P
PET
Habitual
Sin verificar
Hace falta tiempo libre, paciencia y solaz para descubrir en tu reloj algo nuevo, algo que te impresione, preguntándote por qué no lo habías observado anteriormente, y qué necesidad existía de añadir esa dificultad al reloj.
Hace 20 minutos, mientras tomaba la merienda, descubrí un detalle fascinante en los reversos. El detalle me ha impresionado por dos razones. La primera por ser casi impeceptible, y la segunda por resultar de todo punto innecesario, salvo si pretendieron los relojeros hacer una concesión al sentido del tacto.
Me refiero al cristal de los relojes reversos de la JLC. Pasé mis dedos una y otra vez para averiguar el misterio, y no era la primera vez que lo hacía. Había algo que me inquietaba en ellos.
No soy pesona versada en ciencias, y por lo general no me suele gustar medir otra cosa que no sean mis palabras -aunque parezca dificil de creer-, pero en esta ocasión tomé una regla, alcé el reloj a la altura de los ojos, coloqué la misma transversalmente sobre el cristal, de modo que se podía ver la distancia que existe entre el 9 y el 3, y verifiqué la sospecha, dado que los extremos de la regla no hacian contacto con la superficie sino por el centro: !!El cristal del reverso es ligerísimamente convexo!!!
Para qué? Los sentidos, salvo al tacto que resulta muy agradable, apenas podrían percibirlo. La utilidad funcional no se me ocurre en este momento.
Me parece un detalle extremadamente discreto, sin exhibición ni alarde, como no podría ser de otra manera en un reverso, haciendo una concesión extraordinaria al sentido citado, y quizás también al de la vista porque aunque con una simple mirada no puede observarse, salvo que lo contemples desde un punto muy concreto, realmente contribuye a hacer profunda la esfera, le aporta el sentimiento que le faltaría de otro modo y demuestra que las cosas bien hechas no deben ser objeto de ostentación.
Hace 20 minutos, mientras tomaba la merienda, descubrí un detalle fascinante en los reversos. El detalle me ha impresionado por dos razones. La primera por ser casi impeceptible, y la segunda por resultar de todo punto innecesario, salvo si pretendieron los relojeros hacer una concesión al sentido del tacto.
Me refiero al cristal de los relojes reversos de la JLC. Pasé mis dedos una y otra vez para averiguar el misterio, y no era la primera vez que lo hacía. Había algo que me inquietaba en ellos.
No soy pesona versada en ciencias, y por lo general no me suele gustar medir otra cosa que no sean mis palabras -aunque parezca dificil de creer-, pero en esta ocasión tomé una regla, alcé el reloj a la altura de los ojos, coloqué la misma transversalmente sobre el cristal, de modo que se podía ver la distancia que existe entre el 9 y el 3, y verifiqué la sospecha, dado que los extremos de la regla no hacian contacto con la superficie sino por el centro: !!El cristal del reverso es ligerísimamente convexo!!!
Para qué? Los sentidos, salvo al tacto que resulta muy agradable, apenas podrían percibirlo. La utilidad funcional no se me ocurre en este momento.
Me parece un detalle extremadamente discreto, sin exhibición ni alarde, como no podría ser de otra manera en un reverso, haciendo una concesión extraordinaria al sentido citado, y quizás también al de la vista porque aunque con una simple mirada no puede observarse, salvo que lo contemples desde un punto muy concreto, realmente contribuye a hacer profunda la esfera, le aporta el sentimiento que le faltaría de otro modo y demuestra que las cosas bien hechas no deben ser objeto de ostentación.
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