque en el fondo es un debate sobre los tipos humanos que itnervienen en una cosa y otra, relojes u opera

en realidad yo me referia mas a la ceremonia del encuentro entre los amantes de relojes y opera, pero me gusta tu disquisicion entre la emocionalidad que hay en el acto de escuchar por milesima vez un aria y la explosion del llanto, porque en la opera interviene el teatro

me interesa el "gusta o no gusta", porque me parece que ahi si que hay unos paralelismos y unos radicalismos que se leen en este foro, como los defensores de una estetica u otra en muchos temas, los que gustan de tag heuer (y que casi lo esconden) los armis, las correas, tu diras que el objeto es casi futil comparado con una fenomenal opera de cualquiera de los grandes autores italianos

pero creo que los que lloran por la emocion de escuchar un aria del nabucco estan moviendo un musculo que nos es comun: el musculo que usamos para observar la belleza, a veces por un agujerito minusculo en el cual cabe el tamaño de un reloj, otras veces con todos los sentidos como cuando se encienden todas las luces del faro que cada uno tenemos dentro

pero EMMO lo importante es la ceremonia en que nos encontramos en una tertulia encantadora un grupo de seres humanos, y simplemente me dio por recordar los relojes de algunos amantes de la opera que conozco, casualmente la opera en esta catalunya tan amada esta o estuvo alimentada muchos años por gentes enjoyadas y a veces directamente por joyeros barceloneses

y no me diras que el paso del tiempo no esta vivo en algunas de las grandes operas

Leo con interés los pensamientos que casi diariamente publicas en el foro. Y, normalmente, estoy de acuerdo con ellos en su totalidad.
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No así en este caso que comparas la afición por los relojes con la ópera.
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Entiendo que pueda haber aficionados a los relojes. De hecho, todos los que estamos aquí lo somos.
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En mi opinión, la palabra afición no es aplicable a la ópera. Gusta o no gusta. No hay término medio. Y a la persona que le gusta, le gusta a rabiar. La ópera tiene amantes, no aficionados.
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Por supuesto, tanto en los relojes como en la ópera existen los exhibicionistas: Unos llevan un determinado reloj, no para ellos mismos, sino para los demás. Y otros acuden a las representaciones exclusivamente para ver y ser vistos por un determinado público de “alto nivel social” pero que en las butacas dan unas cabezadas impresionantes.
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Nunca he visto llorar a un aficionado a los relojes cuando por fin consigue la tan anhelada pieza. En cambio… el verdadero aficionado a la ópera (amante) sale de la representación con los ojos humedecidos después de oír a su soprano favorita interpretar ese aria que se sabe de memoria a fuerza de haberla oído enlatada mil veces, que por fin ha conseguido escuchar en directo, y que tal vez nunca más en su vida podrá volverlo a hacer.
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Un saludo
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Maese Quiroga explíqueme con mas detalles este párrafo:

"por eso es mas rapido en "abandonar" el objeto de su deseo el ansioso, aquel que necesita un cierto movimiento en algunas parcelas de la vida, que el anhelante, el anhelante se entretiene en llenar y vaciar, primero cuando el objeto no esta en sus manos lo llena de esperanzas, y luego se vacia lentamente"

Gracias...
 
quise decir que si tu, un supongando, te cansas muy rapido de las cosas que adquieres, EMMO eres mas ansioso que anhelante
 
Totalmente de acuerdo contigo. Al fin y al cabo, hablamos de sentimientos que, en la mayoría de los casos, son incontrolables. <?xml:namespace prefix = o ns = "urn:schemas-microsoft-com:office:office" /><o:p></o:p>
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Efectivamente, la ópera en Cataluña (donde pasé dos años muy felices) pudo sobrevivir gracias a <?xml:namespace prefix = st1 ns = "urn:schemas-microsoft-com:office:smarttags" /><st1:personName w:st="on" ProductID="la Associació Amics"><st1:personName w:st="on" ProductID="la Associació">la Associació</st1:personName> Amics</st1:personName> del Liceu formada por la más rancia burguesía catalana: intelectuales, joyeros, industriales, terratenientes… Algunos, por verdadero amor al arte, otros por formar parte de un exclusivo “corralito”. <o:p></o:p>
<o:p></o:p>
Volviendo al tema de los relojes y al paso del tiempo, recuerdo pocas referencias a ellos en la ópera, independientemente de la vigencia de los libretos. <o:p></o:p>
Tal vez cuando <st1:personName w:st="on" ProductID="La Mariscala">La Mariscala</st1:personName> (Strauss, El Caballero de <st1:personName w:st="on" ProductID="la Rosa">la Rosa</st1:personName>) se levanta a medianoche para parar el tic-tac del reloj, pensando que así va a detener el tiempo…<o:p></o:p>
O cuando Cavaradossi (Puccini, Tosca) mira insistentemente como se acerca la hora señalada para su ejecución, en el reloj del castillo de Sant’Angelo, mientras canta “… L’ora è fuggita… E non ho amato mai tanto la vita…”
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(Perdón por el ladrillazo…)
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Saludos<o:p></o:p>


