• El foro de relojes de habla hispana con más tráfico de la Red, donde un reloj es algo más que un objeto que da la hora. Relojes Especiales es el punto de referencia para hablar de relojes de todas las marcas, desde Rolex hasta Seiko, alta relojería, relojes de pulsera y de bolsillo, relojería gruesa y vintages, pero también de estilográficas. Además, disponemos de un foro de compraventa donde podrás encontrar el reloj que buscas al mejor precio. Para poder participar tendrás que registrarte.

Primer golpe!!! El que más duele

Estado
Hilo cerrado
Ptr

Ptr

Habitual
Sin verificar
5b78b3a93f52b82937d14afa2388a4f5.jpg
0a627d87c8e035972a5e24309bc58a68.jpg
389087249ae5c531936c1fe4bbd1abb7.jpg

Creo que es la primera vez que le doy un raspón a un reloj dándome cuenta. Menudo cabreo. El primero golpe y es que más rabia da. Se me irá pasando a lo largo de día y en cuanto la vista deje de irse al raspón. Lo comparto porque así parece que es menos [emoji17][emoji17][emoji17]
 
Lo siento compañero. A mi se me saltarían las lágrimas.

Enviado desde mi SM-G920F mediante Tapatalk
 
Buena tarascada le has dado compañero. Pero como bien dices, el cabreo se pasa.
 
Ahora que ya el cabreo se me paso un poco. Y ya siendo más objetivo es menos de lo que parece. La Foto ampliada resalta mucho más el raspón. Y tengo una presbicia enorme así que no distingo nada sin las gafas !! Hay que ser positivo
 
Claro hombre, que todos los males sean eso, un rasponazo ;-)
 
Bueno, en estos casos (sea un reloj o no) me consuela saber qué yo se lo hice. Peor sería qué me lo hubiera hecho por efecto de un tercero ::bash::
 
Última edición:
Animo compañero,en poco ya no te molestara tanto,pero si es cierto que siempre se te ira la vista alli. Cusndo tengas un rato le montas un zafiro y ya esta,arreglado!
 
  • #10
Te dirán que es una "herida de guerra" o un "pedazo de historia" que le confiere personalidad y vida a tu reloj.
Yo no me lo creo. :-P

Pero que todos los males vengan por ahí.
 
  • #11
The first cut it's the deepest.

Ánimo.
 
  • #12
Ánimo, la primera es la duele. Luego ya....

Enviado desde mi VTR-L09 mediante Tapatalk
 
  • #13
Se te olvidará, pero te da mucha rabia.
A mi me pasa lo mismo que a tí.
 
  • #14
Yo creo que a la mayoría de los que estamos aquí nos jode el primer rayón, es como el primer arañazo en un coche nuevo, luego se pasa
 
  • #15
Pues duele por supuesto.

Ya tienes escusa para ir pensando en un zafiro domed que al Sumo le sube el caché dos puntos.
 
  • #16
[emoji21][emoji21][emoji21]

[emoji298]
 
  • #17
Lo siento compañero, no le he dado a me gusta en el diario cuando lo he visto porque se que es un trance malo, aunque se pasa...

Ahora es el momento de recomendarte una página: cristal time creo que se llama, y por muy poco, zafiro y a otra cosa...
 
  • #18
Lo siento compañero se cómo se pasa cuando le das el primer golpe,pero como dicen los compañeros pasa con los días y no será ni el primer ni el último toque,tenemos q vivir sabiendo q nuestros relojes sufren heridas como nosotros mismos.
 
  • #19
Lo siento. Todos hemos pasado por algo parecido.
Supongo que le habrás dado con salibilla en el dedo para ver si se quitaba :D.
Es que hay muchas trampas en la vida diaria delos relojes, no te digo nada de los picaportes de las puertas, diseñados justo para dejarse parte del reloj incrustado.
 
  • #20
Haz algo especial para celebrarlo y lo asumes o véndelo. :)
Saludos.
 
  • #21
Lo siento compañero, pero bueno en caso de que te afecte mucho ponerle un zafiro nuevo.
 
