bilhana
Milpostista
Sin verificar
No recuerdo exactamente en que novela Petros Márkaris se lo leí a su personaje de referencia: el comisario Kostas Jaritos,... se preguntaba que «qué se puede esperar de un mundo en que todos los relojes marcan la misma hora, Antes, algunos se paraban, otros funcionaban y otros se quedaban atrasados. Uno se levantaba por la mañana y esperaba oír la radio para ajustar su reloj. Ahora todos los relojes marcan la misma hora. Vivimos en un mundo que no favorece a los relojeros».
Probablemente por eso me gustan tanto los viejos relojes, los que se paran o atrasan, los que precisan ser ajustados, los que, en definitiva, marcan su propia hora frente a las referencias dominantes, atómicas, radiocontroladas,... Me gustan esos relojes, me gusta esencialmente lo que representan, pero sus discretos tamaños los alejan de los estándares actuales.
Por eso, para disfrutar de los viejos relojes y de su estética, recurro a la transformación de relojes de bolsillo. Viejas máquinas, esferas antiguas con la pátina del paso del tiempo, pero tamaños actuales,…
La esfera de este Stowa prácticamente impecable, nos transporta a ese tiempo en el que los relojes atrasaban – o adelantaban – pero sus 47 mm y su caja de acero son el envoltorio contemporáneo que me permite disfrutar del reloj
También opto por lo contemporáneo para vestirlo. La correa para una caja de 47 mm no puede ser débil, y además me puedo permitir concesiones estéticas, en este caso, piel de serpiente pitón en marrón claro
La caja procede de reciclaje, ya que la descarte al evolucionar otro proyecto. El calibre Unitas 6498, la esfera color champán y sus agujas originales, estaban en el atelier de Epicuro150 esperando el contenedor idóneo,… nuevamente la casualidad lo unió todo, yo sólo le calcé las botas de piel de serpiente…
Este Stowa es el sexto reloj de bolsillo de la firma de Engelsbrand que ingresa en mi colección una vez trasformado en reloj de pulsera, el cuarto con calibre Unitas; en dos laten viejos calibres Alpina. Afortunadamente en todos los casos he podido conservar la maquina, la esfera y las agujas originales que otorgan a esos relojes la estética y el espíritu de mediados del siglo XX que los hace tan especiales
Probablemente por eso me gustan tanto los viejos relojes, los que se paran o atrasan, los que precisan ser ajustados, los que, en definitiva, marcan su propia hora frente a las referencias dominantes, atómicas, radiocontroladas,... Me gustan esos relojes, me gusta esencialmente lo que representan, pero sus discretos tamaños los alejan de los estándares actuales.
Por eso, para disfrutar de los viejos relojes y de su estética, recurro a la transformación de relojes de bolsillo. Viejas máquinas, esferas antiguas con la pátina del paso del tiempo, pero tamaños actuales,…
La esfera de este Stowa prácticamente impecable, nos transporta a ese tiempo en el que los relojes atrasaban – o adelantaban – pero sus 47 mm y su caja de acero son el envoltorio contemporáneo que me permite disfrutar del reloj
También opto por lo contemporáneo para vestirlo. La correa para una caja de 47 mm no puede ser débil, y además me puedo permitir concesiones estéticas, en este caso, piel de serpiente pitón en marrón claro
La caja procede de reciclaje, ya que la descarte al evolucionar otro proyecto. El calibre Unitas 6498, la esfera color champán y sus agujas originales, estaban en el atelier de Epicuro150 esperando el contenedor idóneo,… nuevamente la casualidad lo unió todo, yo sólo le calcé las botas de piel de serpiente…
Este Stowa es el sexto reloj de bolsillo de la firma de Engelsbrand que ingresa en mi colección una vez trasformado en reloj de pulsera, el cuarto con calibre Unitas; en dos laten viejos calibres Alpina. Afortunadamente en todos los casos he podido conservar la maquina, la esfera y las agujas originales que otorgan a esos relojes la estética y el espíritu de mediados del siglo XX que los hace tan especiales