walton me ha encantado tu respuesta, es el tipo de debate que me gusta a mi, porque en el fondo es un debate sobre los tipos humanos que itnervienen en una cosa y otra, relojes u opera

en realidad yo me referia mas a la ceremonia del encuentro entre los amantes de relojes y opera, pero me gusta tu disquisicion entre la emocionalidad que hay en el acto de escuchar por milesima vez un aria y la explosion del llanto, porque en la opera interviene el teatro

me interesa el "gusta o no gusta", porque me parece que ahi si que hay unos paralelismos y unos radicalismos que se leen en este foro, como los defensores de una estetica u otra en muchos temas, los que gustan de tag heuer (y que casi lo esconden) los armis, las correas, tu diras que el objeto es casi futil comparado con una fenomenal opera de cualquiera de los grandes autores italianos

pero creo que los que lloran por la emocion de escuchar un aria del nabucco estan moviendo un musculo que nos es comun: el musculo que usamos para observar la belleza, a veces por un agujerito minusculo en el cual cabe el tamaño de un reloj, otras veces con todos los sentidos como cuando se encienden todas las luces del faro que cada uno tenemos dentro

pero EMMO lo importante es la ceremonia en que nos encontramos en una tertulia encantadora un grupo de seres humanos, y simplemente me dio por recordar los relojes de algunos amantes de la opera que conozco, casualmente la opera en esta catalunya tan amada esta o estuvo alimentada muchos años por gentes enjoyadas y a veces directamente por joyeros barceloneses

y no me diras que el paso del tiempo no esta vivo en algunas de las grandes operas
 
Interesante punto de vista profesor quiroga. El ansia, el deseo, el anhelo... Una pregunta Don Fernando... ¿cual de estas nos llevan al "mono"?... ¿Puede convertirse en un droga?
 
  • #10
uy don mario yo no soy sicologo, me parece que la droga es en algunos casos una cosa cultural, como en USA en las universidades y tal, en otros casos es una cuestion de puro dolor de la gente que no sabe como mitigarlo, yo que se, es una cosa demasiado amplia, es un problema social, y mundial
 
  • #11
Y la posesión, intrínsicamente, lleva el germen de la perversión y, así, la triste paradoja y conflicto inevitable de anular lo estimado. Porque cuando ocurre ese “salto”, cuando acontece que el anhelo ( deseo casi platónico y, por tanto, puro ) deriva en Hecho – se materializa y, por ello mismo, su trascedencia se evade, convirtiéndose en cotidianidad – la imperfección humana no sabe más que caer en el abismo en muchos casos.
Si al deseo lo convertimos en poder ( mejor dicho, en su más baja interpretación, que comporta no la acción de compartir sinó de eliminar ), éste sabrá – sin escrúpulo de tipo alguno – desdibujar todo afecto a desdén, toda estima en repulsión.
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Me temo que esta frontera muchos de los que forman parte de este foro la están traspasando asiduamente. Y no les alabo el infortunio. Saludos.
Muy interesante lo que has planteado aquí amigo Montxo. Me recuerda las relaciones del poder de Foucault en Vigilar y castigar, aunque me gusta el giro que le has dado al poder, vinculándolo directamente al deseo. Me gusta el argumento implícito en tus palabras de que el deseo como eliminación se establece como una relación de fuerzas. Pero creo que la relación de fuerzas se establece independientemente de los sujetos. En el foro estamos atravesados por ellas y hay que hacer un esfuerzo de pensamiento, de propiedad, para no dejarse llevar por ellas.
Un abrazo amigo Montxo
surfista
 
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