  • #22
Como una patada en la boca del estómago a que si? [emoji854]
 
  • #23
A la vista de tu desgracia, me estoy acordando de que a veces (y no me refiero a tí, ni mucho menos) suceden cosas por alguna razón.
Yo, de joven siempre fui "delgaducho", ágil pero delgaducho. Esto suponía siempre que cuando me cruzaba con una señora fondona de las que anda espatarrada y sin darme cuenta no me apartaba a tiempo, recibía un "cuerpazo" que me desplazaba.
Me daba bastante rabia de impotencia, sobre todo por la prepotencia de los gordos a la hora de abrirse paso sin inmutarse cuando otro (yo) venía de frente.
De hecho, esas personas, no solían (no suelen) mirar, simplemente se abren paso y el otro que arree.

Un día llevaba yo una televisión "portátil" de esas que tenía un asa y pesaba lo menos 30 kilos. Y cruzando la calle yendo al servicio técnico, una de esas señoronas venía cara a mí, ajena a lo que me prolongaba mi brazo izquierdo, pero sin inmutarse un mínimo su trayectoria.

Ese día (Ver Tintín en el Tibet -escena en que Milú bebe Wisky- para mejor imágen gráfica) se me aparecieron los dos acompañantes. Mi angelito, en mi lado derecho me decía, "apártate, como siempre haces" Y mi pequeño demonio en el lado izquierdo me decía "que se aparte ella, que tú vas cargado", y dejando al angelito llorando, decidí hacer caso al demonio y acompasando el paso -¡qué malo fuí!- incluso "involuntariamente" eché atrás algo aquel peso para avanzar con cierta inercia.

La gorda recibió un pedazo golpe en la rodilla del que haciendo 45 años... o más, debe acordarse aun. Impasible le dije "perdón, yo tampoco la he visto". ¡Me quedé descansado! Creo que aun cojea.

Bueno, pues mi estado de potencia muscular o masa personal no había aumentado mucho -el tiempo ha entrado en plena contradicción con lo dicho- cuando tuve mi Sub 1680, pocos años después. Y claro, iba evitando continuamente cualquier riesgo, añadido que yo era quien o me apartaba o recibía el gran empujón, de hombro, de cadera, o de lo que fuera, ante la trayectoria impasible del otro.

Un día, será por despiste (lo fue seguro, tanta atención no siempre se puede tener), va y me crucé con uno de estos, hombre en este caso, como la gorda de antes, pero esta vez plenamente inconsciente, cruzamos nuestros relojes. Tras el cruce debieron saltar chispas. Evidentemente lo primero que hice al oir por el suelo rodar un cristal, fue mirar. ¡Mi Rolex estaba sano! El otro fue el que buscaba su cristal por el suelo mientras rodaba. ¡Otro descanso vital! Esta vez sí fue pura casualidad.

Así que, compañero, esto es como el coche nuevo. Lo aparques como lo aparques y donde lo aparques, finalmente vas a encontrarte con un "hachazo". O bien te abre la puerta el todoterreno de al lado como si necesitara 400 kg de fuerza para abrirla, y claro te hunde hasta la moldura, o bien se te sienta una panda de jóvenes con vaqueros de remache, y te rayan el morro o el lateral, o bien, así por las buenas, te encuentras con que -sin papelito- o con un papelito en el que pone "lo siento" -y nada más- llevas un rascón de un lado a otro.

Lo que no debes hacer (ni yo haría eso pese a lo dicho) es castigar con el anónimo si lo provocas tú. Que para eso están los seguros. Y de verdad que lo siento. Los pomos de las puertas entreabiertas son mortales para los cristales de reloj. O de esas puertas que aunque quieras abrirlas tienen algo detrás que las hace rebotar, y crees medir un espacio y queda otro. Y ... ¡crash!

Que no se repita.
 
  • #24
A la vista de tu desgracia, me estoy acordando de que a veces (y no me refiero a tí, ni mucho menos) suceden cosas por alguna razón.
Yo, de joven siempre fui "delgaducho", ágil pero delgaducho. Esto suponía siempre que cuando me cruzaba con una señora fondona de las que anda espatarrada y sin darme cuenta no me apartaba a tiempo, recibía un "cuerpazo" que me desplazaba.
Me daba bastante rabia de impotencia, sobre todo por la prepotencia de los gordos a la hora de abrirse paso sin inmutarse cuando otro (yo) venía de frente.
De hecho, esas personas, no solían (no suelen) mirar, simplemente se abren paso y el otro que arree.

Un día llevaba yo una televisión "portátil" de esas que tenía un asa y pesaba lo menos 30 kilos. Y cruzando la calle yendo al servicio técnico, una de esas señoronas venía cara a mí, ajena a lo que me prolongaba mi brazo izquierdo, pero sin inmutarse un mínimo su trayectoria.

Ese día (Ver Tintín en el Tibet -escena en que Milú bebe Wisky- para mejor imágen gráfica) se me aparecieron los dos acompañantes. Mi angelito, en mi lado derecho me decía, "apártate, como siempre haces" Y mi pequeño demonio en el lado izquierdo me decía "que se aparte ella, que tú vas cargado", y dejando al angelito llorando, decidí hacer caso al demonio y acompasando el paso -¡qué malo fuí!- incluso "involuntariamente" eché atrás algo aquel peso para avanzar con cierta inercia.

La gorda recibió un pedazo golpe en la rodilla del que haciendo 45 años... o más, debe acordarse aun. Impasible le dije "perdón, yo tampoco la he visto". ¡Me quedé descansado! Creo que aun cojea.

Bueno, pues mi estado de potencia muscular o masa personal no había aumentado mucho -el tiempo ha entrado en plena contradicción con lo dicho- cuando tuve mi Sub 1680, pocos años después. Y claro, iba evitando continuamente cualquier riesgo, añadido que yo era quien o me apartaba o recibía el gran empujón, de hombro, de cadera, o de lo que fuera, ante la trayectoria impasible del otro.

Un día, será por despiste (lo fue seguro, tanta atención no siempre se puede tener), va y me crucé con uno de estos, hombre en este caso, como la gorda de antes, pero esta vez plenamente inconsciente, cruzamos nuestros relojes. Tras el cruce debieron saltar chispas. Evidentemente lo primero que hice al oir por el suelo rodar un cristal, fue mirar. ¡Mi Rolex estaba sano! El otro fue el que buscaba su cristal por el suelo mientras rodaba. ¡Otro descanso vital! Esta vez sí fue pura casualidad.

Así que, compañero, esto es como el coche nuevo. Lo aparques como lo aparques y donde lo aparques, finalmente vas a encontrarte con un "hachazo". O bien te abre la puerta el todoterreno de al lado como si necesitara 400 kg de fuerza para abrirla, y claro te hunde hasta la moldura, o bien se te sienta una panda de jóvenes con vaqueros de remache, y te rayan el morro o el lateral, o bien, así por las buenas, te encuentras con que -sin papelito- o con un papelito en el que pone "lo siento" -y nada más- llevas un rascón de un lado a otro.

Lo que no debes hacer (ni yo haría eso pese a lo dicho) es castigar con el anónimo si lo provocas tú. Que para eso están los seguros. Y de verdad que lo siento. Los pomos de las puertas entreabiertas son mortales para los cristales de reloj. O de esas puertas que aunque quieras abrirlas tienen algo detrás que las hace rebotar, y crees medir un espacio y queda otro. Y ... ¡crash!

Que no se repita.

Genial tu respuesta. Gracias compañero
 
  • #25
Uh... qué pena, compañero.
Como cuando pasas cerca de alguna pared, de esas que sólo tienen el revoque, y por descuido le das una repasada con tu reloj. Hasta el alma sientes el raspón con el ruido que va haciendo. ::cry::
Pero ya se te pasará, como con todo.
 
Estado
Hilo cerrado
Atrás
Arriba Pie